Andrés Julio "Cacho" Farenga, fue locutor y docente del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER), del Cosal y dictó clases en los primeros años de la carrera de Locutor Nacional de Radio y TV de la Universidad de Concepción del Uruguay. Conocido por su dedicación a la pedagogía de la locución fue parte de la vida de los más grandes de locutores radiofónicos del país. Desde el año 2002 estaba radicado en Tenerife (España). Condujo programas en radio Antártida (hoy América), Centro, y Mitre, entre otros.
"Cacho" como lo llamaban sus alumnos y colegas, falleció este lunes 11 de julio. Las redes sociales de quienes compartieron sus clases y de trabajo se poblaron de mensajes recordándolo.
Tenía la particularidad de ser un docente tan completo que daba todas las herramientas a sus alumnos para poder desempeñarse al aire de forma correcta y profesional. Las primeras promociones de locutores de la UCU tuvieron el privilegio de tenerlo como docente, ya que dictó clases en La Histórica entre 1994 y 1997. Además de su didáctica permanentemente tiraba frases que mostraban su filosofía de vida, a su manera también enseñaba a vivir.
En el año 2002 partió para España.
Un recorrido extenso
Docente, periodista y locutor argentino, rioplatense residente en Tenerife desde 2002, el mismo año en que fue la voz de una radio argentina para un documental sobre Evita para La 2 de RTVE. Fue maestro en escuelas primarias, profesor en enseñanza media y catedrático superior en Comunicación Social, Redacción radiofónica, Redacción periodística, Locución, Letras, Protocolo y Ceremonial, Oratoria y Fonética hispana. Lo hizo durante tres décadas en el ISER.
Además de publicar trabajos en la revista docente "Los medios informan", fue locutor, informador o director de programas en varias emisoras de radio, entre ellas Radio Nacional Congreso de la Nación Argentina, y televisión.
Creó y transmitió durante seis años el primer Boletín radial para jubilados, retirados y pensionados, en Radio Mitre, así como locutor del semanario cinematográfico "Sucesos Argentinos" y doblador en series fílmicas científicas, documentales y publicitarias, al igual que cronista acreditado ante la Casa Rosada (sede presidencial de Argentina), el Congreso Nacional y Tribunales de ese país, y miembro de la Escuela Superior de Periodismo Deportivo de Buenos Aires.
En Tenerife fue el conductor del programa "Café con Farenga" en el Canal 10 de Las Américas y "Los cuentos del Tío Cacho" en Radio Arona, y tertuliano en Radio Sur Adeje.
Farenga tenía frases célebres como: "Un locutor sin lapicera, es un bombero sin manguera". Pero era un docente tan completo que más allá de transmitir el plan de estudio, enseñaba "situaciones imprevistas" que podían surgir en una transmisión.
Entre tantos mensajes de anécdotas se puede encontrar el de Ricardo "El Tero" Martínez Puente, locutor reconocido por ser la voz de ESPN, rememoró cuando en radio El Mundo "Cacho" Farenga pasaba por atrás mientras hacían los programas, tiraba una silla al suelo y si se daban vuelta a mirar o se quedaban en silencio les decía que sigan porque estaban al aire y esas cosas podían ocurrir pero el programa tenía que seguir.
"Cacho enseñaba locución, a improvisar, a leer, a extraer cosas de las noticias, a redactar, a conducir un programa de radio, el timing de un programa de radio, entre otras tantas cosas", resaltó "El tero" Martínez Puente.
Sus escritos
Además de la locución, le gustaba escribir, era dueño de un rico vocabulario.
Para muestra basta un botón dice el popular refrán. Aquí les dejamos la primera de sus colaboraciones para la publicación española "La Hoja del Lunes".
Se puede pensar sin hablar. Lo malo es hablar sin pensar
Teníamos jefes y compañeros, maestros de periodismo. Y los medios pagaban correctores, para filtrar furcios, redundancias, discordancias o cacofonía.
La prensa y la radio enseñaban a hablar. Y a escribir. Pero bien.
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La riqueza del idioma español marca claramente las diferencias entre masculino y femenino, singular y plural. Por eso, no es lo mismo hacer una casa y luego pintarla que, como ocurre en inglés, primero se la pinta y luego se la construye: para nosotros no es igual la blanca casa que la Casa Blanca. Y así, encontramos que nunca son lo mismo: una gran mujer que una mujer grande; un hombre grande que un gran hombre, una mano grande que una gran mano o agua pura, que pura agua. Quien escribe estas líneas es un periodista viejo, que se niega a reconocer que es un viejo, periodista.
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Uno ayuna hasta que tenga hambre. Aunque hay gente que dice, sin pensarlo: -“…hasta que no…”. – Les contradigo que ‘comeré hasta que no tenga hambre’. O que no comeré hasta tenerla.
En vez del ‘hasta que no’, debiéramos pensar, decir y escribir ‘hasta que…(si)’. La afirmación es obvia. No haría falta.
Es que ¿acaso la huelga se hace -‘…hasta que no les paguen? -Pues: digamos: -‘ …hasta que les paguen’. Que será doblemente justiciero: en el pago y en el decir lógico.
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Los muertos son víctimas. Pero también lo son: los heridos, los quemados, los contusos, los amenazados, los ofendidos, los secuestrados, los vulnerables, los ninguneados y los perseguidos.
Decir que ‘hubo víctimas y heridos’ parece una burrada de analfabetos. O semi. No menor que pretender aclarar que las contusiones no son graves. Porque no hace falta.
Fuentes: Archivo de Asociación de Periodistas de Santa Cruz de Tenerife, Plural Noticias y El Miércoles Digital.
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