Los que declararon en la segunda jornada por parte de la defensa fueron tres ex agentes de la Policía Federal en aquellos años. Unos de los que no declaró podría ser imputado en otro juicio.
J.R.D. de EL MIÉRCOLES DIGITAL
Uno de ellos fue Miguel Ángel Contard, el reconocido Gaucho Mercier, quien junto a Mario Vicente Miret, Ernesto Conrado Parlatto y Orlando Humberto Sastre, declararon en el Juicio Oral y Público en el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay contra dos ex integrantes del grupo de tareas de la Policía Federal, acusados de haber secuestrado y torturado a estudiantes y jóvenes militantes uruguayenses que difundían volantes en contra de la dictadura de 1976.
Ninguno vio “que estuviesen maltratados” los detenidos. Todos están retirados y/o jubilados.
Contard: “Compraba cigarrillos”
Fueron testimonios escuetos donde incluso hubo más consultas de los vocales que de las partes querellantes o defensas. En el caso de Contard, dijo en esos días de las detenciones él estaba recién empezando, sin instrucción aún. Sus tareas se limitaban a limpieza. “Sabía que había un grupo de chicos detenidos porque se comentó, pero nunca los vi, no teníamos contacto. Un sargento de Guardia, Diego García, me pidió que comparar cigarrillos para ellos, pero yo iba, compraba y se los daba a él”.
Mario Vicente Miret: “Había familiares que llevaban comida para los chicos”
Su declaración fue la más breve de todas, como su paso por la misma Policía Federal, ya que contó que ingresó en 1976 y pidió la baja en 1979. “Me enteré por el diario que se incorporaba gente para entrar a la Federal para ser asignado como agente ferroviario en Basavilbaso”, es decir, cuidar los trenes en esa localidad. Dijo que lo de él se limitaba a lo administrativo y también tareas de limpieza. Reconoció que sabía que “unos chicos detenidos que estuvieron cuatro o cinco días y que iban familiares a llevarles comida”. Las partes sólo les preguntaron si conocía a los imputados.
Ernesto Conrado Parlatto: “Estaban detenidos por cuestiones de propaganda”
En sus palabras señaló que recordaba al imputado Varela (alias el Manchado) como chofer de una de las unidades. Dijo que vio personas detenidas en el Casino: “Eran chicos, estaban bien sentados en sillas. Eran ocho o nueve. Obvio que pregunté a mis compañeros qué hacían ahí y me contestaron que eran por cuestiones de propaganda y cosas así”. Dijo que, al igual que sus pares, estaba en etapa sin instrucción. No obstante, las querellas ni la Fiscalía le plantearon sobre las imputaciones que les formuló Juan Carlos Cacu Romero unas horas antes “como parte de la patota”, y que en una de los días de la detención “de los nervios tuve hemorroides, me llevaron al baño. Estaba Parlatto y otros policías más, me tocaban los testículos y las hemorroides con la punta de la escopeta”, recordó.
Orlando Humberto Sastre: la contradicción entre los detenidos
Fue el último de los testigos en declarar, el de mayor trayectoria en la fuerza, a la que ingresó en Buenos Aires en 1968. En 1976, en Concepción del Uruguay, estaba asignado a la oficina técnica, que era la de Inteligencia de la fuerza federal. En principio, se excusó y alertó sobre los problemas de salud: “Tuve covid-19 y eso me afectó, principalmente mi memoria”.
Sobre su labor, dijo que se dedicaba a las cuestiones administrativas, que su jefe era Mazzaferri. En su testimonio aseveró: “Nunca escuché que hubiese chicos detenidos en la oficina de oficiales” (casino), pero, ante esto, la fiscal Milagros Squivo le señaló la contradicción en su declaración en la causa Harguindeguy en 2012, donde había dicho lo contrario: que sí había chicos detenidos en el Casino y que estuvieron varios días. Sastre volvió a escudarse en su problema de salud en la memoria.
Dellagiustina el testigo que acusan
“Tendría que estar sentado, acusado, era el que más tortura psicológica nos hacía, una vez estaba descompuesto, y le dijo al policía que me vigilaba: ‘Que se muera este hijo de puta’. Ahora lo veo, lo cruzo en la calle, no me dan ganas de decirle nada, pero fue parte de la acción psicológica”, dijo el testigo Juan Carlos Changui Rodríguez sobre el agente de policía Salvador Ernesto Dellagiustina, quien estaba citado a declarar como testigo.
La causa
Los policías retirados Luis Oscar Varela (alias El Cordobés) y Jorge Alberto Rodríguez (alias El Manchado) son juzgados por privación ilegítima de la libertad y por imposición de tormentos en tres jornadas por el Tribunal que integran María Emilce Rojas, José María Escobar Cello y Mario Jorge Gambacorta.
Varela y Rodríguez fueron señalados por las víctimas como integrantes de la patota durante el juicio que terminó con la condena de Julio César Rodríguez (alias Moscardón Verde) y Francisco Crescenzo en 2012; y también en otro debate, en 2017, en el que fue condenado José Darío Mazzaferri.
Los abogados querellantes son Marcelo Boykens y Lucía Tejera, en representación de la Secretaría de Derechos Humanos. El abogado local José Ostolaza defiende a Rodríguez y los letrados cordobeses Sebastián Marcelo Maccari Gaido y Marcos Juárez a Varela.
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