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A 150 años del asesinato de Urquiza: sus repercusiones nacionales e internacionales

Cómo lo reflejaron algunos de los periódicos al asesinato del caudillo hace un siglo y medio atrás.

Este 11 de abril se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento del General Justo José de Urquiza.  Desde el archivo histórico “Profesor Oscar Urquiza Almandoz”, lo recuerdan con este texto que reproducimos a continuación.

 

NOTICIAS, RELATOS Y UNA FOTO POST-MORTEM 1870 – 11 DE ABRIL – 2020

 

(*) Por SONIA COLOMBO, PEDRO FRUNIZ y LUCÍA GAUNA.

 

El General Justo José de Urquiza, fue un militar y político, varias veces gobernador de la provincia de Entre Ríos, líder del Partido Federal, Presidente de la Confederación Argentina entre 1854 y 1860, y Fundador de nuestro Histórico Colegio del Uruguay.

Fue precisamente en esta misma fecha, pero de 1870, cuando el General Urquiza moría asesinado. “Todo fue ten rápido, tan violento, tan deslumbrador, que nos sorprendió como el relampagueo de un rayo. Estábamos en Semana Santa, a la melancólica hora de la oración”, relata Doña Justa Urquiza de Campos, hija del General y testigo del crimen.

El acontecimiento paralizó a nuestra ciudad y sus habitantes, siendo además una noticia que impactaría y correría por todo nuestro país, y, además, por todo el mundo. Esto se ve reflejado en distintos diarios de la época que así lo publicaban. Tal es el caso del New York Tribune (periódico norteamericano), el cual en la edición del  21 de mayo de 1870, hace referencia a la valentía de las hijas de Urquiza, contando: “(…) Lola, la hija, al darse cuenta del asesinato, se arroja sobre su padre, ya sin vida y lo abraza, manchándose con su sangre (…) Con cobardía, los asesinos disparan a los presentes pero, por alguna extraña razón, ni un solo disparo alcanza a la heroica niña, mientras que todos los tiros sí aciertan en el cuerpo del padre. Mientras tanto, otra de las hijas del General ingresa a la escena y con su propia mano, dispara, derribando a uno de los asesinos y logrando herir a otro (…)”.

Otro periódico que se hizo eco del acontecimiento fue The Standard (Diario editado en Buenos Aires de habla inglesa para toda Sudamérica). El mismo, en su edición del 29 de mayo de 1870 cuenta según sus “informantes” que “(…) el error de Urquiza es que pidió a su esposa e hija que le alcanzaran el arma. Si él hubiera subido al mirador y cerrado el acceso se hubiera salvado (…)”.

Mientras cada diario daba su propia versión, en el Colegio del Uruguay se encontraba Augusto Manuel Aráoz, hermano de Guillermo y de Luis Felipe, también alumnos del Establecimiento, y de Benjamín Aráoz, que con los años sería Gobernador de Tucumán. Los Araoz Ormaechea pertenecían a una importante familia tucumana, eran jóvenes muy activos, entusiastas e inteligentes y necesitados de dinero muchas veces.

Augusto, quién por entonces era celador en la institución (cobraba un sueldo de una onza de oro al mes) escribe en diario personal “…a las 10 de la noche, oímos unos gritos y a la vez un tropel de caballos; en el instante pusimos atención, cuando apareció un soldado que venía a escape y gritando: han asaltado a San José las fuerzas del General Ricardo López Jordán; han muerto al General Urquiza. Inmediatamente se mandó “tocar generala” y, bajo las órdenes del General Galarza y el comandante Calventos, una fuerza de “más de 1.000 infantes voluntarios” salió a medianoche, rumbo a San José (…) Algunos colegiales fueron voluntarios y a mí, luego de estar en la formación, me sacó el Rector del Colegio, diciendo: que yo era empleado de la Nación, y que si me llamaban él pondría en conocimiento (…)” (relatado reproducido por Carlos Páez de la Torre en “La foto de Urquiza asesinado”).

Dice además el relato: “(…) A las 2 de la tarde entraba a Concepción del Uruguay – el cadáver del General Urquiza –, acompañado de algunas personas adictas a él (…) López Jordán, con su línea de soldados tendida a lo largo del paraje suburbano conocido como “La Seguridad”, mantenía cercano, contemplando el féretro que por delante pasaba”.

La repercusión que tuvo la noticia del asesinato de Urquiza frente a sus propias hijas, fue tal que intervino la justicia que, junto con la investigación, deciden realizar una imagen del cadáver y para esto son llamados los hermanos Augusto y Guillermo Araoz que en ese entonces trabajaban, además, en el estudio fotográfico de Bernardo Victorica (Si bien existe otra versión que dice que Guillermo tenía su propia casa de fotografías).

En el retrato forense, se puede ver al General Urquiza con el torso desnudo, con un tiro de bala sobre su labio y los 5 puntazos que le provocaron la muerte. Esta foto post mortem tuvo mucha repercusión periodística. Allí es donde, los hermanos Araoz, verán rápidamente la veta comercial de realizar muchas copias para poder venderlas. Dice Augusto: "(…) habíamos hecho 500 tarjetas hasta el día 22... cuando nos vimos obligados a marcharnos (…)” debido a que comienza en Entre Ríos una campaña militar con intervención de la Nación para terminar con el Gobierno de López Jordán, quien se había impuesto como como Gobernador Provisorio de la Provincia. “(…) Tomando un bote pasamos el arroyo Negro en el Estado Oriental – continúa Araoz – tomando al día siguiente el vapor a Buenos Aires. Guillermo tenía dos bultos en el arroyo Negro, que contenían parte de la 'Fotografía', los levanté y seguimos viaje a B. Aires donde llegamos sin novedad, el 23 de mayo de 1870 (…)".

Dichas tarjetas, como así lo llama Augusto, eran, como dijimos, pequeñas fotografías post mortem, de 10x6 cm que fueron publicadas por varios estudios fotográficos, y diversos medios, generando un constante interés que se expande incluso hasta 1899, cuando vuelve a ser republicada por la Revista Caras y Caretas Nº 49 del día 9 de septiembre de aquel año.

Fue así que aquella muerte sería no solo leída sino también vista en la imagen de un Urquiza muerto, y completamente vencido. Mientras tanto, Entre Ríos y Concepción del Uruguay, por entonces capital provincial, ingresaba en un periodo que llevaría a la ruina y la desintegración social y territorial.

Aquel asesinato, y las revueltas jordanistas que se desataron a continuación, más el posterior asalto y toma del Colegio por los insurgentes, obligó no solo a su cierre por los serios deterioros que el cañoneo, tiros de fusilería y muertos provocó, sino también por la presurosa huida hacia Buenos Aires del entonces directivo, que jamás nunca volvería. Será recién hacia 1871 cuando el Colegio Histórico retomará poco a poco sus actividades…

Sin embargo aquella muerte no desfiguraría el rostro de Urquiza para la comunidad colegial. Generaciones y generaciones de estudiantes y docentes, seguirán manteniendo integra la figura de aquel que en 1849 comenzaría la hazaña de la educación gratuita y laica, levantando el Colegio del Uruguay; mismo Instituto al que Urquiza nombrará con conciencia y orgullo, su “heredero” eterno.

Vaya hoy, a 150 años de su trágica muerte, el homenaje, reconocimiento y recuerdo, a Justo José de Urquiza, de toda nuestra Comunidad Educativa:

“¡Ensalcemos con cálido acento

la figura del Gran Capitán,

que inspirada en un gran sentimiento,

esta Casa fundo con afán!”

(Marcha del Colegio).

(*) Integrantes del archivo histórico “Profesor Oscar Urquiza Almandoz.

 

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