Se trata de un condenado a cumplir una pena de 16 años por abusar de su hija. El abogado defensor dice que en la UP4 sufre “todo tipo de vejámenes y privaciones. Estuvo varios días sin comer y amenazado de muerte”.
Claudio Gustavo Machado, conocido como “Chupete”, fue sentenciado a cumplir 16 años de prisión por abusar de su hija pero estaba en libertad tras las apelaciones de su abogado Gustavo Soppelsa, por lo que su sentencia no estaba firme.
En teoría Machado fue detenido por no respetar lo dispuesto por la Justicia y acercarse a su hija el 13 de agosto –día de las últimas elecciones PASO- cuando fue a votar a la Escuela Nº 1 “Nicolás Avellaneda”, donde ella era fiscal en una de las mesas.
En principio Soppelsa explicó a este sitio que: “Hoy se llevó a cabo la audiencia de hábeas corpus concedida a Machado, debido al agravamiento de sus condiciones de detención en la UP4, después de su pacífica detención el viernes por la tarde en su domicilio”.
El trámite se realizó ante la jueza de Garantías, Evangelina Bruzzo, y fue sindicado como un procedimiento que: “A la postre, tiene todas las connotaciones de un circuito sin sentido y una pérdida de tiempo en relación a la salvaguarda de mi defendido”, detalló el letrado.
Además indicó que: “Recibí hace 48 horas, por intermedio de la compañera de Machado, una carta de puño y letra de él, en la que denuncia tormentos y amenazas de muerte, expresadas directamente por personal penitenciario que dice ser ‘muy amigo de Isabel Machado’, la presunta víctima. Denuncié en Jefatura de Policía el hecho, dado que el hombre se encuentra a disposición de la Sala Penal del Superior Tribunal que había instruido a esa fuerza para su detención”.
“A pesar de haberse advertido –dice Soppelsa- que la decisión inmediata sobre la seguridad de su cliente dependía de las decisiones del Tribunal con sede en Paraná, en forma espontánea la Fiscalía adoptó un comportamiento que lucía extraño: consideró que de la denuncia del ilícito surgía un implícito Hábeas Corpus y habilitó mediante pedido autónomo esa instancia ante Bruzzo”, contó.
“La defensa aceptó acudir ante la Justiciad de Garantías en el entendimiento de que cualquier medio asequible e inmediato era conducente si proveía mayor seguridad a Machado. Pero el desenlace de la audiencia apareció finalmente como el corolario de una puesta en escena, sólo para sentenciar sobre alternativas formales que tanto el fiscal como la jueza ya conocían: al final, la magistrada se declaró incompetente y el fiscal que había introducido el Hábeas Corpus dijo que: ‘ se presentaba sin instrucciones y que no apoyaba ninguna modificación de la detención’”.
De acuerdo a su relato, Soppelsa argumentó que: “Esa circunstancia pudo ser advertida fácilmente antes de ponerse en marcha casi ficticiamente el procedimiento de Hábeas Corpus, puesto que los elementos con los que contaban fiscal y jueza eran los mismos que, sabían, se presentarían en audiencia”.
Según el abogado “la negativa de Bruzzo se elevará en consulta al Tribunal de Apelaciones local, aunque alerto por el mutismo total e inacción en el órgano que tiene verdadera competencia y está anoticiado de los hechos, o sea el Superior Tribunal”.
“Siempre fue evidente para mí, como consigna el despacho que se recibió en Jefatura, que quien tiene a su disposición a Machado es la Sala del máximo organismo judicial. Y hasta ella ha llegado la denuncia de las circunstancias de la detención de diversas formas, según se me dijo, cuestión que está divorciada de la controversia sobre la detención misma: una cosa es impugnar los motivos de la detención y otra pedir al tribunal competente, que la ordenó que vele por la seguridad del detenido; son cosas totalmente diferentes y no necesito que nadie me aleccione sobre ello, sobre todo cuando está en juego un acoso ilegal que, por su descripción, podría estar reprendido con una pena incluso mayor que la que, en expectativa y todavía no firme, pesa sobre C. G. Machado ”.
"SIN COMER Y AMENAZADO"
“La narración de mi defendido produce vergüenza ajena, puesto que cuenta todo tipo de vejámenes y privaciones a los que fue sometido por personal de la UP4 que resta identificar. Estuvo varios días sin comer, amenazado de muerte si lo hacía o pedía agua, de parte de sus guardas, lo que nos retrotrae a las prácticas carcelarias a un nivel de primitivismo que parecía desterrado. Obviamente, ese primitivismo sigue totalmente vigente a pesar de que, día por medio, en la Provincia se dan ostentosos cursos de ‘Derechos Humanos’, y la jueza de Garantías, de modo asombroso, dice que aún no tiene elementos de prueba suficientes. Justamente, las pruebas suficientes para el andamiento del hábeas corpus son sumarias y concisas y tienen que ver con un auxilio inmediato, y resulta alarmante que si alguien se presenta y dice que está en peligro de muerte el juez que entiende diga que, como hay una investigación en marcha sobre esto, debe esperarse a su desenlace: la aseveración carece de lógica”
“Bruzzo escuchó de labios del propio Machado los embates de un penitenciario, que él describió como arrebatado por un ataque de furia, y decía enviado por Isabel Machado, pero se remitió a dar explicaciones incomprensibles para el hombre en la audiencia, calificando al remedio de una manera restrictiva y sin ninguna operatividad.”
El abogado adelantó que tiene en estudio “promover un incidente en la causa principal que tramita en Paraná”, y dijo que: “Este tiempo dedicado a una acción que los fiscales y la magistrada ya había decidido con anterioridad no tenía cabida fue tiempo perdido, y carente de razonabilidad. Lo raro es que la jueza y el fiscal por propia iniciativa dan comienzo al procedimiento de hábeas corpus para luego hacerlo desembocar en una lección de Derecho Constitucional sin ningún sentido práctico cuando sabían que iban a negarlo de antemano, una lección que la defensa, modestia aparte, no necesitaba, desde ya. Si advirtieron que el procedimiento no era el adecuado, no se comprende por qué razón por propio impulso oficial se acudió a tratar la denuncia mediante ese proceso excepcional”.
La causa debe elevarse en consulta, ahora, a la Sala de Apelaciones.
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