En la sede de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en Capital Federal, se realizó al mediodía de este martes 5 de diciembre la conferencia de prensa donde se dio a conocer la recuperación de otra nieta, la 126 que logra restituir su identidad. Adriana- con ese nombre se presentó- es hija biológica del uruguayense Edgardo Garnier, desaparecido durante la última dictadura. No hubo referencias a la familia adoptiva. El Miércoles Digital fue el único medio de Concepción del Uruguay que transmitió completo en vivo, desde el lugar, a través de su plataforma de videos de la cuenta de facebook.
Informe: JORGE RUBÉN DÍAZ
Cobertura de fotografías y videos en vivo desde Buenos Aires: VALENTÍN BISOGNI
ADRIANA QUIERE VENIR A LA HISTÓRICA: “SE HACE DESEAR LA ABUELA”
Esta situación es especial para La Histórica, porque el padre biológico de Adriana es el uruguayense Edgardo Garnier, quien fue secuestrado y desaparecido junto a su esposa Violeta Ortolani durante la dictadura militar cuando estaba embarazada de ocho meses. Cuarenta años después pudo abrazar a su verdadera familia biológica.
A modo de introducción Estela Carlotto leyó la biografía de Edgardo y Violeta, parte de sus historias en común. Contó que Adriana se acercó voluntariamente a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo cuando se enteró de que no era hija biológica de quienes la criaron, hasta entonces no tenía dudas de su identidad. “Su partida de nacimiento falsa está firmada por la médica Juana Fransevich, quien ya había fraguado las partidas de nacimiento de otros tres nietos que fueron restituidos recientemente” explicó.
CUARENTA AÑOS DESPUÉS SUPO QUE ERA HIJA DE UN URUGUAYENSE
Luego de leer el comunicado de las “Abuelas, Carlotto dejó lugar al testimonio de la mujer, que en ningún momento soltaba las manos de su tía Silvia Garnier, también estaban en el lugar integrantes de la familia materna. Con una fuerte emoción, no dejó de mostrar su carisma y simpatía que irradiaba con naturalidad.
“Un sábado me enteré de que no era hija biológicas de mis padres (adoptivos), preguntando y preguntando me lo dijeron una vez que ellos fallecieron. Al lunes siguiente estaba acá, porque quería saber si era hija de desaparecidos, más que nada por la fecha de nacimiento, en plena dictadura. Me dieron turno para sacarme los análisis, me los hice y a los cuatro meses me dijeron lamentablemente que no había compatibilidad. A partir de eso seguí mi vida, pensando otra historia alternativa: que me habían abandonado, se me venían un montón de historias pero no podía tener ninguna certeza de nada. Después de cuarenta años, ¿dónde iba a buscar? Iba a tener que vivir sin ese pedacito del rompecabezas que faltaba, que era tan importante, no me quedaba otra, tengo que mirar para adelante y seguir” relató Adriana.
Después vino el desenlace: “Ayer a la mañana (lunes) me llamaron de la CoNaDI (Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad), me dijeron que era información que debían darme personalmente, era importante que fuera. Empecé a sospechar de lo que podía ser y me puse muy ansiosa, se los conté a mis compañeros de trabajo, me hicieron el aguante, iba a ir después del trabajo, 'pero no aguanto, estoy cortando clavos'. Con una compañera y amiga nos tomamos el subte y nos fuimos a la CoNaDi y ahí me entero de la feliz noticia. Estoy feliz, es la palabra. Esa ficha del rompecabezas armó otro, con una familia más grande y hermosa. Se me completó la vida. Y aparte la sensación fue muy distinta, de pensar que fui abandonada, regalada, vendida, no deseada, de haber sido un error quizás, de no saber si era cierto, con una incertidumbre para ese lado, a sentir que fui una persona muy querida, que lo soy, muy deseada, muy buscada y que tengo una familia hermosa y que tengo una abuela, no lo puedo creer, ¡con 40 años tengo una abuela!, es una genia, hoy pude hablar con ella (por teléfono), ¡ya la quiero!; me mostraron una foto ayer y es hermosa, se nota que es hermosa por dentro y por fuera y que es medio personaje, yo también soy medio personaje. Ahora estoy medio en shock, no entiendo nada. Si mi testimonio puede dar ese empujoncito a la gente que tiene alguna duda acerca de su identidad para eso lo hago”.
“Esta vez no pudieron, el amor le ganó al odio, es más fuerte el amor que el odio, siempre” concluyó para dar espacio a los aplausos y lágrimas que rodaron en el lugar.
PALABRAS DE LAS TÍAS
Totalmente emocionada y quebrada al borde del llanto, Silvia Garnier recordó a su hermano como a su cuñada, sus ideas y forma de vivir: “No hay mucho para agregar a estas palabras hermosas de esta sobrina que se llama Adriana, pero que no me interesa el nombre, es lo de menos, que se llame como quiera, ella sabrá. El nombre es lo de menos. Lo importante es que ellos y ellas están acá (en referencia a los demás nietos y nietas recuperados/as que se acercaron al lugar), y que son la prueba que existieron (los desaparecidos) y que existieron más allá del odio”.
Palabras similares hubo de su otra tía presente en la conferencia, hermana de su madre Violeta Ortolani. Ella cerró la conferencia de prensa.
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