El legendario periodista, escritor e investigador Osvaldo Bayer llegó a Concepción del Uruguay en noviembre de 2005 para dar una charla. En esa oportunidad el semanario El Miércoles lo entrevistó y lo acompañó a visitar la casa donde vivió su familia en la Histórica. Allí donde, según contó divertido, sus padres lo concibieron. Al conocerse la noticia de su deceso, reproducimos íntegramente la nota publicada en el número 188, en noviembre de 2005.
Por AMÉRICO SCHVARTZMAN
Colaboraron:
MARTÍN BARRAL, JORGE VILLANOVA, MARIO BOTTARLINI
No es un viejo huraño, como podría pensarse por sus escritos y pensamiento. Todo lo contrario: amable y de excelente humor, pese a haber padecido una grave enfermedad, conserva una fortaleza de ánimo llamativa. En la casa de sus anfitriones uruguayenses, Osvaldo Bayer recibió a los periodistas de El Miércoles y conversó animadamente un buen rato, en el transcurso del cual primaron los gestos cholulos de los presentes –autógrafo de aquí, foto de allá, intercambio de correos... No todos los días uno tiene a mano al autor de libros con los que se formó–. Al cabo del diálogo, donde convivieron los amores uruguayenses de sus padres, las anécdotas con el Presidente de la Nación y su participación en la película, y las consideraciones sobre el busto de Roca en el Colegio, los cronistas lo acompañaron a conocer su casa de Concepción: «Aquí donde mis padres se amaron», según el veterano periodista libertario. En las páginas que siguen, buena parte de esos recuerdos, y también definiciones –algunas sorprenderán, como la mesura para con el Gobierno nacional– de un luchador incansable.
CONCEBIDO EN CONCEPCIÓN
"Mis padres se casaron y se fueron a Río Gallegos, donde vivirían toda la época de las huelgas. La intervención del ejército y el fusilamiento de los obreros fue un tema que desde chico me impresionó mucho, y que tomaría más adelante. Luego se trasladaron a Neuquén y después a Concepción del Uruguay. Y fui concebido aquí, ya que mis padres no se movieron de la ciudad en casi nueve meses. Estuvieron aquí desde 1925 a 1927, mi padre trabajaba en el Correo, pero en el último mes de embarazo mi madre viaja a Humboldt y nazco antes de llegar, en Santa Fe".
ESAS COSAS NO SE DICEN
"En una conferencia de prensa hace años en Gualeguaychú un periodista uruguayense estaba presente y le dije que tenía muchas ganas de visitar Concepción por esta razón. Tras publicar esa declaración él envió el diario a Buenos Aires, –yo vivía en Alemania y había dado la dirección de mi madre–. Cuando regresé, fui a desayunar con ella y me señaló el diario desplegado sobre la mesa, diciendo: ‘De eso no se habla...’ (risas) No sé por qué, ya que no hay cosa más hermosa que hablar del amor ¿No?"
Pero en sus tiempos había otras costumbres. Una vez usted contó que halló artículos escritos por su padre en sus diferentes estadías...
Sí, es verdad. Tengo muchas cosas suyas de Santa Fe y de Neuquén, pero de Concepción del Uruguay tengo apenas uno o dos. Eran relatos de cosas vividas, recuerdos. Mi padre pertenecía a una familia proveniente del Tirol, de Austria, que había emigrado a Santa Fe. Tenía muchos recuerdos de esos tiempos, su padre era inventor y en Humboldt aún se conservan los arados de doce rejas inventados por mi abuelo. Siempre decía que construiría mil arados de doce rejas para arar toda la pampa y alimentar al mundo. Siempre me acuerdo de eso cada vez que leo las estadísticas del hambre en la Argentina...
LAS PARADOJAS DE LA HISTORIA
"A los cuarenta días que nací nos fuimos de Santa Fe. Fuimos a vivir a Tucumán, donde viví mis cuatro primeros años. No hace mucho localicé la casa donde vivíamos y está igual que antes. De Tucumán nos fuimos a Bernal y de allí al barrio de Belgrano, en Buenos Aires, donde vivo actualmente. Éste era un barrio de alemanes, donde el 80 por ciento eran nazis, y por suerte del destino mi padre era socialdemócrata. Pero entre los pibes no hacíamos diferenciación política, con lo que los chicos de familias nazis siempre me llevaban al Club Alemán de Belgrano, donde se hacían grandes fiestas con equilibristas, payasos, bailes regionales, etc. Esas cosas que les gustaban tanto a los nazis. Nosotros éramos tres varones y nos colábamos, siempre a escondidas de mi padre. Mi madre sabía, pero como no era ni tan de un lado ni tan de un otro, no nos decía nada. A una cuadra de allí estaba la Juventud Hitlerista. Y lo que son las fantasías de la historia... Ustedes jamás van a adivinar lo que hay ahora en ese mismo lugar: La Sinagoga de Belgrano... es increíble. ¡Ahí sí que los nazis perdieron para siempre! (risas) Y yo tengo ganas de ir, tocar el timbre y decirles: ‘Mire, yo soy un historiador de acá del barrio y quería decirles que acá antes estaba la Juventud Hitlerista’. Yo creo que se van... (risas) En Belgrano hice mis estudios primarios y secundarios, y una particularidad es que existía un racismo al revés; los pibes criollos insultaban a los pibes descendientes de alemanes. A mí me gritaban: ‘Alemán culo de pan’, cosa que me avergonzaba y me daba mucha bronca. Entonces iba al espejo y me miraba atrás para comprobar si era cierto..." (risas)
Acá en Entre Ríos los nazis diferenciaban entre alemanes. El porcentaje mayoritario de inmigrantes alemanes era del Volga, y ellos no los consideraban puros.
Claro, tenían una religión que no condecía con el nazismo.
LA PATAGONIA OCULTA Y EL ABUELO DE KIRCHNER
Usted recién comentaba cómo conoció los sucesos de la Patagonia a través de relatos familiares.
Sí, mi padre quedó muy impresionado con eso. Él siempre contaba cómo los soldados de caballería traían a la peonada prisionera, y cito sus palabras textuales: ‘Los traían a lanzazo limpio...’ A una tanda los encerraron en la cárcel de Río Gallegos, a doscientos metros de donde vivían mis padres. Cuentan que por las noches se oían muchos gritos y que les daban unas palizas tremendas. Ahí también está la relación con el abuelo del actual presidente... (por Néstor Kirchner, N.de la R.)
¿Cómo es esa historia?
Ustedes sabrán que hay problemas familiares entre la familia Kirchner y la familia Bayer. El abuelo de Kirchner era propietario de un hotel con orquesta de señoritas a las que explotaba, y además era usurero. Y mi padre, que no tenía a nadie para hablar en alemán, lo hacía con el abuelo de Kirchner que era suizo-alemán casado con una chilena. En una ocasión el abuelo K vino hacia mi padre y le dijo (imposta la voz): ‘Gaspar, necesito diez mil pesos’. Mi padre se los dio y jamás se los devolvió. Era una gran suma, y el abuelo de Kirchner se convirtió en el hombre más odiado por mi padre. Tiempo después comienzo a efectuar las investigaciones. En el archivo judicial encuentro el archivo de la Sociedad Obrera de Oficios Varios –los que habían hecho la huelga– y también hallo adjunta toda la volantería. Y en muchos volantes decía: ‘Kirchner miserable, explotador’. Lo publiqué. Y en la época en que el actual presidente ya era gobernador de Santa Cruz y Cristina era diputada, en una ocasión nos encontramos en Canal 9. Antes de comenzar entró Cristina Fernández de Kirchner y me dice: ‘¿Vos sos Osvaldo Bayer? ¡Vos tenés una cosa en la cabeza impresionante...!’ Como me tuteaba y yo no entendía nada le pregunté de qué estaba hablándome. ‘¡Lo del abuelo de mi marido!¿Es el único tema que tenés? ¡Yo leo un libro tuyo y está el abuelo de mi marido!¡Hablás de algo por TV o radio y es sobre el abuelo de mi marido! ¿No tenés otro tema?’. Entonces yo le digo: ‘Y... si era un atorrante...’. Ella me hizo uno de sus mohines y me dijo: ‘Nooo, si no era un atorrante. Era un pícaro...’ (risas) ¡No sé qué diferencia habrá!
EXTRA, EXTRA
"Durante la filmación tuvimos muchos inconvenientes, ya que la gente aún tenía internalizado el «De las huelgas no se habla». Y el que nos ayudó mucho fue el gobernador Cepernic quien se portó muy bien y hasta le dio un préstamo del Banco de Santa Cruz al productor. En una ocasión no conseguíamos extras para representar una marcha obrera. Fui a verlo. Entonces nos facilitó a la policía santacruceña para que actúe de Ejército. Pero aún necesitábamos gente para la manifestación obrera. Entonces me dice: ‘Y bueno, les mando a la Juventud Peronista’. Y entre ellos estaba el Presidente, que tendría unos 21 años. Aparece en tres escenas; hay que buscar un tipo alto con cara de pingüino, es ése (risas).
¡No es fácil encontrar los extras! En una escena hay una reunión de empresarios británicos, y usted es uno de ellos...
Claro, porque hacía falta un actor, entonces viene Olivera (Héctor, el director) y me dice: ‘Vas a pagar todos tus pecados: vas a hacer de caballero inglés’. ¡Lo único que me faltaba...! Pero el que se opuso fue (Luis)Brandoni , que era secretario general de Actores. Como diría Borges... ¿Me permiten una palabrota? Brandoni, además de secretario general de Actores, era un gran pelotudo. Me dice: ‘¡No, no! Vos no sos de la Sociedad de Actores...’. Y yo le digo: ‘No, es verdad. Soy el autor del libro...’ (risas) ‘Bueno, pero tenés que estar inscripto’ me dice Brandoni. ‘¡Pero estamos en medio de la Patagonia!’ le digo yo. ‘Bueno, pero yo no puedo hacer excepciones. Sí podés actuar de extra, pero no podés hablar, porque son los estatutos’. Así que no pude hablar. ¡Y es dificilísimo actuar sin hablar! Vieron que en la escena yo tengo que saludar a Varela, entonces va primero Rivera López que hace de inglés: (impostando la voz) ‘Oh, colonel...’ Después viene este otro actor que no recuerdo su nombre, que le contesta: ‘¡Coronel, la felicidad de verlo!¡Muchas gracias por haber venido!’ Y después aparezco yo: (hace una morisqueta y
saluda) ¡Por culpa de Brandoni...! Y después hubo vaaarias peleas con Brandoni, y mirá lo que aprendió. Tras haber filmado La Patagonia Rebelde, con los fusilamientos y qué sé yo, ¡es candidato de la UCR! ¿Para qué, Señor? (risas) No aprendió nada. Ya algún otro día hablaremos sobre los actores, porque es una raza diferente ¿Eh? Mirá, yo de esa filmación podría escribir toda una novela. Por ejemplo, Héctor Alterio: un gran amigo antes de la filmación. Empezó el rodaje y se vistió de Teniente Coronel. No nos tuteó más... (risas) ¡En serio! Así es que durante toda la película fue en su vida privada, un teniente coronel. Se compenetró en el personaje y no pudimos sacarlo de ahí. El que se portó magníficamente bien fue Federico Luppi.
«No hay democracia cuando los medios no son de derecho público. No puede ser que los diarios pertenezcan a una señora porque lo heredó de un tipo. ¿Cómo puede ser que los dos grandes diarios argentinos pertenezcan a dos familias?»
PROHIBIDO PROHIBIR
La particularidad que vivió usted es que lo censuró un gobierno constitucional. Y alguna vez mencionó en tono risueño lo frustrante que fue que lo haya hecho Lastiri.
A mi primer libro lo prohíbe Lastiri. ¡Hay que ser desgraciado y con mala suerte! Porque que te prohíba Perón, o Yrigoyen, es una cosa, pero ¡que te prohíba Lastiri! (risas) Prohibió mi primer libro, Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia. Al segundo, Los anarquistas expropiadores, me lo prohibió Isabel Perón. El 10 de octubre su gobierno prohíbe la película La Patagonia Rebelde, que estuvo en esa condición durante diez años, desde octubre de 1974 hasta que la volvimos a estrenar recién en 1984. Después la dictadura prohibió y ordenó quemar los tres primeros tomos de La Patagonia Rebelde, o como se llamaba antes Los Vengadores de la Patagonia Trágica. Como rezaba el decreto del Teniente Coronel Gorleri: ‘Se quema este libro por Dios, Patria y Hogar’. ¿Qué tendrán que ver Dios, Patria y Hogar con la huelga patagónica? Dios en su infinita bondad, como dice el Papa Ratzinger. Pero eso sí, Dios no intervino para oponerse a la quema (risas). Hubo un período durante el gobierno de Perón en que la película estuvo en el limbo, es decir, ni rechazada, ni prohibida, ni aprobada. Perón recién la aprueba el 13 de junio del 74, poco antes de morir. Cuando muere estábamos con Olivera en el Festival de Berlín, donde el film ganó el Oso de Plata. Ese galardón permitió que el gobierno de Isabel no la prohibiera tan inmediatamente, ya que no podían prohibir una película ganadora en un festival internacional, iban a quedar muy mal. Pudimos proyectarla durante todo julio, agosto y septiembre.
REKONCILIACIÓN, CON K
"El año pasado recibí en casa un llamado telefónico. ‘El Señor Presidente de la Nación quiere invitarlo porque van a dar La Patagonia Rebelde en el Salón Blanco de la Casa Rosada’. Lo primero que pensé fue: Éstos me están cargando... ¡Después de tantas prohibiciones quieren proyectarla nada menos que en la Presidencia de la Nación! Pero así fue. Kirchner invitó a los actores, a Olivera, a mí y a todos los demás. Entró al salón, se dirigió primero hacia mí y me dio un impresionante abrazo del que todavía me duelen las costillas. Pero mientras me abrazaba, me dijo al oído: ‘¿Viste Bayer? No era mi abuelo, sino el hermano de mi abuelo’ (risas). Como diría Roberto Arlt, ¡mirá qué turrito! Todos nos sentamos y de pronto entró Felipe Solá, me dio otro abrazo y en ese momento comencé a sospechar de mí mismo. ¿Qué está pasando acá? ¡Solá me abraza! (risas) Lo demás fue todo muy lindo, Kirchner habló, brindamos con champagne y hasta se mandó un chiste. Kirchner dijo: ‘Señor director Olivera, usted sabe que yo actué de extra en tres escenas y aún no me pagó...’. Todos nosotros: ja, ja, ja, muy bueno el chiste".
NÉSTOR EL ROJO
"Es que el actual presidente fue extra en la película La Patagonia Rebelde. Una vez en un reportaje me dicen si conocía al candidato Néstor Kirchner. Y yo le digo que por supuesto, si hasta fue extra de la película. ¡Para qué lo habré dicho! Se ve que trascendió y todas las radios de la Argentina comenzaron a llamarme. Me tenían podrido. ‘Bayer ¿es cierto que el señor candidato a Presidente de la República fue extra en La Patagonia Rebelde? Y me seguían llamando, entonces yo me pregunté qué debía hacer para que no me llamen más. Y de pronto me llama (Néstor) Ibarra de Radio Mitre preguntándome lo mismo. ‘Esta es mi oportunidad’, me dije. Entonces le contesto: ‘Sí, fue extra en la película y siempre cuando llegaba para hacer la escena pedía para llevar él mismo la bandera roja’ (risas). ¡No llamó más nadie! Evidentemente se estaba complicando la cosa, entonces no llamó nadie más. Es genial... es un país increíble".
LO QUE FALTA
"En derechos humanos Kirchner ha hecho cosas, ha demostrado coraje. Un ejemplo es haber proyectado La Patagonia Rebelde en la Casa de Gobierno, cosa que nadie había hecho antes. Otro fue animarse a sacar el cuadro de Videla del Colegio Militar –que yo ya había denunciado en una película–. En cuanto a su política y la economía habría muchas cosas que discutir. Para mí no hay democracia en un país donde hay hambre y desocupación. Y si bien con el plan económico todos los meses hay cinco mil puestos de trabajo más, hasta llegar a un millón y medio van a pasar muchos años. Y hay que preguntarse cuál será el destino de esa juventud que vive en villas miserias, que no aprende ninguna profesión, que no tienen trabajo... ¿Qué va a pasar dentro de diez años? Violencia, evidentemente. No hay otra salida para ellos. Creo que deben hacerse planes de trabajo propiamente dicho, como se han hecho en otros gobiernos. Construcción de carreteras, subterráneos, casas populares, qué se yo, tantas cosas... Y cuando venga el FMI decirles ‘No señor, no podemos pagarles porque aquí hay hambre y primero vamos a hacer esto’. Y esto no se hace, entonces hay cosas para criticar. Las últimas elecciones me parecieron monstruosas. Ya lo escribí en Página/12: pensar que en 1904, triunfó en el barrio de La Boca el primer diputado socialista de América: Alfredo L. Palacios. Ahora, 101 años después triunfa el señor Macri..."
LOS MEDIOS Y LOS MIEDOS
¿Qué rol juegan los medios en todo esto?
Miren, tampoco hay democracia cuando los medios no son de derecho público. Los medios tienen que pertenecer a cooperativas de periodistas o profesionales y/o derecho público. En varias naciones europeas los canales centrales de TV son de derecho público, como la TV alemana, inglesa o italiana. El directorio está integrado por representantes de todos los partidos políticos representados en el Parlamento, que eligen a un director que guarda una absoluta estabilidad, por ejemplo, respecto a la información. Acá deberían tomar esos ejemplos y comenzar a debatir si los medios están bien o no, si puede haber una TV pública y sin publicidad alguna, películas sin cortes comerciales. No puede ser que los diarios pertenezcan a una señora porque lo heredó de un tipo. Tienen que pertenecer al derecho público, a todos nosotros. ¿Cómo puede ser que los dos grandes diarios argentinos pertenezcan a dos familias? Clarín, veinte páginas de fútbol todos los días y una página de cultura. Ésa es la democracia argentina...
LA RESPONSABILIDAD DE LA IZQUIERDA
¿Qué responsabilidad les cabe a las izquierdas del país en la incapacidad de tener una alternativa?
Toda. Toda la responsabilidad. Es tristísimo ver cómo algunos que habían estado unidos se dividieron, los candidatos salieron de esos partidos y fundaron nuevos. Podemos decir que la izquierda argentina no existe, son todas divisiones. Hay cosas positivas en la historia... La banca cooperativa que creo fueron comunistas en su origen y han logrado hacer ese Centro Cultural de la Cooperación... tan grande como el Complejo Cultural San Martín. Es algo magnífico. Ahí hemos celebrado grandes reuniones sin preguntarnos de dónde venimos, cómo sómos o cómo pensamos. A eso lo hizo la izquierda, ningún otro partido fue capaz de hacerlo. Antes estaba la Casa del Pueblo que habían hecho los socialistas, pero tras la división terminaron rematando todo. Hizo grandes cosas, pero políticamente, vuelvo a repetir, la izquierda no existe. No hay representantes nuevos. El partido de Zamora, que obtuvo nueve diputados, después terminó separándose en nueve bloques... Y todas esas polémicas entre ellos le hacen muy mal a la ideología del socialismo.
RECUADROS
LA CASITA DE MIS VIEJOS
En Artigas 222 está la vieja casa de Concepción donde los padres del prestigioso historiador y periodista vivieron durante algunos años, y donde fue concebido Osvaldo Bayer. Los cronistas de este medio lo acompañaron, junto a sus anfitriones locales, a conocer la casa en la que su familia residió en La Histórica, y donde según la tradición familiar, el escritor fue concebido. Apenas un par de horas antes de la conferencia en la Escuela Normal, Bayer visitó la casa, dialogó con sus actuales propietarios, quienes le abrieron sus puertas para que el escritor conociera la vieja vivienda, hoy refaccionada, donde residieron sus padres. También charló con algunos vecinos, y se fotografió en el frente y en el interior de su casa de Concepción. O de concepción, ambas expresiones valen en este caso. Allí lo acompañó el equipo del semanario, que registró el momento de alegría y emoción del viejo luchador al conocer el lugar «donde mis padres se amaron», según sus propias palabras.
COMPAÑEROS
Tras la charla en la Escuela Normal, un grupo de jóvenes que integran la Organización Anarquista de Concepción del Uruguay se acercaron a saludar al escritor y a darle algunos volantes. «Ah, ustedes son compañeros míos», les dijo Bayer. Halagados, se sacaron algunas fotos con el viejo libertario.
TEXTUAL
Después de la charla con los periodistas de El Miércoles, y tras visitar la casa donde vivieron sus padres (ver aparte, La casita de mis viejos), Bayer fue al Colegio del Uruguay y vio el busto de Roca. Un rato después, en el patio repleto de la Escuela Normal, dio una charla magistral sobre el tema que lo convocó: los genocidios. Pese al frío, la conferencia –con abundantes citas y documentación– se extendió durante dos generosas horas. Algunos párrafos:
«Mariano Grondona, para justificar de alguna manera lo injustificable, señala que esos indios eran ‘indios chilenos’, cosa que es una aberración histórica, ya que ellos pertenecían a una naturaleza que no tenía las fronteras artificiales que se pondrán en medio de la cordillera para justificar la importancia de los ejércitos y la compra artificial de armas. Félix Luna ha escrito en el diario de Morón, Debates: ‘Roca encarnó el progreso, insertó Argentina en el mundo: me puse en su piel para entender lo que implicaba exterminar unos pocos cientos de indios para poder gobernar. Hay que considerar el contexto de aquella época en que se vivía una atmósfera darwinista que marcaba la supervivencia del más fuerte y la superioridad de la raza blanca (...) Con errores, con abusos, con costos hizo la Argentina que hoy disfrutamos: los parques, los edificios, el palacio de Obras Sanitarias, el de Tribunales, la Casa de Gobierno’. Con el argumento de Luna podríamos justificar hasta a Hitler porque, si bien ‘exterminó unos pocos millones de judíos, predicó la supervivencia del más fuerte y la superioridad de la raza aria; con errores, con abusos... hizo la Alemania del auto popular y de las primeras autopistas’. Tal cual.»
EL BUSTO DE ROCA EN EL COLEGIO
Se sabe que Bayer inició hace algún tiempo una campaña para que se saquen los monumentos a Julio Argentino Roca, el
responsable de la masacre de los pueblos originarios del sur argentino. Sostiene que es un insulto al propio pueblo argentino, ya que –de acuerdo a los estudios genéticos– alrededor de un 56 por ciento de la población tiene sangre aborigen. Pero el escritor no propone destruir las estatuas, lo cual supondría negar un hecho histórico. Se limita a postular el traslado de todos los monumentos a Roca a la estancia La Larga, la formidable extensión de tierra que el Zorro legó a sus descendientes, de
modo que puedan hacerle constar su agradecimiento de manera permanente. Los cronistas de este semanario recordaron el
busto del Colegio y no quisieron perder la oportunidad de planteárselo:
En el Colegio Nacional, donde estudió Roca, está su busto en el edificio. Sería buena idea aprovechar su visita para empezar a pedir que sea quitada de ahí.
¡Cómo no! Cuenten conmigo.
Seguramente para dar un aire de simpatía a personajes como éste, en el Colegio existe una tradición que dice que si uno le toca la nariz al busto de Roca y pasa la yema del dedo por las letras ‘I’ y ‘O’ de ’Julio’, probablemente saque 10 en algún examen. La anécdota incluso figura en la guía que se le hace a los alumnos ingresantes a esa institución.
Es una forma de santificarlo casi ¿No? Fíjense que en Capital un Normal y un Liceo se llaman Julio Argentino Roca, y los alumnos me han escrito para cambiarle el nombre. Yo les dije que iba a ayudarles, les propuse debatirlo, polemizarlo. Hay que llamar a eruditos que tengan ideas contrapuestas respecto a Roca, como Mariano Grondona y Félix Luna o García Hamilton, por ejemplo. Porque lo mínimo que tendrían que tener esos colegios es nombres de docentes, que los hubo tantos y tan sacrificados, y no el nombre de un General ¡y además con esos antecedentes!
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