La bandera creada por Belgrano, está muy ligada a la historia entrerriana. No solamente porque, como es sabido, Artigas la adoptó como emblema agregando la banda roja, sino que por primera vez fue izada en suelo entrerriano, algo que la historia oficial esconde hasta nuestros días.
(*) Por GUSTAVO SURT
El 27 de febrero de 1812 fue izada por primera vez en la historia la bandera blanca y celeste. Según la tradición en la batería “Libertad”, donde hoy se encuentra el Monumento Nacional a la Bandera; pero por documentos históricos y cartas de Belgrano, se sabe que no se menciona a la batería “Libertad” sino a la “Independencia” que se encontraba en la costa opuesta en la isla Espinillo, en Entre Ríos; por lo que ese sería el verdadero lugar donde se enarboló por primera vez la bandera y no en Rosario. Además, por cartas de Belgrano, estudiosos llegaron a la conclusión de que hacia el 27 de febrero de 1812 la batería “Libertad” se encontraba en construcción. Por lo tanto, la bandera creada por Belgrano se izó por primera vez en Entre Ríos.
Belgrano izó por primera vez la insignia con los colores de la casa Borbona que ya había elegido el Triunvirato para la escarapela. La primera de todas -ocultada por la historia como destacábamos- fue en Isla del Espinillo, frente a Victoria, en la provincia de Entre Ríos. Esto fue así y los entrerrianos debemos recordar de manera permanente este hecho.
La narrativa histórica oficial da a la ciudad de Rosario como la cuna de la Bandera e indica que en ese lugar fue enarbolada por vez primera. No fue así.
En febrero de 1812, Manuel Belgrano propuso al Primer Triunvirato la creación de la escarapela como símbolo patrio. El 18 de febrero de 1812, el Triunvirato aprobó el uso de la escarapela celeste y blanca. El 27 de febrero de 1812, motivado por la reciente adopción de la escarapela, Manuel Belgrano diseñó una bandera con los mismos colores y la enarboló por primera vez a orillas del río Paraná.
Belgrano tenía órdenes de vigilar la ribera del río Paraná de posibles incursiones realistas. Para ello creó dos baterías de combate: “Libertad”, ubicada en lo que actualmente es la ciudad de Rosario; e “Independencia”, ubicada en la isla del Espinillo, cruzando el río. Allí, a orillas del río, Belgrano hizo jurar a sus soldados la bandera creada. Y reiteramos: la isla del Espinillo pertenece a Entre Ríos.
La tradición señala que esa primera bandera fue confeccionada por una vecina de Rosario: María Catalina Echevarría de Vidal, y quien tuvo el honor de izar la enseña fue el civil Cosme Maciel, también vecino de Rosario.
El mismo día Belgrano escribió dando cuenta de los actos al gobierno: “He dispuesto para entusiasmar las tropas y á estos habitantes, que se formasen todas aquellas, y les hablé en los términos de la copia que acompaño. Siendo preciso enarbolar bandera, y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste, conforme á los colores de la escarapela nacional: espero que sea de la aprobación de Vuestra Excelencia”. El gobierno porteño no lo aprobó.
BELGRANO DE LADO
Quienes escribieron la historia argentina condenaron a Belgrano. Este inmenso personaje no tiene un día que lo recuerde. Podría haber sido el 3 de junio, ya que en esa fecha, en el año 1770, nació. Pero no, eligieron el 20 de junio que fue el día de su muerte y además decidieron emplear la fecha como Día de la Bandera, bandera ésta a la como indicábamos, Buenos Aires se opusiera al momento de su creación.
Manuel Belgrano, uno de los más notables economistas argentinos, precursor del periodismo nacional, impulsor de la educación popular, la industria nacional y la justicia social, entre muchas otras cosas, nació rico, y después de todo lo que hizo por la Patria, murió en la absoluta pobreza. Un ejemplo a imitar.
Había invertido todo su capital económico en la revolución. Reclamó lo que le correspondía: sus sueldos atrasados, y que se aplicaran a lo fines establecidos los 40.000 pesos oro que había donado para la construcción de escuelas y que les fueron robados por los apropiadores de la administración pública.
Crear la bandera le costó a Belgrano su primer enfrentamiento con el gobierno centralista de Buenos Aires, personificado entonces en Bernardino Rivadavia, declarado europeizante. El Triunvirato reaccionó alarmado porque temía independizarse de España, de modo que Rivadavia le ordenó destruir la bandera. Sin embargo, Belgrano no le hizo caso.
No hay duda alguna que Buenos Aires temía la independencia y se negaba a ella, al punto que Artigas, que ya la había exigido en 1813 y los porteños no aceptaron esa exigencia; en 1815 Artigas declaró la independencia en el denominado Congreso de Oriente, realizado en Arroyo de la China. Buenos Aires lo ignoró por completo, aunque un año después debió declararla; esta vez en Tucumán, pero esto es otra historia.
(*) Gustavo Surt es periodista y músico. Vive y trabaja en Chajarí.
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