El asado cocinado con el parquet de las viviendas construidas durante el peronismo fue una leyenda que todavía sobrevive, pero -claro- sin la energía de esos años. Sin embargo, se han abierto otras leyendas siempre destinadas a denigrar, menospreciar y manifestar un significativo odio de clases. Embarazos para cobrar la AUH, “viven de los planes en lugar de trabajar”, “los planes se utilizan para comprar drogas” y, últimamente, “se canjea la tarjeta para comprar comestibles de seis mil pesos, por cinco mil en efectivo”. Son afirmaciones que no tienen sustento alguno pero halagan los oídos y satisfacen los deseos de las clases adineradas.
Por Aníbal Gallay
Entre 1946 y 1955 se construyeron en el país 500 mil viviendas. Sobre esta cuestión tan importante surgieron leyendas denigrando, por supuesto, a los receptores de tales viviendas. Uno de ellos fue que los beneficiarios levantaban el parquet para hacer asados con la madera. Detrás de esta leyenda se escondía un profundo desprecio. Quienes vivían en piezas de hoteles malsanos, conventillos, ranchos, ahora tenían una casa. Inaceptable, claro está, para la clase media y alta de la Argentina. La grieta -bien se ve- es antigua. Además de la leyenda del parquet, se suponía -desde el odio de clases- que esas casas eran regaladas. Esto, que se sigue repitiendo, aunque esporádicamente, es una afirmación falsa. Las casas fueron construidas con créditos del Banco Hipotecario, en su mayoría. Contó con la intermediación y organización de sindicatos, asociaciones y la Fundación Eva Perón. Cada beneficiario pagaba su casa en cuotas. Se acusó al gobierno de utilizar los créditos hipotecarios con fines políticos. Extraña afirmación, teniendo en cuenta que el crédito (y su direccionamiento) siempre responden a una concepción política.
Para finalizar la cuestión del parquet, quizás la molestia surgió porque que en 1684 el parquet se utilizó en el Palacio de Versalles para reemplazar el mármol por costoso y difícil de mantener. En definitiva, estos cabecitas negras tenían el mismo piso que pisaban los fastuosos reyes franceses. “Un disparate...”, por supuesto.
LOS NUEVOS "PARQUETS"
La cuestión del Estado como promotor recrudeció a partir del gobierno de Eduardo Duhalde, cuando creó, en 2002, aquel plan “Jefes y Jefas de hogar”. Después, durante la Presidencia de Cristina Fernández, la Asignación Universal Por Hijo (AUH). Fue una idea de Elisa Carrió que el gobierno tomó y puso en marcha.
La clase media y alta fueron tejiendo algunas leyendas con el mismo tono de aquel parquet. La primera fue que las chicas se embarazan a propósito para cobrar la AUH. Los números oficiales indican que desde 2010 (año de creación de las AUH) los embarazos adolescentes bajaron de 67 por cada mil chicas, a 53. La afirmación es canallesca y falsa, pero se la sigue repitiendo.
Una leyenda acentuada es que millones viven de los planes. Es otra falsedad. Una persona (supóngase una madre) que tiene un hijo cobra 2746 pesos. Equivale a 86 pesos diarios. Una madre que cobre por cinco hijos (el máximo) recibirá 13260. Esto es 440 pesos diarios. Esto equivale a 76 pesos por persona, incluyendo cinco hijos y un adulto.
Ahora ya se echó a rodar una nueva afirmación. Consiste en que quienes reciben la tarjeta para comprar comestibles por un total de seis mil pesos, las están canjeando por cinco mil en efectivo. Podría ocurrir. De todos modos, quienes lo afirman no pueden presentar siquiera un caso que lo confirme.
Hay otras de manifiesta incoherencia. “El peronismo los quiere ignorantes para ganar las elecciones”. No puede explicarse, entonces, el triunfo del ingeniero Macri en 2015. Y más aún: el peronismo fue el gobierno que entre 1946 y 1955 construyó ocho mil escuelas y en 1947 la universidad pasó a ser gratuita. Agréguese el dato de las universidades creadas durante el kirchnerismo. Rara manera de fomentar la ignorancia.
rubengallay@hotmail.com
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