El gigante de Oceanía prohibió el acceso hasta los 16 años a esas plataformas. Es el primer país del Mundo en hacerlo. La ley genera apoyos y rechazos. Qué dice la inédita norma.
Por GABRIEL MICHI (*)
Es el primero. Y quizás no sea el último. Australia se convirtió en el país que inauguró un camino que podría ser imitado por otros. Y que generó muchos apoyos y rechazos. El gigante de Oceanía aprobó una ley que prohíbe las redes sociales para niños menores de 16 años. El propio Gobierno australiano subrayó que esa nación es pionera a nivel mundial, y que busca la protección de niños, niñas y adolescentes frente a los frecuentes casos que afectan su salud mental y hasta física por la exposición sin control a esas plataformas, con contenidos y personajes peligrosos para ellos y ellas. Esta medida generó la reacción en contta de gigantes tecnológicos como TikTok que sostienen, en su defensa, que podría empujar a los jóvenes a "rincones más oscuros de Internet".
El debate por la ley y los argumentos a favor y en contra generaron una enorme atención entre los australianos. Si bien ahora necesita una aprobación final de la Cámara de Representantes (que ya la había votado por amplia mayoría, 102 votos a favor y 13 en contra) que debe revisar unas mínimas modificaciones del Senado (donde obtuvo 34 apoyos y 19 rechazos), no va a haber dificultades en que eso ocurra. Esta ley -uno de los 31 proyectos de ley aprobados en un caótico último día de parlamento del año- se convierte en una referencia para las jurisdicciones de todo el mundo con una de las regulaciones más duras en la materia. De hecho, en el caso de que los gigantes tecnológicos no cumplan con ella, puede haber multas de hasta de 49,5 millones de dólares australianos (32 millones de dólares). Eso alcanza a redes como TikTok (muy popular entre los chicos), Instagram, Facebook, Twitter, entre otras.
A partir de enero de 2025 comenzarán con una prueba para aceitar la aplicación de la ley y en un año entrará en vigor por completo. La iniciativa fue impulsada por el primer ministro laborista Anthony Albanese pero fue apoyada por el principal partido opositor, el Conservador. "Las plataformas ahora tienen la responsabilidad social de garantizar que la seguridad de nuestros niños sea una prioridad para ellos", dijo Albanese. Y agregó: "Nos estamos asegurando de que las mamás y los papás puedan tener esa conversación diferente hoy y en el futuro". Albanese dijo que deberá haber un proceso de verificación de edad más riguroso por parte de las empresas de las redes sociales.
Al anunciar los detalles de la prohibición, el primer ministro describió los riesgos para la salud física y mental de los niños por el uso excesivo de las redes sociales. Entre esos peligros citó los riesgos para las niñas por las representaciones dañinas de la imagen corporal, además del contenido misógino dirigido a los niños. Pero también se tuvieron en cuenta la gran cantidad de testimonios de padres que perdieron a sus hijos por el acoso de las redes sociales o que vivieron situaciones límites. Y ratificó el apoyo a los padres de los chicos damnificados: "Estamos aquí para respaldarlos, es nuestro mensaje a los padres australianos", afirmó Albanese. Y aclaró: "No decimos que su implementación será perfecta, al igual que la prohibición del alcohol para menores de 18 años no significa que alguien menor de 18 años nunca tenga acceso, pero sabemos que es lo correcto".
Un portavoz de TikTok dijo que el proceso se había apresurado y que corría el riesgo de poner a los niños en mayor peligro. "Estamos decepcionados de que el gobierno australiano haya ignorado el consejo de muchos expertos en salud mental, seguridad en línea y defensa de los jóvenes que se han opuesto firmemente a la prohibición", argumentaron desde la red social de origen chino. Es de esperar que la posición australiana también se enfrente a otros gigantes tecnológicos como X (ex Twitter) cuyo dueño, Elon Musk, figura clave en el próximo gobierno de Donald Trump, señaló que esta iniciativa parece ser una "forma encubierta de controlar el acceso a Internet de todos los australianos".
Como se dijo, en ambas Cámaras del Parlamento el proyecto tuvo un apoyo mayoritario. Sin embargo hubo voces disidentes: por ejemplo, el senador David Shoebridge, del partido minoritario de Los Verdes, argumentó que hay expertos en salud mental que señalan que la prohibición podría aislar peligrosamente a muchos niños que usan las redes sociales en busca de apoyo: “Esta política perjudicará a los jóvenes más vulnerables, especialmente en las comunidades regionales y especialmente a la comunidad LGBTQI, al aislarlos”. Del otro lado la senadora de la oposición, Maria Kovacic, defendió la medida: “El principal enfoque de esta iniciativa es simple: exige que las compañías de redes sociales tomen medidas razonables para identificar y eliminar a los usuarios menores de edad de sus plataformas. Esta es una responsabilidad que estas compañías deberían haber estado cumpliendo hace mucho tiempo, pero durante demasiado tiempo han eludido estas responsabilidades en favor del lucro”.
Pero sin dudas las voces con más peso son las de los damnificados. Por ejemplo, la activista por la seguridad en Internet Sonya Ryan, cuya hija de 15 años, Carly, fue asesinada por un pedófilo de 50 años que se hizo pasar por un adolescente en línea, reivindicó la votación del Senado como un “momento monumental en la protección de nuestros niños de daños horrendos en línea”. Y, conmovida con su propia historia, agregó: “Es demasiado tarde para mi hija, Carly, y los muchos otros niños que han sufrido terriblemente y aquellos que han perdido la vida en Australia, pero unámonos en su nombre y aceptemos esto juntos”. Algo similar expresó Wayne Holdsworth, cuyo hijo adolescente Mac se quitó la vida después de ser víctima de una estafa de sextorsión en Internet: “Siempre he sido un australiano orgulloso, pero para mí, tras la decisión del Senado de hoy, estoy rebosante de orgullo”.
Pese a contar con un apoyo previo del 77% de la población australiana, la ley generó opiniones divididas. Por ejemplo, Francesca Sambas, residente de Sydney, sostuvo a la agencia Reuters: "Creo que es una gran idea, porque descubrí que las redes sociales para niños no son realmente apropiadas; a veces pueden ver cosas que no deberían". Distinta es la posición de Shon Klose, quien señaló: "Me siento muy enojado, siento que este gobierno ha tomado la democracia y la ha arrojado por la ventana. ¿Cómo pudieron inventar estas reglas y estas leyes e imponerlas a la gente?". En tanto, hubo menores de edad que manifestaron que buscarían la manera de burlar la prohibición.
Si bien en algunos lugares ya hay leyes que van en ese sentido, como el caso de Francia y algunos Estados de EE.UU., buscando limitar el acceso de los menores de edad, pero no son tan determinantes como la prohibición australiana. Un ejemplo es Florida (EE.UU.) donde rige una prohibición total para menores de 14 años pero está siendo cuestionada judicialmente. Vale decir que no es la primera vez que Australia se enfrenta a las redes sociales: fue el primer país en obligar a esas plataformas a pagar regalías a los medios de comunicación por compartir sus contenidos. Y ahora también analiza la posibilidad de ponerles multas por las estafas que se generan a través de sus aplicaciones. Una guerra que seguramente traerá consecuencias. En el mundo virtual. Y en el real.
(*) Artículo originalmente publicado en mundonews.com.ar. Se reproduce por gentileza de su autor.
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