– Buenas doctor.
– Cómo le va. En qué puedo ayudarlo.
– Mire doctor, yo soy peronista.
– Pah. Y bueno m’hijo. Qué le va hacer. Pero no se preocupe tanto. Mire, es un caso bastante común.
– Sí, sí, ya sé, hay un montón.
(LA CONSULTA SIGUE ADENTRO)
– Claro. Y a algunos no solo no les ha hecho daño, sino que mire lo que le digo, llevan una vida de-no-ve-la.
– Seguro. Pero no es mi caso. Y ando con un problemón, mire.
– Bueno, cuente, para eso vino. A ver si puedo serle útil.
– Lo que me pasa es que este año hay que votar, vio.
– Ajá.
– Y no tengo ni la más puta idea de a quién. No puedo ni dormir pensando en eso. Y me pasa por ser peronista, mentiende.
– Ajá. No entiendo. Si tiene un montón de candidatos.
– ¡Y sí! Pero otra vez casi todos son peronistas. Fíjese: Scioli, peronista. Massa, peronista. Medio de la Ucedé ¿no?
– Cierto.
– Pero a esta altura ¿cómo se distingue a uno de la Ucedé de un peronista? Yo hace años que no me doy cuenta. Desde Menem, con perdón de la palabra. Y más recientemente Boudou, vio. No sé si mentiende.
– Perfectamente.
– Y después está Macri, que ahora también dice que es peronista. A mí me parecía más bien de la ucedé, vio. Pero van cambiando. Al final todos son peronistas. Hasta algunos de los más opositores son peronistas. Como Pino Solanas. ¿Mentiende?
– Claro que sí. Mire, no tengo ningún medicamento para eso. Pero tengo un libro, acá, que le va a venir al pelo. Llévelo. Y que tenga suerte.
– Gracias doctor. Muchagracias
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