El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de Entre Ríos, Raúl Boc-Ho, realizó declaraciones en relación al proyecto que se trata en la Cámara de Diputados por el cual se busca declarar plagas las especies exóticas de jabalí, de chancho asilvestrado y de ciervo axis. Este cambio en la normativa, explicó, permitiría la caza controlada de estas especies de forma nocturna y los días de semana. El funcionario comentó que se desconoce el número de mamíferos invasores que pululan por los campos de la provincia, pero que sí se reconocen graves problemas.
En diálogo con Radio Diputados mencionó que, si bien no les consta, productores rurales le han dicho que jabalíes se comen “corderitos” y “terneros recién nacidos”; en el caso de los Axis “preñan” a hembras de guazuncho que al querer parir “se muere atracada” (SIC).
Raúl Boc-Ho brindó una entrevista, a la emisora radial de la Cámara de Diputados, en oportunidad de tratar el proyecto de Gabriela Lena (UCR-JxER) donde se propone que el cuerpo deliberativo declare plagas al jabalí y el Axis. El funcionario indicó que estas especies causan problemas económicos, ya que suelen comer los cultivos, romper las bolsas en que se almacenan los granos o atacar al ganado. También ocasionan inconvenientes de seguridad (accidentes viales); sanitarios (pueden transmitir enfermedades como la triquinosis al ser consumidos) y ambientales, por el desplazamiento de la fauna autóctona.
Y si bien reconoció que “es una situación que no es nueva”, actualmente se ha visto desbordada ya que han “encontraron un ambiente muy propicio, tienen una alta capacidad reproductiva y fue aumentando la población hasta llegar en los últimos años a un número problemático”, indicó el titular de Agricultura, Ganadería y Pesca.
En cuando a la dimensión del problema, Raúl Boc-Ho admitió que “no hay estudio científico” que haya contabilizado el desborde poblacional. No hay “un número aproximado de estas especies, de mamíferos invasores exóticos, pero sí lo que se está viendo es el efecto que se está viendo”, apuntó. En este orden contó que en reuniones con productores rurales de distintos lugares de la provincia le han planteado “sus problemas de pérdidas en las cosechas”. Contó que el jabalí come todo a su paso e incluso va a atrás del surco de la sembradora engullendo los granos de soja o maíz. Además, “rompen los bolsones (silos bolsa) donde se almacenan los granos. Y nos han llegado datos más sanguinarios, donde se están comiendo corderitos e inclusive terneros recién nacidos”, reveló.
Cruzas
En el caso del siervo, detalló que “come pasto” y que su mayor impacto es “en el medio ambiente, porque al ser especies exóticas muy adaptadas, están desplazando a las autóctonas. El viracho o guazuncho, los animales locales, están siendo corridos espacialmente, pero también –no lo he comprobado, pero me han comentado productores–, el ciervo preña la guazuncha, que es más chiquita, y que tienen el canal de parto adecuado para el tamaño del feto que produce y se muere atracada” (SIC), manifestó Boc-Ho.
Además de estas consecuencias negativas, el funcionario agregó como problema a la “diseminación de una especie invasora vegetal que es la acacia negra”. Ilustró que se trata de “un árbol que se diseminaba por los corredores acuáticos, por arroyo, río, donde la semilla se iba diseminando. Pero hace poco se publicó un trabajo de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Buenos Aires, en donde se hace evaluación de la cantidad de semillas de acacias negras, ciervos y jabalíes y la diseminan por donde anda. Y la verdad es una tasa de inseminación impresionante. Contribuyen a la diseminación de una especie vegetal exótica, que también es invasora agresiva, muy agresiva. La tasa de crecimiento del a acacia negra es el doble del espinillo. Donde empieza invadir queda sólo acacia negra, y que también está declarada plaga”.
Como tercera problemática –además de económica y al ambiente–, el funcionario enumeró los problemas a la seguridad vial que ocasionan las tropillas de ciervos que cuando cruzan las rutas entrerrianas “donde hay cada vez más accidentes” por este fenómeno.
Y en un cuarto lugar, mencionó los problemas sanitarios por la posible transmisión de enfermedades como la triquinosis que puede ser mortal en humanos.
Cacería
“Es un problema complicado, pero hay que encararlo”, sostuvo para detallar la iniciativa que busca controlar su caza para disminuir su población. En este sentido apuntó que se cuenta con dos herramientas para bajar la población. “Hoy una Ley de Caza permite la caza los fines de semana y en horas del día con cupos (de tres ejemplares) para cazadores con permiso y autorización del dueño del predio. Pero esto no alcanza para regular la población”.
La declaración de plaga permitiría reformar la reglamentación de la Ley de Caza y establecer un “mecanismo para aumentar la caza, con un sistema que se usa en el Parque Nacional El Palmar. Se hace convenio con clubes y grupos de cazadores que están organizados y formalizados, con listado de socios y son especialistas. Con estos grupos vamos a hacer convenios de caza controlada. Cuando un productor plantea el problema, se comunica con la Dirección de Fiscalización y Recursos Naturales y coordinamos con estos grupos y control nuestros y las normas de lo que se hace con esos animales”, precisó.
El proyecto de Lena, así, prevé declarar plaga a las tres especies mencionadas, a fin de que se puedan implementar medidas que posibiliten la reducción de la población, entre ellas la ampliación de los horarios, días y cupos de caza. “Estamos organizando un sistema de cazas controladas, mediante convenios con clubes de cazadores, con control de fiscalización”, reiteró.
De la Redacción de ERA Verde
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