Un racconto que puede parecer disparatado de lo ocurrido esta semana, aunque es posible que no sea tan disparatado como la real realidad que se ha visto en la "fractura expuesta" del Gobierno del Frente de Todos, Todas, Todes, Toddys y Teddys.
Por CONRAD MEKETREFE (Politólogo y dueño de un food truck).
Con las urnas aún calientes y ante la urgencia por mostrarse ganadores de la elección primaria, en la que apenas se elegían los candidatos a legisladores, el insigne periodista Roberto Navarro comete la gaffe de salir a festejar de manera exagerada y poco recatada un triunfo que nunca llegó. Unas horas más tarde y ya con el Ice Bucket Challenge sobre la cabeza, el Presidente como único orador en el bunker del Frente de Todos, ensaya un mea culpa por el resultado adverso, ante la mirada seria de la Vicepresidenta Cristina Fernández. El decorado permanece en silencio.
Sin tregua, durante la mañana del lunes, Alberto recibe las primeras renuncias a disposición de los ministros clave, alineados con Cristina. Durante el día se suman a la catarata de notas de resignación más y más ministros, secretarios, directores, la junta de fomento del club Sacachispas y el mozo de Casa de Gobierno.
El Presidente se reúne el martes en la Quinta de Olivos con Cristina para delinear un plan de acción y así contener la crisis institucional, que por estas horas ya parecía inminente. Toman mate con Nueve de Oro, los bizcochos están un poco húmedos. Confiado de estar en el camino correcto, Alberto no ve venir el tsunami que se le avecina. Saca a pasear a Prócer quién hace caca un poco chirla, debe ser por el alimento.
En la noche del miércoles estalla la interna de la, ahora llamada, coalición de gobierno. Una encolerizada pero sincera Cristina publica una carta pública en la que responsabiliza al presidente por la debacle. Argumenta su diatriba con la idea de que ella le había advertido al primer mandatario sobre los cambios que había que realizar y que tenía la corbata torcida. Desde el despacho de Balcarce 50 optan por el silencio.
Durante el día se suman a la catarata de notas de resignación más y más ministros, secretarios, directores, la junta de fomento del club Sacachispas y el mozo de Casa de Gobierno.
Ya en la jornada del jueves, el líder de la silenciosa CGT, Hugo Moyano, sale a apoyar al presidente por los medios diciendo “Es medio boludo, pero es bueno”. Desde Olivos le contestan con un Twitter tajante y categórico “Aprendé a manejar, salame”. Berni aparece en escena poniendo paños fríos y un poco de picana al tema. La diputada Vallejos (¿quién será?) envía un mensaje de whatsapp incendiario llamando al presidente okupa y mequetrefe. El audio se filtra a la prensa. Vallejos aduce que era para el grupo de papis y mamis del colegio.
Wado de Pedro entra en la polémica, el viernes, haciendo un twitch en vivo, defendiendo a la vice y de paso pasa la receta del flan de coco. Alfredo Casero aplaude el flan. Olivos amanece empapelado con afiches que dicen “Esta es la batalla del movimiento / A mover los pies sin parar un momento”. Topa decide ir a la Justicia aduciendo autoría de la frase, no lo atienden, acusa lawfare.
A estas alturas de los acontecimientos y ante el calor de la interna, se van sumando actores a la comedia. Máximo publica en su canal de gamer una solicitada a la unión nacional. La candidata Tolosa Paz sale al ruedo indicando que todo esto estaba en la carta astral —es necesario una biodecodificación del gobierno y sanar el linaje— y acota —encima mercurio está retrógrado.
El jefe de gabinete de ministros, Sexy Cafiero, publica en Taringa un apoyo explícito a la Vicepresidenta. El influencer canino Dylan Fernández sube una historia a Instagram corriéndose la cola, en clara alusión a la coyuntura que no se resuelve. El perro de Macri, el perro de verdad, se suma a la crítica desde la cucha ex presidencial, comentando “típico de Dogchowplanero”.
En medio del clima enrarecido, y por momentos maloliente, Julio Bárbaro, un histórico del peronismo, intenta comunicarse con ambas partes a través del Messenger de Hotmail, pero no se da cuenta que ya no existe más. Así queda trunca una gran posibilidad de acuerdo entre la dupla gobernante.
Marcelo Tinelli, conocido operador político, propone que el tema se dirima en el Bailando. No le dan bola, poco rating. Eduardo Feinmann es internado de urgencia por una erección que no le afloja desde el domingo. Le extirpan las amígdalas que las tenía más grandes. Marcelo Bonelli dice algo, pero no se le entiende un carajo.
Desesperado el Fernández que gobierna, o sea el que no es vice sino presi… pará me confundí… No, está bien, el Fernández de Olivos no la Fernández del Congreso. Fernández publica un encendido discurso a través de Tik Tok, con un disfraz de conejito que le queda un poco ajustado, en un intento por seducir al electorado y dar vuelta la elección de noviembre.
Rápidos de reflejos, varios días después, los opositores golpistas entran a terciar en la cuestión. La candidata Mariu Vidal publica una videorreacción en YouTube, en la que se ríe y pide por la recuperación de la república.
Mientras que el Jefe de Gobierno de CABA, Rodríguez Larreta, sube un video a la misma plataforma titulado “Kernerismo, final explicado”. El video no se entiende, está fuera de foco y encima de fondo se ve una foto de Milei en tanga. Tiene pocas vistas, nadie se suscribe.
Nos gustaría que hubiera un epílogo de esta historia pero, con el drama aún en desarrollo, es difícil ver una salida clara a tremenda contradicción interna del gobierno. Solo nos resta esperar que suban a Netflix la próxima temporada y que por favor dejen de hacer papelones y meternos en su interna.
Continuará…
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