Sergio Busciglio contó por qué tomó la decisión de irse del Lobo luego de que el equipo quedara eliminado en la primera fase del Federal A. Además, analizó los factores futbolísticos y extrafutbolísticos de la mala campaña, su relación con los hinchas y reconoció que ya recibió ofertas de algunos clubes para volver a calzarse el buzo de DT. "Me hubiese gustado seguir, pero el consenso de la gente apuntó todos los cañones a mí. Yo tengo una familia y fui agredido por los hinchas de Gimnasia, y a mi nene en la tribuna también le pegaron, cosa que me duele muchísimo" indicó.
Cuando se conoció la llegada de Sergio Busciglio, en Gimnasia todo era entusiasmo y expectativa. El DT, que comenzaba su segundo ciclo al frente del Lobo entrerriano, venía de disputar la final del Torneo Federal B con San Martín de Mendoza. Sumado a esto, el plantel que se había conformado era otro motivo por el cual soñar con un ascenso para los hinchas del Mens Sana: la dirigencia había logrado repatriar a jugadores emblema como Matías Padilla, Conrado Besel, Silvio Giovenale, Mauro Quiroga y Luciano Leguizamón.
Pero poco duró la ilusión entre los simpatizantes del Lobo. Luego de que el equipo llegara a comandar la tabla general del Federal A, a partir de la segunda rueda comenzó a decaer y nunca encontró el rumbo. Le costó cerrar los partidos, dejó escapar puntos importantes y terminó quedando al margen de la pelea por clasificar.
Sergio Busciglio, ahora ex DT de Gimnasia, conversó con el sitio Interior Futbolero e hizo un repaso de los cuatro meses en los que tuvo a cargo la conducción del equipo: asumió la responsabilidad de la eliminación, habló del plantel, de su relación con los hinchas, de su familia y de sus próximos desafíos.
-Sergio, ¿cuáles fueron las causas que motivaron su salida del club? Porque la dirigencia le ofreció la continuidad…
– Sí, la dirigencia me ofreció la continuidad, pero yo decidí dar un paso al costado. La responsabilidad es mía, por haber llegado a un club con un equipo que ya estaba armado. No tuve la opción de poder elegir los jugadores, ya que estaba jugando las finales con San Martín de Mendoza. Pero salió un contrato bueno con Gimnasia; bueno para mi familia y bueno para mí como desafío.
-¿Cómo fue que tuvo dificultades a la hora de conformar el plantel?
-Tuvimos poco tiempo de trabajo, y los factores climáticos no ayudaron. Fijate que en tres meses, llovió un mes y medio. Las cancha pesadas y los jugadores de buen pie no fueron la conjunción ideal. Y tener nombres en un equipo no significa nada, te ayuda quizás en la experiencia, pero esto es fútbol y necesitas de un funcionamiento, funcionamiento que nunca pudimos lograr. También, cuando yo agarré el club, los delanteros eran Umpiérrez y Besel, y después que firmé contrato, aparecieron Leguizamón y Quiroga, pero llegaron con discontinuidad futbolística. Son nombres, pero bueno, había que darles continuidad. Ponerlos a punto en cuatro semanas era muy difícil.
-No hay que perder de vista que afrontaron un torneo de transición, con un formato diferente y en el que las posibilidades de clasificar eran menores que en ediciones anteriores…
-Sí, estoy de acuerdo con eso, pero el hincha tenía la imagen mía del 2008, cuando le ganamos los clásicos a Patronato, y se olvida muy rápido de todo eso cuando el funcionamiento del equipo no es el que estaban acostumbrados a ver.Estuvimos primeros en la general y tocamos el cielo con las manos, porque ganamos todos los partidos de local. Pero tengo que reconocer que el funcionamiento nunca existió, y eso es lo que me hace dar un paso al costado. Las individualidades que tuvimos nos llevaron a estar arriba, pero la defensa nunca la pude encontrar, nunca pude armarla como me hubiese gustado a mí. Pero el culpable siempre es el técnico, y antes que al club le vaya mal, yo como gente de fútbol asumo que la responsabilidad es toda mía. Por eso doy un paso al costado y abro el camino para un técnico que venga con otra energía.
-¿Nunca analizó la posibilidad de continuar para encarar el próximo torneo con un plantel conformado por usted y su cuerpo técnico?
-Sí, me hubiese gustado seguir, pero el consenso de la gente apuntó todos los cañones a mí. Yo tengo una familia y fui agredido por los hinchas de Gimnasia, y a mi nene en la tribuna también le pegaron, cosa que me duele muchísimo, porque yo estuve dos años acá y le di muchas alegrías al club. Así que por la integridad de mi familia también tomo esta decisión.
-Creo que eso es lo que más se percibe, el enojo y la desilusión del hincha…
-La gente se enojó mucho cuando lo saqué a Leguizamón. Pero yo lo saqué porque trabajo en equipo, y los médicos me dijeron que lo sacara para cuidarlo. Ahora está lesionado y tiene que operarse de los meniscos.
-¿Tenía tomada la decisión de irse antes del último partido en Sunchales?
-En Sunchales esperé que el equipo reaccionara de otra manera, y nosotros nos damos cuenta cuando nos tenemos que ir de un club. Yo no soy necio. Por más que los dirigente me pidieron que siguiera, creí que lo mejor para Gimnasia era irme. Los técnicos tenemos que saber muy bien cuándo nos vamos y cuándo nos quedamos, porque sino corre la cabeza nuestra. Yo no me olvido nunca de los clubes en los que estuve, y Gimnasia es un club al que siempre le tuve un cariño muy grande, y sinceramente no lo sentí con la gente, no me hicieron nunca sentir en mi casa. Se olvidan muy rápido con los resultados.
-Sergio, ¿cómo va a seguir su carrera?
-Ya tengo algunos llamados de otros equipos, pero ahora me quiero tomar unos días en la casa de campo que tengo con mi señora para poder descansar un poco. Una de las cosas que me pasó fue venir de una final, con el estrés que eso significa, directamente a encarar una temporada de cuatro semanas…una locura. Es muy grande, a veces, el estrés que tenemos los técnicos. Ahora me quiero tomar el tiempo suficiente para elegir mi próximo club, aunque no va a pasar mucho, porque ya hay algunas posibilidades.
-¿Qué le gustaría decirle al hincha de Gimnasia después de esta experiencia?
-Al hincha de Gimnasia le digo que me equivoqué al venir, porque el equipo estaba armado, no lo pude armar yo. Segundo, puse toda mi energía como técnico y como ser humano, y nunca pude encontrar el funcionamiento como a mí me gusta, pero puse todo como verdadero profesional que soy. Pido disculpas públicamente por no haber llevado al equipo donde el hincha creía que debería estar. Ojalá el técnico que venga pueda traer algunos refuerzos al gusto de él, como hubiera querido hacerlo yo.
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