Luego de años de una profunda crisis e intentos de salvatajes económicos, la Justicia comercial decretó la quiebra de la firma Industrias Alimenticias Mendocinas, una de las principales productoras y exportadoras de conservas de esta provincia y que en el mercado es reconocida por sus marcas Alco y Canale.
El grupo cuenta con tres plantas de producción localizadas en las localidades mendocinas de Tunuyán, Tupungato y San Rafael. Son alrededor de 1.000 los empleados que corren riesgo de quedarse sin trabajo y justamente la Justicia solicitó que en el proceso de quiebra se protejan las fuentes laborales.
El grupo cuenta con tres plantas de producción localizadas en las localidades mendocinas de Tunuyán, Tupungato y San Rafael. Son alrededor de 1.000 los empleados que corren riesgo de quedarse sin trabajo y justamente la Justicia solicitó que en el proceso de quiebra se protejan las fuentes laborales.
La historia del grupo se remonta a fines de la década del 50 cuando comenzó a operar en la provincia de Mendoza y con el correr de los años logró consolidarse como una de las principales productoras y exportadores de conservas de la provincia. El gran salto lo concretó en 2001 cuando se quedó con a marca comercial Canale y los activos para la producción de mermeladas, además de una planta de envases de hojalata en Lavallol, provincia de Buenos Aires.
La firma había alcanzado un acuerdo en abril del año pasado con el fondo de inversión norteamericano Greylock Capital para reestructurar el pasivo a cambio de acciones pero esto tampoco fue suficiente para palear los problemas de la empresa. En 2015 también recibió un salvataje financiero de Nación por $150 millones para que volviera a operar después del concurso de acreedores que inició en 2010.
RECUPERARLA COMO COOPERATIVA
Sin esperanzas de cobrar indemnizaciones, el delegado Nicolás Macchi apuesta a reconstruirse en formato de cooperativa y cuenta cómo se las arreglan en el día a día.
Tras cinco meses del despido y dos de acampe, los trabajadores de Canale de Llavallol se mantiene en pie de lucha para poder constituirse como cooperativa y volver al ruedo. “Estamos dispuestos a aguantar el tiempo que haya que aguantar”, le asegura el delegado Nicolás Macchi.
Cuenta que tiene 35 años, está casado y tiene hijos chicos. Su compañera está desocupada, pero se lo escucha firme y con fe en lo que viene, pese a que de “medio lejanas” las chances de cobrar la indemnización.
“No confiamos en que puedan llegar a pagar algo”, dice tajante el maquinista balancinero que proyecta su fuerza en sus compañeros: de 86 que quedaron en la calle cerca de 60 seguirán en la cooperativa.
El pesimismo de Macchi sobre los empleadores tiene sus fundamentos y los pone sobre la mesa. El delegado cuenta que la planta de Llavallol tiene una deuda de 150 millones de pesos, la de Mendoza, que tiene la quiebra decretada, junta un pasivo de 1.100 millones. “Catamarca tiene otro tanto, pero está operativa”. A eso hay que agregarle que entre los 86 despidos suman 80 millones de pesos en indemnizaciones, porque la mayoría de los empleados tenía mucha antigüedad.
“Habían propuesto la venta de maquinaria, nosotros lo rechazamos porque dejarles la venta de las máquinas en mano de ellos era nuestro fin: nos terminaban de vaciar”, apunta Macchi sobre la situación que se desencadenó el 29 de octubre, con la llegada de los telegramas.
Ahora tiene su fuerza puesta en constituir la cooperativa, que tiene los trámites avanzados porque ya está integrada ante el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), falta la matrícula.
Mientras tanto se las arreglan: “Hace 90 días que acampamos. Tenemos una parrilla y con ese ingreso se le reparte en parte iguales a los compañeros que están en la guarida”. Además, consiguen trabajo de una bolsa de trabajo: “Nos van llamando de distintos lugares, hacemos changas”. También están cobrando el fondo de desempleo y el juzgado les dio en custodia los bienes.
Desde un comunicado emitido este martes, sintetizaron bastante bien su situación: “Nuestras convicciones siguen intactas”.
Fuentes: ámbito.com y minutouno.com
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