El gobierno anunció que se venderá carne a 149 pesos, después de un acuerdo con algunos frigoríficos. Serán 240 toneladas semanales. Cualquier niño podría hacer un par de operaciones sencillas para advertir de esa decisión no tiene sentido alguno. Puede parecer ignorancia, desconocimiento del país, pero en realidad son decisiones políticas que generan daños, pero para los funcionarios del más alto nivel, eso no tiene relevancia.

 

Por ANÍBAL GALLAY (Especial para EL MIÉRCOLES DIGITAL).

 

El gobierno del ingeniero Macri tomó algunas medidas económicas que pretenden convertirse en un alivio (tal el término) para el bolsillo de millones de argentinos acosados por la inflación.  Estas medidas apuntan a frenar los precios de unos cuantos productos de primera necesidad, entre ellos la carne. Los funcionarios ministeriales eludieron términos como congelamiento, control de precios y otros similares.

Para este gobierno de gerentes, controlar y congelar precios significa transitar caminos propios de la herejía. Y para mayor contradicción, medidas que hasta ayer eran populistas y despreciables, hoy son sabias decisiones. Y hay un punto desconcertante: el acuerdo con los frigoríficos para abastecer de carne a 149 pesos por kilo. Desconcierta por lo incoherente de la medida y sobre todo su inaplicabilidad. Por momentos parece un chiste de mal gusto y por otro una ignorancia notable, y por fin una declaración manifiesta de manotazo desesperado de quienes no parecen acertar en nada.

"La Argentina tiene una población de 45 millones. Suponiendo que todos los argentinos pudieran acceder a esas 240 toneladas, implican 5,3 gramos semanales para cada uno. Para una familia de 4 personas significan 21 gramos semanales u 85 gramos mensuales. Como se ve la medida tomada no sirve para nada".

De acuerdo al ministro de Economía, Nicolás Dujovne, el gobierno logró llegar a un acuerdo para que los frigoríficos provean semanalmente de 240 toneladas de carne. La mitad se comercializará en el Mercado Central y la otra mitad en los propios frigoríficos.

Dejando de lado el notable desconocimiento de la geografía argentina, aun así la medida tiene todos los condimentos de lo absurdo, y quizás con un tono de desprecio hacia la población.

Cifras

La Argentina tiene una población de 45 millones. Suponiendo que todos los argentinos pudieran acceder a esas 240 toneladas, implican 5,3 gramos semanales para cada uno. Para una familia de 4 personas significan 21 gramos semanales u 85 gramos mensuales. Como se ve la medida tomada no sirve para nada.

De todos modos es bueno buscarle algún lado positivo. Y puede convenirse que esa medida será un alivio para millones de pobres que habitan la Argentina, y que podrán acceder a la carne a 149 pesos.

Puede tomarse un universo de 10 millones de pobres, aunque haya muchos más. Las 240 toneladas alcanzarían para que cada uno lleva  a su casa 24 gramos semanales. Son 96 gramos para una familia de cuatro personas.

El consumo de carne en Argentina es de 50 kilos anuales por persona. Redondeando implica unos 4 kilos mensuales. Según el gobierno los frigoríficos pondrán a la venta 240 toneladas semanales, que son al mismo tiempo 960 toneladas mensuales. Si se mantiene el promedio de consumo alcanza para 240 mil personas. Tratando de defender la medida se puede suponer una reducción a 2 kilos mensuales, de modo que llegue a 480 mil personas. Reduciendo aún más, y que solo se consuma 1 kilo por mes, alcanzará para 960.000 personas. Quedan afuera 44 millones de argentinos.

Todo niño que egresa de la escuela primaria sabe multiplicar y dividir. Estos ministros con rimbombantes títulos universitarios, posgrados en el país y en el extranjero parecen ignorar elementales operaciones.  Claro que no se trata de eso, se trata de decisiones políticas cuyos  daños no interesan a los funcionarios.

rubengallay@hotmail.com

 

 

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