Dos de los agentes que declararon son hermanos de dos imputados en la causa, incluso uno de ellos también estuvo señalado como participe de los hechos, pero en las audiencias de remisión a juicio fue sobreseído. Al final de la jornada pidieron que el ex Jefe de la Departamental Uruguay, Sergio Olivera, sea citado a declarar ante el Tribunal.
Por JORGE RUBÉN DÍAZ
Con los testimonios de cuatro policías dio inicio la última semana de declaraciones en las audiencias orales y públicas contra los nueve policías de la provincia de Entre Ríos y un médico, acusados de cometer delitos de vejámenes, falsedad ideológica e incumplimientos de los deberes de funcionario público, como de torturas, contra el ciudadano uruguayense Jorge López, ocurrido el 25 de mayo de 2015.
Daniel Esteban Almeida es oficial mayor, cumplía en esos días las funciones de radio operador en la Jefatura Departamental. Junto a él había otro funcionario que a la fecha es fallecido. Era el encargado de recibir los llamados del 101, de personal de Guardia y de Emergencias
De acuerdo a su relato recibió un “llamado desesperado” de una señora denunciando que un chico “agarró a una chica y se llevaba a los empujones a la zona del baldío”. Según su hipótesis, cree que esa mujer estaba mirando por la ventana.
Ante esta situación mandó a un móvil policial para ver qué pasaba. “A los pocos minutos el móvil de la Segunda pedía apoyo, creo que lo conducía Hortmann. Mi compañero recibió dos o tres llamados. Me decía que estaban tirando piedras”, agregó.
El sargento Guillermo Damián Cergneux es además estudiante de Abogacía. Era chofer del móvil 376 cuando estaba de recorrida, y a las 8.30 de ese 25 de mayo de 2015 recibió el llamado por radio pidiendo apoyo “de manera efusiva”.
“Llegué por Sarmiento, al lado de un patrullero estaba parado el sargento Juan Asín. Me acerco a él y me dice que un masculino le había efectuado un golpe en la cabeza y me muestra que tenía un corte en la parte de atrás de la cabeza. Tenía sangre, estaba sucio en la ropa. Me señala una casa donde se metió una persona de ropa oscura, robusta. Después por el costado de un domicilio sacaban a una persona, lo suben a un móvil y lo llevan. Esa persona tenía ropa oscura. Lo suben al móvil del sargento Asín, a la caja de la camioneta, había resistencia, forcejeo, estaba esposado atrás. No vi sangre en su rostro. Los oficiales que lo retiraban estaban ‘revolcados’, con la ropa sucia. En ese móvil estaba otra persona joven detenida. Había unas 20 personas, era un ambiente hostil”, declaró, pero ni él ni su móvil sufrieron agresiones.
Después declaró: “Cuando lo retiraban al detenido de la casa yo estaba a unos diez metros, en la calle, no escuché nada de lo que decían, no vi en el momento en lo que suben a la caja de la camioneta”. Sin embargo, reconoció a los tres efectivos lo trasladaron: Arias, Borges y Ocampo.
“En Jefatura, el oficial Borges nos pide que nos retiremos para seguir de recorrida, luego nos solicitan que traslademos a Peralta Guini desde la Segunda a la Jefatura. Cuando ingreso por segunda vez recién ahí veo a los detenidos al lado de la camioneta de la Guardia Especial, a uno que lo subían y los otros estaban sentados en la camioneta. El último detenido, antes de subir a la camioneta, salía desde la altura del lavadero de autos. Estaba mojado, iba caminando”.
DECLARARON LOS HERMANOS DE DOS IMPUTADOS
El cabo primero Ángel Martín Miño es hermano de Leonardo Miguel Miño. Contó que estaba de guardia junto a él y Eduardo Sebastián Troncoso -estos dos últimos imputados- todos pertenecientes a la Sección Motorizada de la Policía de Entre Ríos.
“Recibimos el pedido de apoyo. Llegué después por calle Alberdi y lo encontré a mi hermano y a Troncoso con la moto rota. Lo ayude, empujé y acompañé a la Comisaría del Menor, donde fue atendido por un médico, ya que tenía lesiones en el brazo y en las piernas. Después me fui a Jefatura a buscar las llaves de las esposas de los detenidos”.
Reconoció que fue Hortman el que pedía apoyo “desesperadamente” y que Blanc lo acompañaba. Ambos trabajaban en los Bomberos y cuando se disolvió pasaron a trabajar en la calle. “Creo que no tenían experiencia para trabajar en la calle”, opinó Miño.
Después recordó que había mucha gente,” todos mirando hacia donde estaban los patrulleros”. “No vi nada raro de tumultos porque solo me dediqué a mis compañeros. Troncoso tenía un lado de su ropa muy sucio como si se hubiese caído o lo empujaron, él me dijo que sintió que lo empujaron”, agregó.
Jesús Miguel Asín fue el último en declarar. Estuvo imputado y detenido durante varios meses tras la denuncia del caso, hasta que fue absuelto a fines del año pasado. Su hermano, el también sargento Juan José Asín siguió afectado al proceso judicial en calidad de acusado.
De acuerdo a su testimonio, esa mañana estaba de guardia junto a su hermano cuando les pidieron que busquen dos detenidos de la Comisaría Primera para llevar a Tribunales y después fue “relevado”.
“Me fui a la Jefatura, entro por el puesto 3, por el frente no se podía por el acto. Hablo con (Osvaldo Manuel) Huck y me dicen que estaban sirviendo facturas y chocolates. Había reunión entre el Jefe de Operaciones y los agentes nuevos. En eso caen los móviles con los detenidos. Cuando los bajan, se baja mi hermano, me dice que tenía sangre y un corte, se va hacerse curar con el médico. Me quedo en el fondo (del patio interno) y limpio con (Pablo Sebastián) Benítez la caja de la camioneta que tenía olores, después supe que era materia fecal. Después pusieron enfrente a la camioneta del Grupo Especial. Cuando les voy a pedir que me den lugar para sacarla, traían a los detenidos, ni me respondieron. En el móvil de mi hermano nos fuimos al hospital para que lo suturen. Manejaba él, cada tanto paraba porque estaba mareado”, prosiguió.
Asín contó que tras la denuncia estuvieron detenidos uno o dos días en la Jefatura, y otros meses con domiciliaria, pero que pese a pedir que atendieran a su hermano lo se lo negaron y él mismo tuvo que sacarle los puntos de la cabeza “porque le supuraba”.
Dice que aún no sabe porque estuvo detenido aunque estima que las cámaras en Tribunales demostraron que él estaba en ese lugar a esa hora cuando sucedieron los hechos. “Hablé con el fiscal (Mario José) Schreiner , creo. Nuestros representantes, Pérez y Arrechea nos dijeron que no declaremos”, comentó.
De acuerdo a su testimonio, cuando se produjo una de las audiencias con la entonces jueza de Garantías, Evangelina Bruzzo, “supe quién agredió a mi hermano, él me lo dijo, que era uno de los detenidos. Era Jorge López, él estaba en una de las audiencias”, acusó.
Ante la consulta de la Fiscalía, dijo que a la camioneta la lavó con la hidrolavadora, y que Agrelo, Del Valle y no recuerda si Delerse lo llevaban detenidos desde el interior de la Jefatura hacia la camioneta.
CITARÁN A OLIVERA
El abogado defensor Rubén Pagliotto pidió que sea citado a declarar el entonces jefe de la Policía de la seccional Uruguay, Sergio Olivera, quien fuera mencionado en sus declaraciones tanto por Tomás Eloy Fernández como por Marcos Antoniow, entonces subjefe departamental.
En principio esta semana concluirán los testimonios de los testigos. Estaba previsto que el martes y miércoles de la semana que viene se realicen los alegatos, pero por cuestiones de agenda analizan la posibilidad de hacer modificaciones y adelantarlo al lunes 14 de mayo.
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