Tras revelarse escuchas telefónicas sobre la trama que rodea la causa por la muerte del fiscal Alberto Nisman y la denuncia por el encubrimiento de la voladura de la AMIA, en una de ellas se menciona al ex gobernador como un hombre con “despliegue” y capacidad para vender productos a Irán. Una reconstrucción sobre la historia de las operaciones comerciales de Entre Ríos con ese país y las fechas en que se dieron los hechos.
De la Redacción de Página Judicial
El nombre de Sergio Urribarri apareció en una de las escuchas telefónicas que se ventilaron este fin de semana y que se enmarcan en la investigación que se está llevando adelante por la sospechosa muerte del fiscal Alberto Nisman.
Empresarios y autoridades iraníes intentaron armar, en 2014, tras la firma del Memorandum de Entendimiento, un fideicomiso con Irán para venderle al país asiático arroz y bovinos a cambio de petróleo. Este acuerdo fallido fue uno de los argumentos por los cuales Nisman argumentó que había un pacto de impunidad entre el gobierno argentino y el iraní respecto del atentando a la AMIA.
El pacto de impunidad, según la denuncia que Nisman presentó cuatro días antes de morir, se explicitó en el Memorandum de Entendimiento firmado el 23 de enero de 2013, que pretendía revisar lo ocurrido tras el atentado y permitía que los iraníes acusados –y prófugos de la justicia argentina– declararan en su país.
El interesado en aceitar los contactos y que salga el negocio era Jorge Yussuf Khalil, un allegado a la Embajada de Irán, denunciado por Nisman como parte del plan para encubrir a los sospechosos iraníes de volar la mutual judía. Yussuf seguía instrucciones de Mohsen Rabbani, el ex agregado cultural de la sede diplomática en Buenos Aires, sospechoso de organizar el atentado.
La aparición del ex gobernador en esta trama se conoció este fin de semana en uno de los audios de las escuchas telefónicas que había ordenado Nisman. El 1 de mayo de 2014, Yussuf Khalil habla con Abdul Karim Paz, líder religioso de la mezquita de Flores, y menciona al actual presidente de la Cámara de Diputados.
“Somos unos panchos bárbaros nosotros (…) Somos unos panchos bárbaros, ya se juntaron con el canciller, ya formaron un fideicomiso, me contó todo… Somos unos panchos bárbaros…se encontraron en América Latina, en el Caribe. Me contó todo: ‘Jorge vos sos mi amigo, te lo tengo que decir, paso esto, esto, esto y lo otro… estamos armando todo, ya se juntó el empresario con el canciller’. El muchacho este Hermann (Karsten), que llevé yo. Aparte hay otras puntas, no sabés como está avanzando este hombre. Ya hablaron con Urribarri, Urribarri va a hablar con ellos, no sabes el despliegue que tiene. Nos dejaron afuera de todo, son de cuarta”, le dice Yussuf, visiblemente enojado, a Karim Paz.
Hay un segundo audio, del 28 de septiembre de 2014, en el que Yussuf vuelve a quejarse, esta vez ante Mohsen Rabbani, por haberse quedado afuera del negocio de la venta de arroz argentino a Irán: “Yo traje un trabajo económico para que usted no ponga más plata, lo junté al Safir (Abdul Karim Paz) con un senador y un grupo de empresarios… hicieron negocios, porque el senador me lo dijo a mí que el empresario ya hizo negocios con Irán y a nosotros nos dejaron afuera, un tipo que llevé yo, Sheik. Este empresario se llama Hermann, un alemán, que es muy poderoso, hizo ventas de arroz y le voy a averiguar más porque están tratando de hacer algo con el petróleo, pero ya hizo ventas de arroz. Y a nosotros nos dejaron afuera”, dice Yussuf Kahlil.
El empresario Hermann Karsten, mencionado en ambas conversaciones, es un alemán que tiene negocios de forestación, ganadería, software y recaudación de impuestos. Es también la cara visible de Relevamientos Catastrales SA, una firma que después de aquella exportación de arroz entrerriano a Irán tuvo importantes negocios en la provincia.
El portal Entre Ríos Ahora reveló que en 2014, Guillermo Smaldone, contrató a la empresa de Karsten por 19.800.000 pesos por tres años para la provisión de un servicio de relevamiento, análisis, diagnóstico, diseño, desarrollo e implementación de un software de gestión y administración integral para el Ministerio de Trabajo; y en 2015 el propio Urribarri le adjudicó a Relevamientos Catastrales SA un contrato anual por 7.833.600 por la prestación de un servicio de soporte técnico operativo y de mantenimiento de software en Dirección General de Ajustes y Liquidaciones del Ministerio de Economía.
ENIGMAS
Se desconoce qué papel pudo haber tenido Urribarri en esta trama, más que ser uno de los hombres de confianza de Cristina Kirchner, a quien Nisman sindicó como artífice de un plan para obtener la impunidad en la investigación por la voladura de la AMIA. Para el fiscal fallecido, el plan se completaba con el intercambio de productos locales por petróleo, lo que finalmente se confirmó por las recientes escuchas.
El 13 de agosto de 2012, el gobierno anunció que Entre Ríos, después de 19 años, volvería a exportar arroz a la República Islámica de Irán. Eran 14.000 toneladas de arroz entrerriano de alta calidad que dos meses después salieron desde el puerto de Concepción del Uruguay. La operación comercial fue compleja. El transporte lo hizo un buque con bandera de Barbados y se utilizó un trader, un comprador ficticio, que era la empresa austríaca Voest Alpine Intertrading, para que hiciera la exportación, a raíz del bloqueo comercial que tenía Irán.
Esta decisión, hay que dejarlo claramente, fue anterior a la firma del Memorándum. Sin embargo, en un artículo publicado por el diario Perfil el 26 de marzo de 2011, el periodista Pepe Eliaschev denunció que el Gobierno negociaba “un pacto secreto” con Irán para olvidar los atentados, a cambio de sellar una agenda de intercambio comercial.
Otro elemento enigmático se conoció a un año de la muerte de Nisman cuando se reveló que el teléfono celular y la computadora personal del fiscal habían sido hackeados con un virus troyano que permitía descargar y ejecutar programas en los dispositivos, así como “realizar una búsqueda física de la IP del equipo infectado”. Es decir que actuaba como una especie de GPS oculto para controlar los movimientos de Nisman.
Una pericia determinó que el virus ingresó por la cuenta e-mail de Yahoo! del fiscal con el asunto “Estrictamente Secreto y Confidencial.pdf”. El “código malicioso”, como denominan al virus, reportaba a una consola de control ubicada en el dominio “deyrep24.ddns.net”. Tras un análisis de las direcciones IP que se utilizaron para administrar esa consola, los investigadores determinaron que el virus había sido disparado desde una cuenta radicada en la ciudad de Paraná (desde un smartphone o desde una computadora) y que reportaba a una consola con sede en Miami. Página Judicial dio detalles oportunamente sobre el caso.
Las nuevas escuchas, más de cuatrocientas, serán investigadas por el juez Ariel Lijo a partir de febrero.
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