¿Empiezan las clases? En un posteo en su muro de facebook el profesor Federico Tálamo realizó algunas aclaraciones imprescindibles sobre el estado de la situación. Aquí se reproducen.
CONFLICTO SALARIAL DOCENTE EN ENTRE RÍOS
Algunas aclaraciones necesarias:
- Administrativa y presupuestariamente hablando, en la Argentina existen veinticuatro sistemas educativos (uno por cada provincia y la Capital Federal). Ha sido así desde que la dictadura en 1978 y el menemismo en 1991 se ocuparon de que el Estado nacional no tenga más docentes ni escuelas propias.
- La Paritaria Nacional Docente, instituida en 2005 por medio de la Ley de Financiamiento Educativo N° 26.075 y reglamentada en 2007 a través del Decreto N° 457, determina (entre otras cosas) un piso salarial sobre el cual se desarrollan las discusiones en cada jurisdicción. La misma no existió entre 2017 y 2019 por decisión presidencial, dibujando en su lugar una fórmula en base al Salario Mínimo, Vital y Móvil que hoy colocaría el piso en 20.250 pesos.
- En la provincia de Entre Ríos el gobierno dilató los tiempos de la discusión y convocó a paritaria salarial recién para el próximo viernes 6 de marzo, cuando el inicio de las clases está previsto para el lunes 2. Un mes antes ya se había hecho pública la declaración del Plenario de Secretarios Generales de AGMER, en la que se expusieron claramente las principales demandas del colectivo docente (entre ellas un incremento salarial por encima de la inflación y la defensa irrestricta de nuestro régimen jubilatorio).
- Sin propuesta de recomposición salarial es altamente probable que las clases no comiencen debido al legítimo ejercicio del derecho de huelga. Decimos que es probable y no que es un hecho porque al paro no lo decide la conducción del sindicato, sino el colectivo docente mediante asambleas en toda la provincia que construyen los mandatos para el Congreso de mañana.
- Si las clases no comienzan con normalidad (lo cual es casi seguro) será por responsabilidad del gobernador Bordet que así lo decidió. Quien no lo entienda de este modo está siendo víctima (o cómplice) del discurso patronal, además de ser funcional a la oscura tarea de sembrar divisiones, acusaciones y sospechas entre trabajadores.
(*) Artículo reproducido con autorización de su autor.
Esta nota es posible gracias al aporte de nuestros lectoresSumate a la comunidad El Miércoles mediante un aporte económico mensual para que podamos seguir haciendo periodismo libre, cooperativo, sin condicionantes y autogestivo. |