El edificio donde funcionaron durante más de medio siglo la Unión Obrera Departamental y la cooperativa “El Despertar del Obrero” –pioneras en las luchas de la clase trabajadora y el cooperativismo obrero en Entre Ríos– está siendo remodelado por sus nuevos propetarios. La razón es que el Municipio de Concepción del Uruguay hizo caso omiso a las iniciativas para preservar la legendaria esquina. Uno de los militantes que en su momento fue refugiado en ese lugar, reflexionó: “Así como se resguardan los lugares trágicos para el pueblo argentino, tendríamos que resguardar los lugares donde se ejerció la solidaridad”.
Por AMÉRICO SCHVARTZMAN de la redacción de EL MIÉRCOLES DIGITAL
En 2012 se presentó un proyecto de ordenanza en el Concejo Deliberante de Concepción del Uruguay pidiendo la incorporación del antiguo edificio donde funcionó “El Despertar del Obrero” al Patrimonio Cultural e Histórico de la ciudad de Concepción del Uruguay. Pese a los reclamos de su autora, la concejala socialista Verónica Magni, la iniciativa no se discutió nunca. Mientras tanto, los nuevos propietarios del lugar avanzaron con las edificaciones que pretenden realizar, y como parte de ella, esta semana comenzaron a remodelar el emblemático lugar. Este jueves, la edila Magni dio a conocer su molestia: “Es un crimen que el oficialismo haya decidido no tratar nunca el proyecto que presentamos en 2012 a fin de declarar Patrimonio Histórico Cultural Uruguayense al mítico edificio del Despertar del Obrero (bastión de luchas obrero- sindicales y en defensa de los derechos humanos). Con este modo de obrar, impidió que pudiera al menos preservarse su histórica fachada”, escribió en las redes sociales. De inmediato la noticia comenzó a propagarse.
El edificio está ubicado en la esquina de Rocamora y Combatientes de Malvinas, y tras producirse la venta, la preocupación por la pérdida de este patrimonio tomó forma en la iniciativa que el Concejo Deliberante nunca trató.
UNA HISTORIA ENRAIZADA EN ENTRE RÍOS
El legendario dirigente obrero Juan Balsechi (El Manco Balsechi) fue el principal impulsor de la protesta obrera y la organización de los trabajadores en la costa entrerriana del río Uruguay. Fundador de la Cooperativa El Despertar del Obrero y de la Unión Obrera Departamental, fue también un soñador muy práctico: las anécdotas sobre el libertario Balsechi, la capacidad organizativa que exhibió en sus largos años de lucha, el temor que le tenían los sectores patronales, la fructífera obra que impulsó, son célebres en Concepción del Uruguay y en toda la zona, aunque hasta hace muy poco tiempo solo formaban parte de la historia oral y casi no había trabajos historiográficos sobre la impresionante labor desarrollada.
El sueño de Balsechi era una central obrera provincial que no sólo nucleara a los sindicatos sino además, fuera capaz de organizar sus propias cooperativas de producción y consumo, sus periódicos, sus instituciones culturales y educativas. A todo eso llegó a concretarlo en La Histórica, y la esquina que hoy está a punto de ser demolida, fue durante décadas punto de encuentro de anarquistas, socialistas, comunistas y luchadores sociales de todas las vertientes.
La historia de “El Despertar” atraviesa el siglo pasado: nació como cooperativa en 1918 a partir de una huelga de panaderos, y desde entonces, en ella se apoyó todo el accionar de la Unión Obrera Departamental, donde se aglutinaron los nacientes sindicatos de la región. Pero además fue una especie de faro de conciencia, un incansable promotor de iniciativas emancipatorias de los trabajadores. Elisa Balsechi, historiadora y nieta del célebre Manco, contaba pocos años atrás en una entrevista: “Se desarrolló una acción importantísima en diferentes niveles, en lo económico hubo una cooperativa de préstamos, una cooperativa impresora, edificación de viviendas para familias de trabajadores. En lo social se brindaba asesoramiento jurídico para los obreros sobre sus derechos gremiales y hasta hubo un proyecto de policlínico que no llegó a concretarse, aunque ya se habían adquirido los terrenos. Una serie de conquistas en lo social en un período en que el Estado no daba ninguna protección”.
PASIÓN POR HACER
La pasión, el entusiasmo por el porvenir construido desde la emancipación de los trabajadores, contagiaba e irradiaba desde ese faro que fue El Despertar del Obrero: sus casi cuarenta sucursales en la región, su biblioteca y centro cultural “Sembrando flores” con su escuela de primeras letras y su universidad obrera, su grupo de teatro “Germinal”, su cooperativa de crédito, su imprenta y su periódico “El Despertar”, y hasta una comparsa –sí, una formación carnavalesca– que se llamaba “Hijos del trabajo”. Todos juntos, cada Primero de Mayo colmaban la plaza Ramírez y provocaban no poco temor entre las conservadoras dirigencias de aquellos años.
Cuenta Miguel Angel Pepe en su Memorias del caminante, que en los años 1940 “era un lujo verlos desfilar con los pantalones y blusas inmaculadas, zapatillas blancas, cinturones y bandoleras de seda roja, boinas albas, amarillas o rojas coquetamente requintadas, los tambores, los negros bien tiznados, con sus escobas cubiertas de espejitos, los estandartes con el nombre glorioso, los trofeos de viejas competencias y las banderas rojas flameando orgullosas, como un violento desafío al mundo capitalista, enfermo de egoísmo, derrotado por sus contradicciones”.
La pasión acicateada por el crecimiento de la labor cultural fue tan pronunciada que hasta se extendió a los nombres de los niños. Era común entre los miembros de la UOD –y en general una vieja costumbre obrera– bautizar a sus vástagos con palabras caras a la lucha emprendida: “Libertario”, “Iris o Aurora” (en relación al amanecer de un nuevo mundo), “Libertad”, “Armonía”, y muchos otros dulces apelativos que evocan la nueva sociedad que construirían con sus luchas. Pero un nombre sólo se verifica en la costa entrerriana del río Uruguay: Edo. La sigla de “El Despertar del Obrero”. El hijo mayor de Balsechi, así como muchos uruguayenses (ya ancianos o fallecidos) portaron ese nombre a modo de homenaje a la institución.
En la esquina que durante décadas fue escenario del accionar de “El despertar del obrero”, quedó sólo una panadería que conservó durante años una parte del nombre. Para los uruguayenses, desde siempre, esa es la “esquina del despertar”.
RESGUARDAR LA MEMORIA DE LA SOLIDARIDAD
En el libro “Voces del sindicalismo entrerriano: memorias de la Unión Obrera Departamental de Concepción del Uruguay, 1918-1943”, Jorge Gilbert y Elisa Balsechi contaron parte de la increíble historia de El Despertar y la UOD. Falta un lapso importante, porque El Despertar sobrevivió hasta la década del 80, e incluso durante los años en que las dictaduras asolaban América del Sur, fue refugio de perseguidos.
Uno de ellos fue el militante uruguayo Krishna Lapunov, quien reside en Suecia, donde se estableció con su familia luego del obligado exilio. Recientemente, de visita en Paysandú, pasó por Concepción del Uruguay para recordar aquellos tiempos y se sumó al reclamo por la preservación de El Despertar del Obrero. La concejala Magni lo recibió junto a un grupo de militantes. Al presentarse el proyecto, Lapunov, desde Suecia envió una nota de adhesión al mismo, recordando la solidaridad de los uruguayenses para con los refugiados políticos de la dictadura oriental, instalada en 1973, especialmente los dirigentes de El Despertar del Obrero que alojaban a los orientales perseguidos. Lapunov se mostró asombrado cuando se le comunicó que el proyecto no fue aprobado por el oficialismo justicialista y lamentó “que no se privilegie preservar un sitio donde la histórica solidaridad argentina y oriental, más aún, entre sanduceros y concepcioneros se hizo manifiesta cuando debía ser, en los años más duros en el cono sur latinoamericano”.
Otro refugiado, de El Despertar, Luis María Moura, se comunicó con el grupo de personas impulsoras de la preservación de la esquina, diciendo: “Tengo el mejor recuerdo de la gente que estaba en el Despertar del Obrero, donde la solidaridad del pueblo entrerriano nos dio abrigo en aquellas circunstancias de la vida”. A continuación expresó una frase más que significativa: “Así como el gobierno ha resguardado los lugares trágicos para el pueblo argentino, para resguardar su memoria, tendríamos que resguardar los lugares donde se ejerció la solidaridad para los pueblos hermanos y las clases más desfavorecidas. Donde la clase obrera siempre tuvo su lugar. Es un predio para el cual pueblo de Concepción tiene que tener el mayor orgullo”.
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