Concepción del Uruguay volvió a decir “Ni una menos”

Marchando alrededor de la plaza Ramírez parte de la ciudadanía de Concepción del Uruguay dijo “Ni una Menos”. Fue la tercera movilización que se realiza promoviendo el llamado a conciencia sobre este problema social. Vea toda la galería de imágenes de EL MIÉRCOLES DIGITAL.

Por J.R.D

Fotos: CLARA CHAUVÍN Y MARIO ROVINA

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La fresca tarde uruguayense fue testigo de otra movilización popular pidiendo Ni Una Menos. Desde las 15 diferentes stands se fueron ubicando en el centro de la plaza principal de La Histórica, pertenecientes a diferentes agrupaciones sociales y políticas, estudiantes, gremios, entre otros actores de la vida cotidiana se dieron cita a este encuentro de llamado a la concientización contra la violencia de género; casi todas estas organizaciones –que durante la marcha portaron sus remeras, pancartas y banderas- repartieron volantes o publicaciones referidas a la actividad.
En cuanto a cantidad de participantes fue mayor a la del 28 de noviembre del año pasado pero nada se compara con la primera –la del 3 de junio- donde verdaderamente fue masiva.
Integrantes del cuerpo de bomberos voluntarios de nuestra ciudad, tanto mujeres como varones, se dieron cita y participaron orgullosos con sus uniformes.

En un año los números de casos de femicidios siguieron creciendo –tal como lo denunciaron los organizadores en la carta consensuada leída al pie de la pirámide de la plaza Ramírez- pero en cuanto a expresión concreta y visible, no tuvo un acompañamiento como lo amerita el llamado a combatir un flagelo que no da tregua y sigue costando vidas.
Como dato importante es de destacar la gran cantidad de jóvenes que se dieron cita, la mayoría de ellos adolescentes que cursan en el nivel medio.

En cuanto a presencias de autoridades políticas se repitieron algunas del año pasado y otras aparecieron pese a que en las anteriores –principalmente en la segunda- no se los había visto. Dijeron presentes funcionarios municipales, como la titular del Área de la Mujer, como Analía Gómez; concejales oficialista y opositores; la ex concejala Verónica Magni, dirigentes provinciales como el diputado provincial José Antonio Artusi, el ex candidato a intendente Juan Carlos Cholo Aguirre, entre otros, y se mezclaron con los participaron de la movida cuya fila cerró el intendente José Eduardo Lauritto y su vice Martín Oliva.

Rocío Múñoz y Paola Delsart concluyeron el acto con par de canciones.

EL TESTIMONIO TEXTUAL

“Lo de hoy es la demostración de los resultados de tantas reuniones, que no ha sido en vano” dijo la presentadora y locutora Soledad Martínez, y dio pié a la lectura del documento que leyeron “a dos voces” Ana Paula Alegre y Clara Chauvín, ambas periodistas y comprometidas también en la organización.

A continuación el texto:

DOCUMENTO UNICO

Ni Una Menos- 3 de Junio de 2016.

Hace exactamente un año salíamos a las calles por varias cuestiones. Para decir basta. Para visibilizar una terrible problemática social. Para exigir la intervención de los tres poderes del Estado. Pero también para decirle a toda una sociedad que pare. Que las cientos de mujeres muertas a causa de femicidios son un problema de todos y que si no trabajamos juntos para lograr un cambio cultural va a ser mucho más difícil frenarlo.

Gracias a lo manifestado aquel 3 de junio cerramos un 2015 con muchas medidas que hacían eco de nuestros reclamos, pero también con 286 víctimas de femicidios y arrancamos el 2016 con 66 nuevas muertes en los primeros cien días. También debemos destacar los daños colaterales: según estadísticas nacionales, cada semana, 6 niños quedan huérfanos como consecuencia de los femicidios. Peor aún: mientras nos organizábamos para salir de nuevo, seguimos sumando muertas. Porque no son muertes ni muertos, son MUERTAS.-

La muerte en sí misma no es solamente el cuerpo que yace al  costado del camino, en rutas o en descampados; como así tampoco el femicida es el único que mata.-

A nosotras nos matan todos los días y el cuerpo inerte es solo su máxima expresión.

La violencia machista nos va acabando de a poco, porque es el asesino común de todas nosotras. Y casi sin darnos cuenta, lo vamos consintiendo.

Nos hemos acostumbrado a vivir inmersas en sociedades patriarcales y en la cultura machista que excluye, que menosprecia y que duele.

Hemos naturalizado actos discriminatorios en todos los ámbitos de nuestras vidas, así como tratos sexistas y violentos. Basta con prender la televisión para darnos cuenta de que es así. La cosificación de la mujer, el morbo constante y la denigración permanente que se ocupan de instalar los medios de comunicación y que nosotros, casi sin percibirlo consumimos, también mata.

Todos los días reafirmamos estereotipos sociales y validamos conductas arcaicas. La mujer que cobra menos por igual tarea todavía existe. La trata de personas, la explotación sexual y el que lo consume todavía existen. La estigmatización por la vestimenta todavía existe. También existen los odios, los resentimientos y el rechazo por decir lo que pensamos. Los ataques y detenciones arbitrarias sufridos por muchas compañeras en el último Encuentro Nacional de Mujeres dan cuenta de ello.

Después de las marchas de aquel 3 de junio se crearon, por ejemplo, observatorios y se sanciono la ley de patrocinio legal gratuito para víctimas de violencia de género. Todavía estamos esperando que se reglamente y nos quedamos sin observatorios. También vaciaron y desfinanciaron programas nacionales tales como el de salud sexual y reproductiva. También terminaron con la moratoria previsional para amas de casa que permitía el acceso a una jubilación a miles de mujeres.

Las crisis económicas también nos matan, como nos mata el desempleo, como nos matan todas aquellas medidas económicas que excluyen, que vuelven a las mujeres pobres más pobres y a las indefensas mas indefensas.

Que restringen la independencia económica y que no nos permite alejarnos de todo aquello que nos hace daño.

Podremos retroceder en los pocos avances obtenidos, no tenemos miedo. Volveremos a las calles las veces que sea necesario y exigiremos a quien tengamos que exigir hasta que las muertes se acaben. Porque siempre, lo más peligroso e irreversible es la indiferencia del pueblo.

Los pueblos dormidos no pueden cubrir necesidades, ni lograr objetivos, ni exigir lo que falta. Los pueblos dormidos no tienen voz, son los nadies, a los que nadie va darle respuestas. Por eso elegimos salir de nuevo y por eso vamos a seguir saliendo.

Porque exigimos un poder judicial eficiente, con jueces objetivos, no sexistas. Que tengan la capacidad de intervenir rápidamente antes de que sea demasiado tarde. Que encierre femicidas y no mujeres por tener abortos espontáneos.

Queremos que dejen de monopolizar la opinión pública y que nos muestren a cada mujer que fue asesinada en cada rincón de nuestro país.

Queremos que los legisladores y legisladoras sancionen lo que falta y que podamos implementar, de una vez por todas, la asesoría jurídica gratuita para victimas de violencia que fuera sancionada en noviembre de 2015 y de la cual aun no hemos tenido noticias.

Queremos observatorios a nivel nacional, provincial y local que nos permita contar con datos reales y concretos y que reflejen lo que nos está sucediendo, no solo lo que quieren mostrar.

Queremos refugios de mujeres y protocolos claros y concisos que establezcan donde cuándo y con quien hablar ante situaciones de violencia.

Queremos poder hablarlo en las escuelas y en las universidades sin censuras.

Queremos que haya presupuesto para poder llevarlo a cabo

Queremos estar libres, empoderadas y autónomas.

Pero ante todo, NOS QUEREMOS VIVAS Y EN LAS CALLES.-

NI UNA MENOS!

VIVAS NOS QUEREMOS!

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