Isaías Gottlieb, el fantasmal colaborador de El Miércoles Digital, reapareció con esta notita especial acerca de la curiosa ciudad entrerriana cuyo intendente decide por decreto cómo deben pensar sus habitantes.
Por Isaías Gottlieb (*)
Entre Ríos amaneció esta semana con la noticia de que el intendente de Concordia resolvió, mediante un decreto, que la totalidad de los 150 mil habitantes de esa ciudad están a favor del aborto clandestino.
Me aseguran mis informantes que por estas horas se espera un nuevo edicto de Enrique Tomás III, en el que se informará el castigo para cada concordiense que ose manifestarse a favor del proyecto de ley que debate el Parlamento.
Estas noticias podrán ser sorprendentes para algunas personas, pero es necesario que sepan que la mencionada ciudad entrerriana tiene un régimen político diferente. En Concordia rige una crestocracia. (Dato importante para quienes no viven en Entre Ríos: Enrique Tomás III, actual intendente y antes legislador, es hermano de Mayda, quien es diputada nacional, e hijo de Juan Carlos, dos veces intendente, quien a su vez es hijo de Enrique Tomás I, quien fuera gobernador).
Debo reconocer que hasta hace poco, yo no sabía lo que era la crestocracia. Pero estuve leyendo y capacitándome. Siempre lo hago antes de escribir columnas como éstas, y también en ocasiones, antes de no escribirlas.
Así pude saber que distintos trabajos recientes de investigadores en ciencia política dan cuenta del sistema que rige en "San Antonio de Padua de la Concordia" (tal el nombre oficial completo de la ciudad. En serio). En base a esas investigaciones, explican que la crestocracia es una categoría mixta de régimen político, que mixtura teocracia, demagogia, cleptocracia y nepotismo.
Otra característica del régimen crestócrata es la consolidación de una pobreza estructural perenne. Esto parece algo que la dinastía feudal valora profundamente: aún en los más prósperos años de los distintos gobiernos a los que el feudo adhirió, siempre pudo mantener su récord de ser la ciudad con mayor pobreza de la Argentina. Y lo ostentan con orgullo.
Los cientistas políticos aseguran que una de las razones por las que la dinastía créstica propicia el aborto clandestino es porque se conecta directamente con el mantenimiento de dicho récord. Cito: "De acuerdo a nuestros estudios, el negocio derivado de la clandestinidad les permite obtener montos dinerarios que luego se destinan 'a comprar polenta, fideos y esas porquerías que comen los pobres que nos votan', como explicó un alto funcionario del feudo en una conversación que pidió mantener en reserva". (Deschamps, Thierry and Trippier, James. "¿Kleptocracy or Crestocracy?: the singular model of Concordia". Journal of the American Political Science Association. 2.2‐3 (2014): 162-192)
En el resto de las ciudades entrerrianas, si bien rigen sistemas políticos muy singulares, no se ha encontrado ninguno tan particular.
Se teme también que haya un éxodo masivo en Concordia. La familia real estudia, según me refieren, amurallar la ciudad gobernada por la dinastía Cresto, con lo cual los miles de habitantes que no estén de acuerdo con el aborto clandestino que ellos propician, tendrían la opción de quedarse afuera, conformando otro conglomerado urbano que, obviamente, ya no se llamará "San Antonio de Padua de la Concordia" sino, probablemente, "Discordia" o algo así.
A quienes tomen esa decisión solo se les permitirá ingresar a la ciudad amurallada para trabajar, para pagar cuentas o para abortar clandestinamente, práctica que, como se dijo, la familia real de los Cresto apoya con fervor religioso.
Esto me dicen mis informantes, pero no me parece totalmente seguro. Ah, claro, ni seguro, ni legal, ni gratuito. Recuerden, es Concordia, la crestocracia.
(*) Isaias Gottlieb es epistemólogo, instructor de coaching ontológico y de marketing metafísico. En los ratos libres, pasea perros (ajenos).
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