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De la pesadilla al sueño: un reconocimiento a los estudiantes del Nivel Superior

La autora de esta nota asegura que las y los estudiantes de nivel superior están sosteniendo ante la pandemia el derecho a la educación, pese a todas las dificultades que atraviesan, y enfatiza que la juventud, lejos de estar perdida, “está encontrada”.

 

 

Por VANESA LEOPARDO (*)

 

Existen en las ciudades, en estaciones, en grandes almacenes u oficinas dependencias llamadas “de objetos perdidos”. Es posible siempre recurrir a ellas si se ha extraviado algo y a veces lo extraviado se recupera (no siempre). Pero no existen -que sepamos- oficinas o dependencias a las que ir a buscar sujetos perdidos. El extravío del sujeto no tiene localización. Aun así, a veces, se lo reencuentra en un recodo de la vida.

 

Arrancamos, en aquel comienzo que iba a durar un ratito de esa manera. Lo nuevo, la rareza, pasaría en pocos días. La pesadilla era temporaria. Luego vendría lo habitual, lo conocido. Había que esperar un cachito, nada más. No se trataba de despertar, siempre supimos que estábamos despiertos. Estimamos que -a lo sumo- vendría un requerimiento de “acomodación” a lo conocido, que estaba en pausa.

Y así fuimos generando los encuentros. Ese primer video (agradecido), conversaciones en red y las clases virtuales: ¡tremendos encuentros! Pero lo breve se instalaba para quedarse, nos obligó a dejar de mirar el árbol y empezar a ver el bosque. Y el bosque estaba lleno de ramas que se tocaban unas a otras, en-red-dadas, de modo que ninguna se caía. Por instantes podía parecer que alguna iba a quebrarse, pero no se caía, porque fuimos muchas ramas sosteniéndonos.

¿Cómo hacer de la distancia y la incertidumbre algo que nos “amuche” en una perspectiva de posibilidad, de sueño compartido? Tal vez, esa ha sido la pregunta génesis del encuentro. ¿Cómo amasar la pesadilla real y convertirla en otra cosa? Y como toda respuesta: USTEDES, construyendo el sueño, desmitificando la ley de la selva y los discursos que anulan la posibilidad de lo colectivo. Y otros discursos también: ese de que la juventud está perdida.

"¿Perdida? No. ¡La juventud está encontrada! Está armando como puede, atravesando y agradeciendo. Está aprendiendo, sí, pero también está enseñando..."

Ahí: “ustedes”. Con proyecciones, ideas, ideales, ideologías, ganas que comenzaron a poner en la pantalla, en el mensaje a las 11 de la noche, en la pregunta del sábado, del domingo, porque aquella pausa se convertía también en un tiempo sin tiempo. ¡La juventud está encontrada! -pensé- está armando como puede, atravesando y agradeciendo. Está aprendiendo, sí, pero también está enseñando con la convicción de que sostener es ideológico, encontrarnos -a pesar de todo- es ideológico, que no responde a la necesidad de cursar ‘como sea’ la carrera, que es reduccionista esa idea de “salvar la cursada”, es minimizar la cuestión. Se trata del Derecho a la Educación. Se trata del deseo a la educación.

Así los vi, queriendo, sosteniendo por deseo. Y cuando dijimos que íbamos a seguir ahí, “a pesar de todo”, no sólo dijimos LA PANDEMIA. Dijimos: a pesar del perro que ladra mientras estás en clase, de tu hermanito que corre por toda la casa, de tu bebé que tenés en brazos mientras cursás y se te queda dormido, y seguís. Del otro hermano que también necesita la compu, de la cantidad de veces que me falló la conexión y te quedaste ahí esperando, con el mensaje: “No se te escucha profe, ¿qué pasó?”, “tranqui, profe, te esperamos”. Estás ahí, con el “gracias profe” cuando me he quedado con la sensación de desastre, de haber dado mucho menos de lo que te merecías. “Gracias profe por hacernos pensar”, ¡como si ustedes no trajeran eso!

Ningún estudiante está gozando de la no presencialidad, también les gusta el abrazo, la mirada, el gesto. Abracémoslos, no nos olvidemos de abrazarlos. No convirtamos su miedo, su angustia,  su frustración, en falta de ganas. No, no es eso.

Quiero, como docente, seguir siendo rama que se estira cada vez más y sostiene. Porque es ideológico ser rama.

 

(*) La autora de esta nota es licenciada en Trabajo Social egresada de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y magister en Salud Mental, egresada de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). Docente e investigadora, ejerce en el Instituto Tobar García, forma parte del Servicio de Apoyo Interdisciplinario Educativo (SAIE) del departamento Uruguay y participa en proyectos de investigación relacionados a educación, salud mental, infancia y discapacidad. Su correo electrónico es vleopardo@hotmail.com.

 

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