Este miércoles se llevó adelante el segundo día del juicio oral y público por la muerte del niño Lucas Romero ocurrido el 12 de julio de 2012 en la zona de Colonia Perfección, aparentemente atacado por perros. Declararon siete testigos convocados por la Fiscalía, cinco de ellos vinculados a la investigación. Este jueves se completarán la extensa lista de declarantes ofrecidos por el fiscal Fernando Lombardi y comenzarían a testificar los convocados por la Defensa.
Por JORGE RUBÉN DÍAZ, de la redacción de El Miércoles Digital
Fotos: JRD
Ante el tribunal oral presidido por Fabián López Moras e integrado por Marta Cristina Bonifacino y Alberto Seró fueron citados por el fiscal: el subinspector de la Policía de Entre Ríos Walter Nicolás Delersse, autor de las actas de inspección y secuestros del día del hecho; Cristian Charreun, actualmente perito fotógrafo de la Policía Federal, pero en aquellos días lo era de la Policía de Entre Ríos; María Silvina Taleb, bioquímica del laboratorio de Criminología de la Policía de Entre Ríos; Fernando Müller, médico veterinario de la sección Delitos Rurales de la Policía de Entre Ríos, quien revisó entonces a tres de los canes que posiblemente intervinieron en el lamentable suceso; el médico forense Adrián Siemens, quien realizó la autopsia de la víctima; Sergio Daniel Zampieri, vecino de la zona y por último Manuel Ramón Vanbredam, amigo de la familia Romero. Todos, a su turno, también recibieron preguntas por parte de la Defensa, a cargo de Gustavo Soppelsa, de Martín Barral, único imputado en la causa al no aceptar pedir una “probation”.
RELATO DE LOS TESTIGOS
La ronda ante el tribunal comenzó con Delersse. Recordó que ese día estaba cumpliendo funciones de recorrida en la jurisdicción de la Comisaría Segunda cuando recibió un llamado de la sala de Comando donde una persona había alertado mediante una comunicación telefónica “que un perro había mordido a un menor”; fueron hasta Colonia Perfección Sur y mientras se acercaban veían lo que parecía “un bulto” pero cuando llegaron al lugar vieron “que era una mujer joven que estaba abrazando a un chiquito”, más adelante ante la pregunta del Fiscal dijo que encontró al cuerpo “boca arriba”, no obstante aseguró que cuando bajaron del móvil el chiquito ya estaba muerto, “los padres en estado de shock gritaban que un perro negro había matado a su hijo; y el tío del chico, de apellido Córdoba, dijo que hacía un tiempito que lo estaban buscando porque había desaparecido de la casa y mientras lo buscaban a la distancia notaba dos perros que ‘tironeaban’ de algo, pensando que era un trapo o algo”, cuando en realidad era el cuerpo del chiquito sin vida. Según su relato, una vez que llegó el fiscal con el delegado judicial hicieron la inspección ocular y croquis.
Señaló que hicieron los hisopados y secuestraron los perros de la casa que alquilaba Barral, “uno negro y otro tipo barbinche amarillo”. Lo mismo hicieron con la perra boxer de un vecino de apellido Ciuffolotti.
Indicó que desde el trayecto desde donde hallaron a Lucas en dirección a su casa hay unos cien o 150 metros y en el recorrido “encontramos una zapatilla tirada, después una remera y parte de la ropa que se fue desprendiendo aparentemente por el forcejeo con los animales”.
Llamó la atención una declaración: “En la casa de los padres del chico tenían siete caninos a los que también se les hizo el hisopado, se hizo el secuestro de los animales pero se los entregó inmediatamente al abuelo. Uno estaba atado pero el resto estaban sueltos, había un dogo y otros de gran porte, si mal no recuerdo”.
Ante la pregunta del fiscal dijo que el cuerpo estaba boca arriba, y sobre los perros comentó que los encontraron en la parte posterior de la casa, notó que tenía sangre la barbinche en el hocico y que en el negro no pudo ver manchas. En ningún momento indicó que los animales hayan mostrado un comportamiento peligroso hacia ellos: “estaban echados uno al lado del otro, pero fue tranquilo”; y reconoció que el hisopado sobre el perro negro fue debido a los reclamos del padre de Lucas.
Lombardi pidió el ingreso a la causa las actas labradas en el lugar, al igual que la documentación recogida.
PLACAS, FOTOS Y AUTOPSIA
Las partes más duras de las tres horas en las que -sin parar- se prolongó la audiencia fueron al mostrar las fotografías exhibidas en pantalla gigante del cadáver, tanto las tomadas por el perito en el lugar donde estaba al llegar la Policía como las de la autopsia.
Charreun, en tanto, explicó la forma en que tomó las imágenes, el relevamiento planimétrico, confección de croquis y en la toma de hisopados de algunos perros, entro ellos un dogo que andaba “deambulando por todos lados”. Dijo que el reguero de sangre “eran de pequeñas gotas, cuatro o cinco, no era que se había acumulado mucha sangre” y contó que por inquietud propia (“por si se me había pasado algo”) volvió al lugar a la tarde y no encontró más que durante el operativo.
Por su parte, Siemens recordó cómo encontró al chiquito y el levantamiento del cuerpo. Sobre la autopsia señaló –mientras explicaba las fotos en pantalla gigante- el faltante de tejidos en la zona inguinal y las partes internas de ambos muslos y los genitales. Mostró las lesiones de colmillos en otras partes del cuerpo, como en los brazos y en el cuello pero descartó que la muerte haya sido por esas heridas, “porque ni la tráquea, el esófago tenían lesiones vitales”. Mostró también secuelas de golpes en la cabeza del niño “que ocurrieron cuando estaba con vida”, explicando que lo dedujo por las reacciones que desatan en el cuerpo cuando aún está vivo. Señaló, por requerimiento de la Defensa, que las heridas en la zona inferior, donde se observaba rotura y faltante de trozos importantes de ambas arterias femorales producen una hemorragia voluminosa, y no en gotas. Es que durante la ponencia de Charreun se vio una foto con cinco “máculas” de sangre en el suelo. El forense no pudo precisar –por las marcas de colmillos- si el deceso de Lucas fue producido por el ataque de uno o más animales.
LAS PRUEBAS DEL LABORATORIO Y DEL VETERINARIO
Taleb, que llegó desde Criminología de Paraná, explicó que fue quien analizó los hisopos que fueron enviados en tubos, ropas y de pelos que fueron levantadas en el lugar del hecho. Sobre las ropas concluyó que los cortes fueron hechos por elementos punzantes seguidos por desgarros, “pero no puedo comprobar que tipo de elemento los produjo”. Tampoco pudo determinar si fueron uno o más los animales que los habrían provocado. Con respecto a la sangre concluye con la presencia de sangre Grupo A, RH positivo perteneciente a Lucas.
El comisario veterinario Müller (que como el día posterior al hecho llegó desde Gualeguaychú) dijo que sólo analizó a los tres perros que estaban secuestrados en la Sección Canina de la Departamental Uruguay de Policía, y los detalló: un mestizo de 7 años, 25 kg, de pelaje negro; una mestiza barbincha, 4 años, mediano tamaño, 15 kilos, marrón claro; mestizo cruza con boxer, de 2 años aproximadamente, pelaje marrón con blanco, atigrada. Explicó que los tres estaban en buen estado sanitario, bien alimentados y que no mostraron agresividad al momento de inspeccionarlos hacia él “ni hacia los efectivos policiales”.
La Defensa le mostró la foto de un dogo de la familia Romero y le pidió una comparación de potencialidad peligrosa con los tres analizados, a lo que el profesional señaló que “por la raza el dogo es el más agresivo”. Posteriormente, Soppelsa le inquirió si le habían ordenado revisar a ese animal, a lo que el profesional contestó negativamente. También se le mostró una foto tomada por la Policía del dogo, notablemente desmejorado respecto del día del hecho, mostrando su sorpresa casi sin reconocer al can.
Sobre cómo actúa un perro, explicó que la agresividad se exacerba cuando un animal está adiestrado para la caza y que, si huelen o lamen sangre, esa agresividad es aún mayor. Coincidió también, ante la pregunta del defensor, que –como lo marcan las estadísticas- la mayor parte de los ataques de perros contra personas se da en el ámbito doméstico.
PAÑALES
Una parte controvertida es la aparición o no –a esta altura de la causa- de restos de pañales en el lugar, ya que los profesionales tienen visiones encontradas. Delersse dijo que “no recordaba haber encontrado pañales en el lugar”, pese a que el perito Charreun señaló en principio que había encontrado “pequeños trozos de pañales”, y luego corrigió “presuntos restos de pañales”. Taleb aseguró que no recibió ningún residuo textil de pañales.
VECINO Y AMIGO
El anteúltimo en declarar fue Daniel Zampieri, vecino del lugar. Comentó que había tenido varias discusiones con Carolina Pascal, dueña de la casa y de los perros, “porque se peleaban con los míos y tenía que ir a la Veterinaria”. Luego contó que sus animales se lastimaban al correr a la par de un alambrado olímpico. Explicó que el líder de la jauría de la que se quejaba (eran cinco o seis) era un perro grande, malo. Sin embargo, no pudo determinar de qué color, aunque supone que Pascal se lo llevó tras su planteo, “y ató a uno o dos más”. “No puedo decir si el perro seguía en la casa mientras vivía Barral y dijo que nunca le reclamó por esa situación “porque el contacto era con el dueño del perro”. “No se si otros vecinos tuvieron problemas con esos perros”, agregó. Nunca hizo denuncias sobre la situación.
A pregunta de la Defensa, graficó que vive a 50 metros de donde se halló al nene, que en la zona “se escucha el silencio” y que cualquier grito o ladrido es fácilmente audible. También por consulta del defensor, explicó que todas las fincas de los alrededores poseen muchos perros cada una y muchos de estos de gran porte. Así fue que comentó que los perros de la familia Romero también “solían estar sueltos” y recordaba a un dogo blanco “que parecía enfermo... pero después no lo vi más”.
El que cerró fue Manuel Ramón Vambredam, quien manifestó que conocía a la familia Romero, porque “todos los fines de semana íbamos a comer asados”. “Son amigos de mi señora”, detalló, pero aclaró que no vive en la zona. Según afirmó, tenían problemas para pasar por la calle de la casa de Pascal “porque los perros le salían a correr”. “Incluso uno la agarró del pantalón a mi mujer”, agregó. Aseveró que los perros de los que hablaba eran uno amarillo y otro negro y blanco. Preguntado, contestó que no hizo una denuncia por esa situación.
SIGUE
En la jornada de este jueves se espera que sigan las declaraciones de los testigos de la Fiscalía y se revisen algunas de las pruebas aportadas durante la investigación. Si se llega con el tiempo comenzarán a declarar los testigos de la Defensa, aunque también es probable que recién el viernes puedan hacerlo. Luego quedarán los alegatos y unos días después se conocerá el fallo del Tribunal.
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