El Ministerio de Ambiente de la República Oriental del Uruguay dio a conocer un estudio sobre la calidad del agua del río Queguay, que desemboca en el río Uruguay, aguas arriba de las ciudades de Colón y Paysandú.
El procedimiento fue dispuesto a partir de un evento de floración de fitoplancton detectado el pasado 14 de enero, lo que motivó la toma de una serie de muestras y mediciones de variables de agua para conocer sus características y posibles consecuencias.
“Estos organismos son potencialmente tóxicos y pueden representar un riesgo sanitario para quienes los ingieran a través de actividades de recreación o consumo de animales”, dejaron planteado.
“Las variables registradas en el agua muestran condiciones propias de una importante proliferación de fitoplancton que se evidencia por el alto porcentaje de saturación de oxígeno (155%) y pH (8,8), a pesar de la alta temperatura del agua (31ºC)”, arroja como resultado el informe oficial, que en cuanto a la turbidez del agua indica que: “También superó el valor estándar de calidad, alcanzando 88 NTU, determinado por la alta densidad del fitoplancton que le da al agua el color verde que, según comentarios de los lugareños, es excepcional para este río”.
En una segunda muestra obtenida el 20 de enero, se analizó en forma primaria la composición dominante de los organismos del fitoplancton que determinaban el color y algunas de las condiciones del agua: “Se identificó como organismo predominante una especie de cianobacteria del género Dolichospermum”.
“Estos organismos son potencialmente tóxicos y pueden representar un riesgo sanitario para quienes los ingieran a través de actividades de recreación o consumo de animales”, dejaron planteado. “Si bien se requieren análisis específicos para cuantificar su abundancia y determinar su toxicidad -advierten-, como medida preventiva se recomienda evitar su contacto e ingesta en las zonas afectadas”.
“Las condiciones fluviales de bajo caudal y alta temperatura favorecen el desarrollo de eventos de alta densidad de fitoplancton conocido como floración algal o, en este caso específico, floración de cianobacterias”.
Con ese panorama, “es esperable que la condición desaparezca cuando llueva y el río fluya”. No obstante, remarcan que “el riesgo de afectación a la salud de personas y animales debe considerarse mientras perdura el evento”.
El estudio fue desarrollado a través de la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental, en coordinación con la Intendencia de Paysandú (Unidad de Gestión Ambiental y Cambio Climático) y el Centro Universitario Regional Norte (Laboratorio de Ecología Fluvial y Laboratorio de Reproducción Animal, con apoyo del Sistema Nacional de Áreas Protegidas y vecinos del Queguay.
Fuente: El Entre Ríos / Ministerio de Ambiente de Uruguay
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