Una investigación presentada en San Javier y Nuevo Berlín (República Oriental del Uruguay), financiada por el INIA (Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria), un equivalente al INTA de este lado del río, permitió detectar la presencia de trazas (pequeñísimas cantidades) de diferentes agroquímicos, en muestras obtenidas en peces vivos y en aguas del río Uruguay y algunos afluentes.
El estudio se realizó entre 2015 y 2016 por un equipo que encabezó el químico Andrés Pérez, quien descartó que la presencia de estos compuestos suponga un riesgo en lo inmediato, dado que se trata de volúmenes muy inferiores a los índices de letalidad. No obstante, indicó que desde el punto de vista ambiental genera preguntas acerca de la sustentabilidad de los sistemas productivos.
“Para el consumo humano los resultados indican que hay un ‘colchón’ de seguridad suficientemente amplio para afirmar que son alimentos seguros. Desde el punto de vista ambiental las evaluaciones son diferentes, procuraremos continuar con otros proyectos de investigación justamente para dar herramientas para la sustentabilidad ambiental”, dijo el investigador al periódico El Telégrafo del Uruguay.
La mayoría de los compuestos detectados se emplean en cultivos de secano, se trata principalmente de fungicidas en las muestras de peces, mientras que en el agua primó la detección de herbicidas.
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