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UNA URUGUAYENSE QUE QUIERE DESTACARSE EN EL TENIS

Detrás de los pasos de Podoroska 

Guillermina Silva, la joven tenista uruguayense que viene abriendo caminos en el deporte blanco habló de todo en un mano a mano con El Miércoles Digital. Sus comienzos, la falta de apoyo económico, su día a día, sus espejos en este deporte, las relaciones con sus pares, sus sueños para el futuro. De eso y mucho más en las siguientes líneas.

 

Por J.R.D. de EL MIÉRCOLES DIGITAL

 

Sus sueños comenzaron desde los siete u ocho años con las primeras prácticas con la raqueta. Con tan sólo diez años, Guillermina se federó, empezó a jugar en juniors en los torneos provinciales y su periplo la encuentra en pleno ascenso, que ella misma cuenta: “Tuve participaciones en Grado 1, que vienen a ser nacionales, o Grado 2, antes llamados regionales”.

La protagonista de la historia habla sobre una modalidad de tenis para jóvenes no profesionales, donde los y las participantes deben ser menores de 18 años de edad, bajo la supervisión de un padre o de un tutor. Incluso suelen participan en torneos profesionales.

Estos torneos son de los menores de la Asociación Argentina de Tenis, que es por categoría, desde sub 12 a sub 18.  Hay que ganar el torneo regional para pasar al torneo nacional. No se juega por premios económicos, para acceder a ese tipo de competencias y tener la chance de ganar algún monto de dinero deben hacerlo en los denominados “Haciendo tenis” o conocidos también como “Profesionales”.

Guillermina hereda el amor al deporte de su papá, Marcelo Pacha Silva, quien jugó al fútbol en la recordada Categoría 69 de las divisiones inferiores de Gimnasia que integraron, entre otros, José Antonio Chamot (ex jugador de la Selección Argentina en tres mundiales) y Sebastián Brisolessi (ex jugador de la primera y DT del Lobo en el Torneo Federal A). Hoy, Pacha despunta el vicio en el Club de Profesionales Justo José de Urquiza.

Bajar para subir

Estuvo alternando, subiendo y bajando de categorías para tomar impulso, cobrar confianza y ganar en competencia: “Tuve varias participaciones en los nacionales y ahora obtuve buenos resultados, pero en los provinciales o Grado 3 me fue mejor, gané varios”, dice la joven promesa del tenis uruguayense que a mediados de mayo compartió el primer puesto en la categoría sub 18 del 2º Nacional de Menores -fiscalizado por la Asociación Argentina de Tenis (AAT)- con Katja Marcus, hija del legendario Gabriel Marcus. Aquella vez, la final no se pudo jugar por la lluvia, por lo que compartieron el primer lugar del podio.

Casi un mes después se alzó con el primer puesto del Torneo de Universal Tennis Rating, que se realizó en Pilar y otorga becas para estudiar en las universidades norteamericanas. Allí, compartió la competencia con varios de sus pares que entrenan con ella en el Gimnasia Tenis Club. “Jugué ese torneo sin la intención de las becas, sólo para competir nomás, porque está cerca Pilar”, detalló.

"Sponsors no tengo. Ahora que llegué a finales nacionales tal vez pueda pedir ayuda a una marca o a gente de acá, de la ciudad, pero es algo muy complicado".

Hace pocos días fue subcampeona sub 18 del 3º Torneo Nacional, otra vez en Pilar. Todo un periplo de competencias donde no se bajó del podio. “Desde segundo año sub14 hasta el segundo año de 16 años terminé primera en el ranking”, recalcó para sumar laureles.

Sin embargo, la pandemia también trajo problemas para Guillermina, porque el parate la afectó hasta que pudo empezar de nuevo. Disputó dos torneos profesionales: uno en GEBA (Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires) en noviembre del 2020, donde se disputa con un sistema de clasificación. Como filtro para pasar al cuadro principal se deben ganar dos partidos clasificatorios. “En ese torneo perdí en la primera, y a mitad de febrero de este año fui a jugar a Lanús, también perdí enseguida, tuve una contractura a la altura del cuádriceps”, remarcó la joven, sobre las secuelas del reinicio.

Un día de ella

Al describir un día habitual en su vida para que los y las lectores de El Miércoles Digital tengan una mínima noción de cómo es la vida de alguien que aspira a llegar a un nivel competitivo, contó: “De mañana tengo tenis de 9 a 11 u 11.30. Puede ser de dos horas o dos horas y media, llego a casa, como, hago algunos deberes de la facultad cuando tengo tiempo. A las 16 tengo tenis hasta las 18, aproximadamente, y de ahí al CEF Nº 3, donde Cristian Fernández entrena a los lanzadores. Nos dieron un lugar para hacer la parte física, aunque ahora por las restricciones no se puede. Después me voy a casa y curso de noche de manera virtual. Me gusta la carrera y la llevo al día. Tengo un nutricionista, Pablo Perdomo, que se especializa en deportes, él jugaba al básquet. Mejoré un montón de cosas en la alimentación. Así es mi día”.

El profesionalismo tan deseado

Sobre un futuro en el profesionalismo, aseguró: “Estamos bastante encaminados al profesionalismo, aunque me falta bastante”. Cuando eso se concrete, la uruguayense empezará a jugar en otro nivel. Allí deberá pasar diferentes instancias, como empezar en los “Future” (torneos profesionales que forman parte del ITF Men's Circuit) y entrar a los Challengers manejados por la entidad madre, que es la WTA (La Women's Tennis Association o Asociación Femenina de Tenis), la organización principal que rige los torneos y el circuito profesional del tenis femenino a nivel mundial.

Pese a jugar a un nivel tan competitivo no descuida su formación académica, a tal punto que esta entrevista telefónica se hizo entre clase y clase virtual de dos materias de la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), donde cursa el primer año. “No la hago completa porque estoy con el tenis, pero trato de avanzar”, reconoció.

Preferencias

Guillermina comentó que se siente cómoda jugando en polvo ladrillo en Argentina, la superficie preferida en el país y en Sudamérica. No olvida sus comienzos en las canchas Gimnasia, donde aún sigue, aunque también tuvo un breve paso por unos meses en Rocamora.

Ahora la entrenan Emanuel Hereñú, Carlos Carreón, Horacio Pedro el Colo Martínez Piñón, hacia quien tiene una enorme gratitud: “me entrenó desde chiquita y acompañó a los viajes”. La parte física corre por cuenta de Cristián Fernández y Gabriel Impini.

Hoy en día, la Psicología tiene un rol preponderante y ella no quiere dar ventajas al respecto. “Tengo una psicóloga deportiva, Melisa Arévalo, todos ellos forman mi equipo, también los chicos que entrenan conmigo”, destacó.

Sobre estilos de juego y referencias, reconoció que ve más tenis masculino que femenino. “Si tendría que elegir cómo sentirme identificada en estilo de juego me iría por el lado de Victoria Azárenka.  De los varones me gusta el austríaco Dominic Tim, el griego Stéfanos Tsitsipás, el suizo Roger Federer, que es el que más me gusta y para mí es el mejor de todos los tiempos, aunque para algunos pueda ser discutible. El ruso Andrey Rublev también me gusta”, describió.

Luego, profundizó sobre sí misma: “En mi estilo de juego no soy de atacar tanto, soy más de pelotear, más regular, juego de fondo, con lo que mejor me va. Los golpes los tengo bastante parejos, pero mis golpes favoritos serían la derecha (drive), el smash... Con el saque soy muy irregular, lo he mejorado, pero es lo que más me cuesta, creo que a la mayoría les pasa”.

Buenos Aires ¿destino inevitable?

Una de las características de este deporte, y de la mayoría, es que para lograr una continuidad en la competencia hay que mudarse a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), con el desarraigo que suele ser decisivo para la suerte de muchos deportistas. En algunos casos templa el carácter y en otros es un escollo insuperable. La joven lo toma con mucha calma: “Recién estoy empezando para ver si esto es lo mío, si lo puedo tomar como una carrera a lo del tenis, una posibilidad que veo. Si voy evolucionando, de tener la chance de irme, lo haría. Acá hay buen nivel, a pesar de todo, pero como Buenos Aires no creo que haya”.

Enfatizó en un reconocimiento muy especial: “Acá tenemos a alguien muy importante para la ciudad, la provincia y el país, en el mundo tenis, como lo es Pablo Martin, que hace poco volvió de Europa. Él entrenó jugadores muy reconocidos”.

Contó que los torneos regionales y provinciales en Entre Ríos se disputan en Concordia o en Paraná y antes se hacían en Gualeguaychú. En La Histórica no se hacen por la cantidad disponible y el estado de las canchas. No están aptas para hacer ese tipo de torneos. Arreglar y mantener esas canchas cuesta mucho dinero. Los provinciales se hacían en las canchas de Rocamora, Gimnasia e Itapé.

Las relaciones

Para ella no es imposible hacer amigos en el ambiente: “Tengo amigas y conozco chicos, sobre todo en estos últimos dos o tres años que se cambió la modalidad en que empezaron a hacer los regionales. Nosotros estamos junto a una parte de Santa Fe.  Incluso, en algunos viajes me alojé en la casa de una chica. Pese a que estos torneos no son amistosos estás jugando con chicas que jugabas todos los torneos. De alguna forma terminás teniendo relación con esas personas. Es re normal. Una vez yo también alojé una chica de Concordia que vino a jugar acá. Ayuda en lo económico”.

Sin sponsor

“Sponsors no tengo, no trabajo, así que el sostén económico sale de mi papá. Ahora que llegué a finales nacionales tal vez pueda pedir ayuda a una marca o a gente de acá, de la ciudad, pero es algo muy complicado, porque siempre se la dan al fútbol o al básquet, deportes que atraen mucho más, son más populares”, dijo, con algo de resignación.

English at home

Como se sabe en este mundo del tenis, la carrera obliga a constantes viajes y los que hacen la diferencia económica son los torneos que se hacen en el exterior, más aún con lo devaluada que está la moneda argentina. El idioma inglés es fundamental para lograr una comunicación universal. A Guillermina ese dato no le es ajeno: “No he ido a institutos para aprender inglés, pero estudié medio particular”. ¿Cómo es eso? No puede escapar a no aprenderlo: “Mi mamá es profesora de Inglés, tengo mi hermana que estudia el Profesorado de Inglés, tengo tías que también lo son. Lo tengo familiarizado, no me cuesta tanto. Si quiero irme a Estados Unidos tendré que prepararme bastante, pero dentro de todo me defiendo”, agregó.

Sueños

Finalmente, y a pedido de este sitio, no escatimó en sueños, cómo se ve en el futuro, hasta dónde cree que puede llegar: “Entrar en el profesionalismo, tener algún puntaje en el ranking en el WTA. Entrar en un top 100 o 200 ya sería un gran sueño. Para ser número 1 tenés que tener demasiado buen nivel”. Match Point.

 

 

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