Escribir y leer son sustancias preferentemente complementarias. Y aunque por separado representen acciones distintas que logran sobrevivir por sí mismas, es evidente que su significado más profundo conlleva un diálogo constante que permite reconocimiento mutuo. Esta dualidad permite al escritor conectarse con el lector para intercambiar sensaciones en una aparente distancia virtual, pero que en esencia se refiere a construir uno o varios relatos con miles de variables dependiendo de las características que cada protagonista posea.
Por JAVIER ALEJANDRO GAUNA
El ida y vuelta requiere al menos dos personas, aunque no descarto la posibilidad de agregar más actores que intervengan. Las estructuras tradicionales pueden romperse en actos que desde una mirada conservadora hasta sonarían descabellados, pero sorpresiva y afortunadamente no hay absolutos definitivos en este rubro.
Es la propuesta inicial de Contrapunto Pat-AGÓNico, obra de dos autores cuya impronta poética desafía al arte convencional mezclando versos y prosa entre ambos para formar una entidad literaria distinta. Tanto Carlos Nuss como Ezequiel M. comparten una franja generacional que los amontona pero no los acomoda. Es en el despliegue de palabras donde cada uno con su estilo, arma la estructura que cobrará vida en una tercera unidad que físicamente tiene aspecto de libro, pero en realidad cuenta como persona separada de ambos.
En este gran baile de escritores y sus palabras, el lector también danza buscando respuestas. ¿Cómo lo habrán hecho? ¿Cuál fue el procedimiento o método, si es que lo hay, para conformar el caprichoso entramado que el libro presenta? La magia está en leerlo varias veces con distintas miradas. Descubrir el todo una y otra vez.
Contrapunto... permite adentrarnos en la poesía cruda de dos poetas cuya generación tuvo que levantar la voz en tiempos de sordera e ignorancia. "La autocensura es un arma invisible en la nuca", sentencia Carlos. "Yo me valgo de la poesía para sobrevivir, para aferrarme sobre el abismo", declara Ezequiel. Las palabras se atesoraron durante años en espera de tiempos mejores que nunca llegaron y posiblemente jamás lo hagan. Sin embargo hoy salen a la luz a causa de una gran necesidad, como parte de aquellos jóvenes que supimos soñar en la meseta de ideas, queriendo construir una realidad alternativa que nos haga sentir un poco mejor. Es un pequeño acto de justicia literaria que no debe pasar desapercibido.
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