El dique seco que estaba en las aguas del Ministerio de Obras Públicas fue llevado a un astillero de Buenos Aires para ser reparado y enviado al sur del país. Una decisión que muestra la desidia y decisión política de seguir vaciando nuestro sistema productivo pesado en esta parte de la región.
Por J.R.D. de EL MIÉRCOLES DIGITAL
Este dique es un artefacto naval que fue fabricado en 1946 y estaba en Concepción del Uruguay desde los años 80 cumpliendo funciones en la delegación local, atendiendo embarcaciones propias y de la zona. Era el único de sus características sobre el río Uruguay. “Era un elemento fundamental”, enfatizó a El Miércoles Digital Maximiliano Ariel Cucurullo, director de Operaciones, jefe de Armamento de la Delegación Río Uruguay de la Subsecretaría de Puertos, Vías navegables y Marina Mercante, que está bajo la órbita del Ministerio de Transporte de la Nación.
Ese dique estaba en la sede del organismo estatal, sobre calle Jordana, a pocas cuadras de la Defensa Sur, anclado en el popular “Ministerio” –lo que fuera la sede local del Ministerio de Obras Públicas (MOP)-.
Por un convenio entre la Armada y el Ministerio de Transporte fue llevado la semana pasada a los Talleres Navales Dársena Norte (el astillero Tandanor), donde lo pondrán ‘en valor’. Para quienes no lo recuerden, en Tandanor, en 2014, completaron la reparación de submarino San Juan, que se hundió el 15 de noviembre de 2017.
Una vez reparado el dique lo llevarán a Puerto Deseado (Santa Cruz) para atender las embarcaciones que operan allí.
Tras diez años de permanecer inactivo y más de 30 años en los que ni siquiera se le hizo una inspección o arreglo por falta de recursos económicos, y la desidia de los gobiernos nacionales quedó obsoleto, en muy malas condiciones de operatividad. “Era un fierro oxidado flotando, con el casco en muy malas condiciones. Había chapas que estaban comidas en su totalidad. Tendrán que hacerlo a nuevo”, describió Cucurullo con enojo.
¿Para que sirve un dique seco?
Para secar un barco. Un dique como el que nos ocupa es un artefacto naval (porque no tiene propulsión propia). A través de bombas de succión se llenan sus tanques de agua, el dique se sumerge, ingresa el barco, se amarra a sus bandas, empieza a extraer el agua que succionó y sale a flote nuevamente, dejando en seco a la embarcación que ingresó para que el personal técnico pueda trabajar sobre el casco.
El funcionario se sinceró ante esta situación: “Hay que ser realista, pese al sentimiento de que se lo hayan llevado, al malestar que nos produce que no lo hayan querido poner en valor acá, debemos reconocer que corría serio peligro de hundimiento. En la gestión anterior (en referencia al gobierno macrista) se cerró administrativamente la Delegación, no mandaban cabos, las embarcaciones estaban amarradas con cauchos. Entonces, cada vez que había tormentas o vientos, nuestro personal estaba siempre pendiente de que al dique que no se le corte un cabo y que se hunda, porque además estaba sobre un muelle quebrado, el paredón se estaba desmoronando... Era una bomba tiempo, y ahí hubiésemos tenido más problemas, porque al lado tenemos la náutica (de Parque Sur) y el puente” (de la Isla del Puerto), explicó.
El trabajo del dique
Atendía embarcaciones de no más de 750 toneladas. Más que eso no podían levantar. Estaba a disposición de los barcos de la Subsecretaría de Puertos. Durante sus años de actividad secó remolcadores, balizadores, barcos de la zona, incluso de Prefectura Naval. Nunca atendió buques de ultramar porque no tiene la capacidad para hacerlo. También hay que aclarar que tampoco atendió a embarcaciones privadas porque pertenece a un ente nacional. Es decir, por más que La Histórica disponga de unos de los parques náuticos más grandes del país, no estaba autorizado para brindar servicios a privados.
Lo que viene
La pregunta es inevitable: si hace diez años que estaba inoperativo, las embarcaciones de la región ¿a dónde van a atenderse? “Hay astilleros en el Tigre, Tandanor y Río Santiago”, detalló Cucurullo.
-¿Qué harán ustedes de aquí en más? ¿Reclamarán que lo devuelvan o pedirán otro?
-A nosotros nos bajan línea desde Nación, los arreglos los hacen ellos. La superioridad es la que manda.
-¿Cuánta gente llegó a estar destinada para trabajar en el dique?
-Estaba preparada para que lo manipulen seis personas. Hay que ser conscientes de que el personal que tenemos acá es mínimo para atender las embarcaciones que nos quedan. Estamos saltando de barco en barco para atenderlos con el mínimo presupuesto que disponemos y no perder lo que tenemos.
Un elefante que está mutando a blanco
A modo de síntesis: la pérdida de este dique es otro paso más del desguace de nuestro sistema productivo. Año tras año quienes manejan la Cosa Pública lo fueron vaciando, principalmente desde los años 90 con las políticas de privatización masiva. “Se han ido jubilando y el Estado no repone la gente, prácticamente están quedando aquellos que ingresaron en 2010, cuando lo hicieron 12 personas. Quedan seis de personal de tierra, entre ellos administrativos, algunos que están por jubilarse, técnicos electricistas, y 20 de personal a bordo. Es una lucha constante a través de notas a la superioridad para que tomen más gente”, remarcó Cucurullo.
“Lamentamos que hoy no exista una política de recuperación, porque estamos hablando de la flota nacional estatal”, dijo, al momento que dio otro ejemplo de esa desidia: “Tenemos un balizador para trabajar en buenas condiciones en el río Uruguay y no lo podemos usar por falta de recursos”.
Las paredes del antiguo Ministerio fueron testigos de otras épocas, las fotos en blanco y negro que circulan en los archivos históricos muestran cientos de personas saliendo en bicicleta tras cumplir funciones en el entonces astillero, donde se fabricaban barcos y era una referencia nacional del sector. Un plantel de casi tres mil personas, que se mantuvo durante décadas, fue parte de esa historia que se contrapone con el silencio actual.
Momento triste. Tras permanecer casi 40 años se llevan el dique seco de Concepción del Uruguay.
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