El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
El autor de este artículo, médico de profesión, destaca -y quiere- que se discuta desde el campo de la salud pública "evitando las influencias principistas, místicas o religiosas".
Por DANIEL DE MICHELE (*)
“Si los hombres se embarazaran, el aborto no solo estaría permitido: sería un sacramento...” Silvia Galvis
La sentencia de la Corte Suprema de USA en el icónico caso "Roe contra Wade”, dictaminó en 1973, que la Constitu-ción de EEUU otorgará a las mujeres la libertad de abortar hasta las 24 semanas de gestación. Pero en junio de 2022, la Corte estadounidense -de mayoría conservadora desde la presidencia de Trump-anuló esa decisión.
Los estados podrán ahora proponer otras restricciones y seguridad de la viabilidad fetal.
Sin embargo, tal decisión no tendrá el efecto de prohibir el aborto en todo el país.
De acuerdo con ello, la decisión pasaría entonces a los legisladores estatales y locales, y posiblemente también a
los legisladores federales.
El debate sobre el derecho al aborto otorgado a las mujeres, debiera enmarcarse con mayor claridad y decisión en
un par de asuntos centrales:
1- el derecho de las mujeres a la decisión de interrumpir su embarazo en forma segura.
2- los riesgos para una mujer sometida a un aborto no institucional/clandestino
La OMS (Organización Mundial de la Salud), brinda datos que permiten abordar ambas cuestiones clave, ubicando el tema en discusión en el espacio correcto: esto es debatir sobre el aborto desde el campo de la Salud Pública, evi-tando las influencias principistas, místicas o religiosas. Esta propuesta de centrar el abordaje en la Salud Pública, se basa en el hecho de que el aborto hoy, es un asunto de máximo impacto en la salud de la mujer en todo el mundo.
Veamos las estadísticas provistas por la OMS:
a) Cada año nacen 242 millones de niños en el mundo.
b) 121 millones (el 50% de aquellos nacidos en un año en el mundo) provienen de embarazos no deseados.
c) Entre los embarazos no deseados, 40 millones terminan en ABORTOS. Una mayoría de los abortos son no institu- cionalizados, lo que aumenta las complicaciones y arriesga la vida de la madre.
Hay tres conclusiones poderosas emergentes de estas estadísticas:
- La anticoncepción ha fracasado como política global de protección a la mujer de embarazos no deseados.
- Prohibir el aborto, empuja a las mujeres a abortar en ambientes inapropiados, con gran impacto en daño y muer-
te materna ulterior
- La legalización e institucionalización de la interrupción de un embarazo es la norma mas efectiva
para evitar abortos no institucionales y controlar la mortalidad materna.
Es preciso que las autoridades comprendan la realidad actual y la estrategia propuesta para enfrentarla.
eljibaro2002@gmail.com
(*)Artículo publicado en el diario “El Pueblo” de Villaguay.
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