Militante del Partido Comunista, entre 1972 y 1980 fue detenido en nueve ocasiones, aunque las que lo marcaron a fuego ocurrieron en mayo de 1977 y enero de 1978 cuando fue secuestrado y torturado en una casa en las afueras de la ciudad. Tuvo un profundo compromiso gremial como social en La Histórica como en Gualeguaychú.
REDACCIÓN de EL MIÉRCOLES
Fotos. Archivo de Valentín Bisogni (EL MIÉRCOLES)
Tenía 88 años y estaba radicado en Gualeguaychú.
Falleció este 5 de enero, a horas del aniversario 106 de la fundación del Partido Comunista Argentino.
Tuvo dos hijos: Carlos Rubén y Fidel Ernesto, ambos con esposas diferentes.
Fue autor del libro “50 años de militancia”. Tuvo la posibilidad de residir durante más de un año en la ex Unión Soviética.
Su testimonio fue central en la denominada causa PC 1 que fue el primero que se investigó y desarrolló en Concepción del Uruguay, en el tribunal oral del Juzgado Oral Federal (TOF) a finales de 2019 y por la que fue condenado el ex efectivo de la Policía Federal Julio César Rodríguez, alias “Moscardón Verde”, a 17 años y 6 meses de prisión.
En los últimos años además del PC fue parte de la mesa de la CTA de Gualeguaychú donde participó en diferentes acciones, manifestaciones barriales, de jubilados, trabajadores y desocupados.
El libro "50 años de militancia" publicado por Carlos "El gringo" Stur.
Una vida a plena militancia
Nació el 20 de septiembre de 1935 a 12km de Villa San Marcial. Vivió en un rancho de barro en un campo donde su padre era trabajador rural. A los 3 años se trasladó con su familia a otro campo a la vera del río San José.
A los 13 años, luego de terminar la primaria entró a trabajar en el ferrocarril. A los 15 años fue a vivir a Concepción del Uruguay donde comenzó a trabajar en una fábrica de fideos y luego en una tienda.
Después entró al Ejército en Campo de Mayo. Ahí lo designan para reconstruir un aserradero y viviendas en Puerto Península (Misiones).
Tuvo la ocasión de observar la realidad que se vivía en Misiones y el manejo de las fuerzas armadas. Se negó a participar del golpe de Estado en 1962 al radical Arturo Frondizi y fue encarcelado. Luego de ese episodio solicitó la baja del Ejército.
Los llevaron a una casa rural al oeste de la 14, a la altura del km 137, cerca del arroyo “El Colman”, allí entre otras torturas los ataron con alambres y les aplicaron picana eléctrica.
Su entusiasmo por el comunismo empezó tras conversaciones con gente del Ejército que tenían admiración por la revolución cubana durante la época de la crisis de los misiles y le contaban cómo era la vida en la entonces URSS.
Además de participar en una mutual, intervino en la reorganización de una junta vecinal con la que lograron movilizar a 800 personas para la reapertura del Ministerio de Obras Públicas, donde se reparaban embarcaciones y llegó a tener 700 trabajadores. El objetivo lo cumplieron porque tomaron unas 300 personas.
Esto lo puso en la mira del aparato represivo en épocas del gobierno de Alejandro Agustín Lanusse, años donde el PC era ilegal.
Declarando en el juicio "Causa PC1" en La Histórica. A su derecha, en el banquillo de los acusados, escuchaba el represor Julio César Rodríguez, alias el "Moscardón verde".
Tras esas acciones vinieron las represalias durante los años siguientes: fue detenido en febrero de 1972 en Paraná junto a parte de la dirección del Partido Comunista de Entre Ríos. Estuvieron presos 8 meses en la capital provincial y luego trasladado a Devoto. Volvió a Concepción del Uruguay, aquí estuvo viviendo mucho tiempo en condiciones precarias, separado y pasando 2 años sin poder ver a su hijo.
El 19 de febrero de 1973 en el marco de un paro de la UTA fue detenido por 5 días junto a Neco Zaragoza por hacer pintadas de apoyo a la movida gremial.
En 1974 junto a compañeros de un barrio humilde con quienes estaba volanteando fue detenido por Gendarmería y detenido por 24 horas.
Ese mismo año fue encomendado a colaborar con las elecciones en Misiones y sufrió las provocaciones de la Triple A.
En noviembre de 1975 estando en Concepción del Uruguay salvó su vida gracias a un compañero de militancia que le pidió que concurra a una reunión en Paraná; cuando volvió se enteró que ese día fueron 200 efectivos a allanar el local que funcionaba donde él vivía, con la excusa de que supuestamente habían puesto una bomba a un comisario y simularon un ataque a un cuartel, todo para inculparlo y tener consenso social en las detenciones, -él mismo lo recordó en sus declaraciones en la causa PC 1, incluyendo en esa movida al diario La Calle, entonces en manos del empresario Ricardo Sáenz Valiente-; en esa jornada se enteró que a Chilo Zaragoza lo mató la Triple A.
Luego del sepelio de Chilo fue detenido por denunciar el ataque sufrido al local. Después de sufrir el accionar de la Triple A el PC decide trasladarlo a Gualeguaychú para que desarrolle allí su militancia allí y también en Gualeguay.
En Gualeguaychú tuvo un fuerte trabajo con los obreros del frigorífico que en ese momento estaba dirigido por el sobrino de Jorge Rafael Videla. En 1976 cuando secuestran a Noni González fue junto a dos compañeros de su fuerza política a pedir su aparición con vida, además de los reclamos por la comida de los presos políticos, los pagos adeudados a trabajadores del frigorífico y otros problemas de la ciudad.
Las torturas
El 12 de mayo de 1977, mientras celebraba un cumpleaños fue ilegalmente detenido por Gendarmería Nacional junto a Juan Bautista Echeverría, Eladio Bochatay, Raúl y Jorge Impini, Roberto Montesino y Raúl Jauregui. Estuvieron en esa condición hasta el 26 de mayo de ese año. Durante la detención los pusieron en una camioneta en la que los golpearon en el viaje, hicieron formar a los gendarmes en doble fila y los golpeaban con la culata de los FAL y luego los metieron en un calabozo. A él lo desnudaron y cada media hora le echaban agua helada más golpes de puño durante 30 minutos.
El 12 de enero de 1978 estaba en Banco Pelay junto a su hijo Carlos Rubén, Juan Echeverría y Adolfo Bleger. Aproximadamente a la medianoche se apagaron las luces del balneario mientras guitarreaban con un grupo de personas que estaban acampando y eran oriundas de Córdoba.
Aparecieron cuatro personas, entre las que reconoció al policía Julio César Rodríguez; a él y Echeverría les vendaron los ojos, los sacaron violentamente y subieron Ford Falcon. Los llevaron a una casa rural al oeste de la 14, a la altura del km 137, cerca del arroyo “El Colman”, allí entre otras torturas los ataron con alambres y les aplicaron picana eléctrica.
Para él la conclusión del juicio de la Causa PC1 fue "el cierre de un ciclo, lo necesitaba" como señaló en su testimonio. La Justicia demoró, mucho, pero finalmente llegó.
Stur identificando el centro clandestino de detención.
Su fallecimiento tuvo impacto en muchas personas que lo conocieron y sabían de su compromiso y coherencia militante. A continuación reproducimos algunas.
Despedida de un amigo/camarada
A través de las redes sociales el Partido Comunista de Entre Ríos hizo suyas las palabras de su compañero de militancia, el uruguayense Juan Echeverría.
"Estas palabras son a la memoria de mi querido camarada Carlos Stur.
Nos iniciamos prácticamente juntos en la militancia del Partido Comunista y somos discípulos de esos grandes como Miguel Montecino, Luis Roca, ‘Cuerito’ Burgos y tantos otros.
Quiero decirte Carlos que tengo hermosos recuerdos tuyos y voy a contar solo un par que reflejan tu vida militante y compromiso.
El primero es cuando el Partido se solidarizó con los trabajadores de la empresa Expreso Azul. En esa oportunidad caíste preso junto a Neco Zaragoza, Fernando Díaz y su prima y los obreros vinieron a manifestarse en la plaza Ramírez para que la policía los liberara. Se llenaron las cuadras alrededor de la plaza, no cabía ni una bicicleta y los choferes hacían sonar las bocinas y la gente gritaba que los larguen. Entonces los soltaron y salieron con los puños en alto y fue una fiesta con bocinas y gritos de la gente.
El otro recuerdo es de aquella vez que volvíamos luego del secuestro y la sesión de tortura que vivimos. Estábamos maltrechos, nos dolía el cuerpo por los golpes y la picana, pero en un momento dado nos embargó una alegría inmensa porque en nuestras cabezas estaba todo el Partido, su organización, los planes y proyectos. Ellos lo sabían y no nos pudieron sacar nada; ahí nos dimos cuenta que habíamos ganado la partida a los torturadores.
No hemos terminado nuestro proyecto Carlos, pero seguiré y también seguirán los camaradas con la Causa PC.
Pondremos todas nuestras energías para obtener la victoria en la lucha antiimperialista y antifascista con tu ejemplo como faro.
¡Hasta la Victoria Siempre Carlitos!
“Para él no hay cielo”
Otro que se manifestó fue el docente y gremialista uruguayense Alejandro Bernasconi, también miembro del PC “era para nosotros vitalmente una referencia ética política. Reunía todos los atributos que uno espera de un camarada. Hay uno muy interesante que él siempre decía: que fue comunista antes de conocer y leer de marxismo, porque él decía que de muy joven sentía muy profundo las situaciones de injusticia, la rebeldía y tratar de transformar esas situaciones de injusticia; por ese no tolerar, no soportar las situaciones de injusticia. El compromiso militante, la preocupación por la formación, por el estudio, por formar a otros compañeros, por cumplirlas, él va a Gualeguaychú porque tenía como tarea, desarrollar el Partido Comunista allá, que finalmente fue una tarea cumplida. Resalto la coherencia, el coraje, la preocupación por la formación de los compañeros más jóvenes, la actitud militante siempre, estas son las cosas que nos ha dejado. Ni para él ni para muchos de nosotros hay cielo, hay algo más importante que es memoria, porque pasa a ser parte de todos nosotros. Y esa referencia nos queda grabada, es un acumulado más de tantas historias tan ricas de las y los comunistas en la provincia de Entre Ríos”.
“Nos enseñó con su ejemplo”
Gabriel Velázquez, el joven secretario político del PC de Gualeguaychú no ahorró conceptos para su camarada: “Para quienes lo conocimos ha sido un ejemplo a seguir. A pesar de las torturas y la persecución siempre se mantuvo firme en sus convicciones. Nunca claudicó, nunca se vendió, siempre luchó contra el poder. Formándonos no solamente en lo teórico sino también en la práctica revolucionaria. Se nos fue un imprescindible que hasta sus últimos días estuvo militando. Seguiremos haciendo honor a su lucha. Construyendo poder popular en la lucha revolucionaria por el socialismo como él nos enseñó con su ejemplo”.
“Uno de nuestros mejores cuadros”
El PC de Gualeguaychú donde desarrolló los últimos años de militancia también tuvo sentidas palabras de homenaje:
Hoy lxs comunistas despedimos a uno de nuestros mejores cuadros.
¡A los 88 años Carlos Stur pasa a la inmortalidad!
Carlos el mejor de nosotrxs entregó su vida a la causa Revolucionaria, su compromiso con las causas del pueblo le valieron la persecución, la cárcel y la tortura... ¡ y nunca aflojó!
Todo conocimiento que adquirió lo compartió generosamente, un formador nato, con una capacidad extraordinaria para explicar cómo funciona este sistema que nos explota.
Explicar para entender y combatir.
Carlos gracias por toda tu entrega, gracias por el camino compartido, gracias por iluminarnos el camino hacia la Revolución!!
Llevaremos tu ejemplo como bandera, en cada puño alzado repetiremos tu nombre como grito de combate contra la desigualdad, el hambre, la explotación, ¡la opresión!
¡Viva para siempre Carlos Stur!
¡Viva el Partido Comunista!!
¡Luchamos para vencer y Venceremos!
Fuentes:
Aportes biográficos de Gabriel Velázquez.
Causa PC: durante una hora Stur relató las torturas en un centro clandestino en La Histórica
Facebook del PC de Gualeguaychú
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