En la madrugada de este domingo falleció a los 70 años el director y docente de teatro uruguayense Félix Gutiérrez, de enorme trayectoria en las tablas locales. Fue director de Cultura y había recibido el premio Podestá y el premio Escenario entre otros reconocimientos por su labor. El teatro fue su vida y su pasión junto con su profundo compromiso social: su última obra había sido “Esa mujer”, en la que adaptó el célebre cuento de Rodolfo Walsh.
Por AMÉRICO SCHVARTZMAN de EL MIÉRCOLES DIGITAL
El gran Félix no podrá estar en el inicio del Festival Entrerriano de Teatro en su ciudad, a la que tanto le dio para el crecimiento y vigencia de esa apasionante actividad artística, no solo dirigiendo actores e impulsando grupos teatrales, sino formando a generaciones enteras de artistas. Apenas unos días antes, cerró el telón de la función de su extensa y fructífera vida. En las primeras horas de este domingo, y luego de varios años de una salud desmejorada, dio su último respiro.
Autodidacta, Félix Oscar Gutiérrez se dedicó al teatro como director y docente, aunque también en numerosas ocasiones como actor. Había nacido en 1948 en Concepción del Uruguay y estudió en el Colegio Don Bosco, donde dio sus primeros pasos teatrales: allí fue coordinador, actor y director del grupo juvenil de teatro. Poco después, en 1972, formó el Grupo Independiente Teatral Dr. Hertzl, del cual fue director. Y al año siguiente con el grupo Dimensión 70, actuó y dirigió por primera vez la obra “Una Noche con el Sr. Magnus e hijos”, de Ricardo Monti, una pieza innovadora y revulsiva tan impactante que, como se bromeó muchos años en el teatro uruguayense, “era un milagro que no te suicidaras al final”. En 1988 la dirigió nuevamente en la vigésima Muestra Provincial de Teatro, donde obtuvo el premio como Mejor Dirección.
“El teatro es un milagro. A mi el teatro me salvó la vida, de mi enfermedad, y estoy sobreviviendo. Como decía Nietzsche, lo único que justifica la existencia es el hecho estético, y esas ganas de mirar hacia adelante”, dijo Félix en una entrevista realizada por Roque Giovenale antes del estreno de “Final de partida”, donde lo dirigió su ex alumna Carina Resnisky.
Dirigió grupos teatrales, formó actores y elencos estables en la facultad regional de la UTN, en la Escuela Normal y en el Colegio Don Bosco en Concepción del Uruguay, como también en otras ciudades, entre otras en El Colorado (provincia de Formosa), en Gualeguay, en Concordia, donde dictó cursos de teatro y dirigió formaciones dramáticas. En 1979 formó el grupo teatral Siddhartha, con el que participó de muestras y festivales nacionales. En 1985 se presentó en el Teatro Cervantes con la obra “Cambiemos los Papeles” de Julio Ardiles Gray.
En 1987 fue director de la Comedia Municipal de Concepción del Uruguay. Unos años después, fue designado coordinador de los talleres culturales de la Municipalidad de Concepción del Uruguay, cargo que obtuvo por concurso, y donde se desempeñó hasta jubilarse, en 2008. Llevó adelante también el Taller Municipal de Teatro y desarrolló el teatro barrial, sin duda una de sus grandes apuestas artísticas y vitales: en ese marco concibió y desarrolló el proyecto “El barrio cuenta su historia”, con vecinos de los barrios La Concepción y Santa Teresita. Quizás fue “Inodoro Pereyra”, que se representó durante varias semanas con una notable respuesta del público, uno de los espectáculos con los que Félix más reconocimiento tuvo en su enorme y extensa labor teatral de más de cinco décadas.
En 1999 mereció la Distinción de Honor otorgada por la Asociación Argentina de Actores, comúnmente llamada “Premio Podestá”. La ceremonia fue en el Congreso de la Nación y Félix recibió allí su diploma de honor junto a Mercedes Sosa, Sandro, Osvaldo Dragún y Juan Carlos D´Amico. Ese año también comenzó a desempeñarse como director de Cultura de la Municipalidad local.
En las dos ultimas décadas, Félix siguió dictando clases de teatro y dirigió obras interpretadas por alumnos del Colegio del Uruguay, y también participó como actor y director en la obra “Potestad”, de Tato Pavlovsky, sobre la represión, la tortura y la desaparición de personas. Es que el compromiso político y social de Félix siempre fue poderoso: en 2014, pese a que ya lidiaba con sus problemas de salud, volvió con un proyecto teatral en la Unidad Penal N° 4, poniendo en escena “Contáme tu historia”, obra interpretada por los internos y basada en sus vivencias. Ese mismo año recibió el premio Escenario, que otorga el diario Uno de Paraná.
“El teatro es un milagro. A mi el teatro me salvó la vida, de mi enfermedad, y estoy sobreviviendo. Como decía Nietzsche, lo único que justifica la existencia es el hecho estético, y esas ganas de mirar hacia adelante”.
Otros reconocimientos llegarían aun: el Centro de Producción Multimedial (CPM) de la Universidad lo destacó en el Ciclo “Nombres Propios”, en la cuarta entrega, con un documental en el que se repasa su trayectoria, presentado en 2015. Fue emitido también en el canal local de Cablevisión.
En los últimos años, aunque su salud estaba desmejorada seguía tan activo como podía: padecía diabetes, y a inicios de este año le detectaron un tumor cerebral. Por un lado, recibió numerosos reconocimientos, que lo conmovían y a los que tomaba también con mucho humor... y a veces ironía. Entre ellos, uno impactante fue el estreno de “Final de partida”, la célebre obra de Samuel Beckett, en la que actuó, ya en silla de ruedas, dirigido por Carina Resnisky –ex alumna de Félix–, y donde un auditorio lleno en varias funciones, reconoció y premió su entrega de manera conmovedora para todos los presentes.
En una entrevista con Roque Giovenale dijo entonces: “En Final de Partida me sorprendió el recibimiento. No lo esperaba, aparte no soy actor. Soy director, soy docente de teatro. (…) Hay que darle la posta a otros. Me encanta el teatro pero tengo que dejar pasar a los pibes, son la energía, la vitalidad, yo no puedo, salvo en un sillón de ruedas”.
Este domingo, al conocerse la noticia, algunos de quienes fueron sus alumnos o sus compañeros en las tablas lo despidieron con sentidos mensajes en las redes.
Facundo Torresan, músico y actor uruguayense, compartió con Félix un espacio en su espectáculo “Bohemia”, en las que fueron las últimas presentaciones públicas del artista, en octubre del año pasado. Consultado por este sitio, Facundo dijo: “Como le decíamos los amigos, El Félix fue un militante cultural incansable, un intelectual, un teatrero con todas las letras, que supo pisar el barrio para darle voz y acción a la gente de su pueblo que lo amó. Y allí están sus laureles, en la cosecha de gurises y gurisas de su Concepción del Uruguay que llevan el arte comprometido como bandera. Hasta siempre, Maestro”.
También Valeria Blanco, actriz uruguayense, se refirió con palabras similares: “A muchos de nosotros, de los teatreros que estamos activos hoy en Concepción del Uruguay, Félix nos cambió la vida, nos dio una intención y nos pasó una posta. Nos hizo enamorar del teatro. Los teatreros de hoy somos casi todos alumnos de Félix. Él fue el primero en hacer talleres en los barrios, él creó como pudo, inventando en el camino, el teatro comunitario en esta ciudad. Haber podido trabajar con él en los barrios o en la unidad penal, nos inspiró, por ejemplo, para hacer teatro en el Centro de Salud Mental. Él nos dio esa impronta, él nos hizo ser en buena medida lo que somos”.
Soledad Martínez, periodista y familiar de Félix, resumió: “Fue un artista de la ciudad, un gran militante de la cultura. Entendió que a través del teatro incluía a las personas”.
La última obra que Félix puso en las tablas es de enorme simbolismo en relación con la labor de toda su vida: adaptó el célebre cuento “Esa Mujer”, de Rodolfo Walsh, para teatro. Y lo dirigió con una puesta en escena con la participación de Liliana de Benedetti, Milena Tejeda y Facundo Torresán. La obra se estrenó en agosto de 2018, en el marco del centenario del nacimiento de Evita, y se presentó en el auditorio municipal con entrada libre y gratuita. Su última actuación fue precisamente con “Esa mujer” en Villa Mantero.
El teatro fue su vida y la pasión por las tablas siempre estuvo entremezclada con todas sus otras pasiones: el cambio social, la lucha política desde su peronismo visceral y afectivo, la identidad del barrio y de la región, el compromiso con la clase trabajadora y los desvelos de los de abajo. Félix fue parte del teatro uruguayense y formó a cientos de jóvenes y hoy no tan jóvenes que se iniciaron de su mano en el apasionante mundo de las artes dramáticas. Por todo eso, con lágrimas en los ojos pero con la sonrisa que acompañará siempre el recuerdo de este gran teatrista… Señoras y señores ¡De pie! ¡A aplaudir al artista en su última función!
(Sus restos serán velados hoy en Cocheria Scolamieri. Partiendo el cortejo fúnebre a las 16. 45 desde sala velatoria al cementerio local).
Esta nota es posible gracias al aporte de nuestros lectoresSumate a la comunidad El Miércoles mediante un aporte económico mensual para que podamos seguir haciendo periodismo libre, cooperativo, sin condicionantes y autogestivo. |