El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
La profesora Nelly Evangelina Gonnet falleció este miércoles 5 de agosto. Docente, actriz y coreuta, fue una persona sensible y comprometida con los derechos humanos y con la cultura. Aquí la recuerda nuestro compañero A.S.
Un día de diciembre de 2005 cayó a casa Nelly Gonnet. Me traía varios libros de regalo. "Yo me estoy poniendo vieja", dijo con la misma pícara sonrisa de siempre. "Y creo que a vos te van a gustar". ¡Cómo no!
Entre ellos había un par de joyas: el "Intermedio filosófico" de Lisandro de la Torre, un par de obras de "socialismo cristiano o cristianismo social, como prefieras decirle" (según palabras de Nelly) y la edición original de "Operación Masacre", de Rodolfo Walsh, editada en 1957 por Sigla (ignota editora nacionalista que fue la única en darle espacio a Walsh para que publicara su formidable investigación). "Nadie que conozco lo va a valorar tanto como vos", me dijo Nelly, y me sonó como un elogio irrepetible.
No tengo foto de Nelly. Sin embargo su rostro amable me parece presente en cada recuerdo vinculado con las luchas por los derechos humanos cuando en mi Concepción del Uruguay querida, pocas, muy pocas personas, abrazaban esa causa.
Nelly era profesora de francés. Se recibió en el Profesorado de la Escuela Normal. Se desempeñó luego en la cátedra de Literatura Francesa IV en el mismo Profesorado. Fue en un período directora de la Alianza Francesa de nuestra ciudad, en la década del 80.
Tenía un compromiso vital con valores humanistas, y era una activa integrante de la Iglesia Evangélica Metodista (esa que aun está sobre calle Ameghino, a media cuadra de la 9 de Julio).
El destacado teatrista Carlos Zelayeta, la recordó de este modo: "He conocido a Nelly por su participación en actividades culturales y su comprometida labor vinculada a la música y al teatro. Responsable y eficaz compañera en nuestros emprendimientos artísticos y siempre dispuesta a colaborar con sus semejantes en diferentes circunstancias de la vida. Con su carácter reservado y sus firmes convicciones, puedo recordar su voz serena y su espíritu solidario".
Gracias a Nelly conocí al obispo Federico Pagura, ese increíble pastor evangélico (ex boxeador, militante por los derechos humanos, fundador del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos en plena dictadura cívico militar, partidario de la legalización del aborto, de la reforma agraria, de la cooperativización del trabajo...). Ése que, en broma pero en serio, me hacía decirle a Nelly: "Si todos los obispos fueran como él, yo también sería cristiano".
Nelly cantaba en el Coro Municipal, aun jubilada. Hacía teatro (una de sus últimas actuaciones fue en los años 90, en "La casa de Ula", dirigida por Enrique "El Gringo" De Michele). Y seguía colaborando con cualquier iniciativa que tuviera un cariz de solidaridad, de apuesta a un cambio social que algún día nos permitiera vivir como hermanos y hermanas.
Nelly tenía la juventud en su alma y en su pensamiento: la igualdad, la libertad, la empatía, eran los valores a los que se aferraba con serena firmeza. Cada charla ocasional con ella era un pequeño oasis para mí.
No tengo foto de Nelly, pero ese libro (envuelto para que no se deteriore, y siempre visible en mi biblioteca) todo el tiempo me trae su rostro amable, su sonrisa y su dulzura.
Hasta siempre, querida Nelly Evangelina Gonnet.
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