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Luis Juan Puchulu, en una campaña de solidaridad. Juan Carlos Godoy, junto a Elisa Carrió.jpg
VEINTE AÑOS DE EL MIÉRCOLES

El código Davies y el comité Galtieri (2004)

En esta nota del 24 de noviembre de 2004, en el semanario El Miércoles se contaba sobre “la pelea entre el Turco Godoy y el Gordo Puchulu”, en otra época de la política entrerriana, protagonizada todavía por uruguayenses que se chicaneaban de lo lindo. Se trataba del reflejo de unas virulentas declaraciones, enigmáticas para quienes no fueran uruguayenses, pero también para la mayoría de estos. Desde “travestis de la política” hasta querer “jugar a montonero, no animarse y pedir auxilio a Galtieri y a los sectores conservadores del radicalismo”, eran algunos de los ´proyectiles’.

 

El informe de aquel número 148, casi 16 años atrás, abordaba escandalosas licitaciones en Banco Pelay, pero dentro, una nota contaba los detalles de una mediática pelea entre el ex intendente de La Histórica, Juan Carlos Lucio Turco Godoy –entonces diputado nacional- y uno de sus pares, Juan Carlos Daud (PJ), que en su defensa al gobernador Jorge Busti, era evidente que había recibido ‘letra’ de Luis Juan María Gordo Puchulu, íntimo amigo del mandatario.

 

Así, compartiendo con nuestros lectores algunas de las más relevantes notas publicadas durante dos décadas, celebramos los 20 años de Miércoles, que se cumplen en este 2020.

 

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LA PELEA ENTRE EL TURCO GODOY Y EL GORDO PUCHULU

 

El código Davies y el comité Galtieri (2004)

 

En una extraña pelea mediática, desde el PJ le tiraron a Godoy con “el informe Davies”. Este contestó –sin nombrarlo– que quien estaba detrás de esa andanada era Puchulu, a quien acusó de “jugar a montonero” para luego pedir a los “conservadores” de la UCR que lo salvaran de Galtieri. Para el resto de la provincia, un cruce de acusaciones incomprensibles. Para los uruguayenses, recuerdos de “el pasado que vuelve”.

 

Por A.S.

 

Un cruce verbal cargado de mensajes en media lengua, veladas amenazas y códigos extraños para los “de afuera” se produjo en estos días entre dos diputados nacionales entrerrianos, aunque uno de ellos en realidad actuó sólo como transmisor. Juan Carlos Lucio Godoy, del Nuevo Espacio Entrerriano, y Jorge Carlos Daud, del Partido Justicialista fueron los protagonistas del fuego cruzado, aunque los otros nombres en danza no son de escaso peso: el gobernador Jorge Busti, su amigo personal y asesor Luis Juan Puchulu, el extinto tres veces intendente de Concepción del Uruguay Carlos María Scelzi, y finalmente el contador Hugo Davies.

El lector se preguntará qué tiene que ver Davies, un hombre que se retiró de la actividad política hace varios años. Sin embargo, está en el medio del cruce, que en verdad insinuó mucho más de lo que concretó. La cosa arrancó cuando Godoy, en diálogo con el programa radial ‘A quien corresponda’, de la capital provincial, dijo que “Busti es un acomodaticio”, y que es imposible pensar en un alineamiento de su parte con el sector del presidente, Néstor Kirchner. “Sería una utopía pensar que Busti se puede alinear ideológicamente, porque vive montado en la coyuntura, piensa en el corto plazo, tiene una historia que lo condena, y las personas que no tienen buena conducta no mejoran”.

Apenas se conocieron estas declaraciones, salió Daud a defender a su jefe político de las palabras de Godoy. Replicó que “el pueblo entrerriano está cansado de los ‘pavos reales’ como él, soberbios que sólo se quieren a sí mismo, ombligos del mundo y travestis de la política”, entre otras lindezas que le dedicó al ex intendente de Concepción del Uruguay.

Daud dijo que el diputado Godoy pretende posicionarse como “la madre Teresa de la política entrerriana y desde ese lugar vuelve este actor de reparto a indicar con el dedo quiénes son los buenos y quiénes son los malos. No sólo es la Madre Teresa, sino George Bush, día a día nos enseña en sus clases magistrales cuáles son los malos, los corruptos, los indignos y cuáles los buenos, impolutos y sabios, es decir él”.

Es un hecho que Davies sugirió la necesidad de investigar y hasta detalló en qué áreas había encontrado irregularidades, más cercanas al descontrol administrativo que a cuestiones graves. Pero desde entonces la gente del PJ asegura que “si no fuera por la generosidad de Carita” varios hubieran terminado presos.

Además, el legislador justicialista lanzó que Godoy militó por la Alianza de De la Rúa, Meijide, Chacho Alvarez y Montiel. Y después, se disfrazó de kirchnerista en el Nuevo Espacio para obtener una banca de diputado nacional y ahora es opositor con Elisa Carrió”.

“¿Cuántos disfraces tenés, Godoy?”, se preguntó Daud, para agregar que “en tu pueblo no podés mentir, Pinocho: en las últimas elecciones saliste tercero después del PJ y la UCR». Pero ahí no terminó la andanada: “Hablás de corrupción y acusás a todos, ¿Por qué no te mirás en tu propio espejo? Vos te aprendiste de memoria el ‘Informe Davis’ (sic), ¿o te olvidás que ese hombre generoso y político siempre votado que se llamaba don Carlos Scelzi, te perdonó la vida? Juan Carlos Lucio o Turco, como te dicen en tu pueblo, crecé, sumá, soñá y si no, dejate de joder”.

¿De qué hablaba Daud? ¿Qué es ese “informe Davis”? ¿Un nuevo “Código Da Vinci”, pero en Entre Ríos? Alguno ya estará haciendo memoria; pero no se apure, se lo contamos al final. Ahora, seguimos con los hechos.

Godoy, apenas se enteró de estas insólitas declaraciones, salió a rebatir. Pero entendió que Daud estaba hablando por boca de otros. Porque sólo los uruguayenses saben de qué se trata cuando se habla del ‘informe Davies’ y de la presunta generosidad de Carita Scelzi.

El Turco no dudó ni un segundo de que quien respondía por boca de Daud era ni más ni menos que Luis Juan María El Gordo Puchulu, el viejo amigo de Busti que lo ha acompañado en todas sus correrías. Así que “por primera vez y para siempre”, el diputado del Nuevo Espacio decidió aclarar que “la pluma de quien escribe los excesos verbales del gobierno provincial es una persona de su ámbito más íntimo que actúa de manera solapada porque no tiene coraje para actuar en público. Es el mismo que en los ’70 cuando quiso jugar a Montonero y no se animó le pidió auxilio a Galtieri para no estar preso y utilizó a los sectores conservadores del radicalismo, amigos del ex general golpista y asesino, para que intercedan ante él”. Y aquí, si algo había captado antes, el resto de la provincia dejó de entender de qué se trataba el asunto.

En efecto, es una pelea en la que, sin los nombres de los protagonistas y su correspondiente historial, resulta difícil entender algo. Salvo para algunos uruguayenses.

“Le quiero recordar al ventrílocuo y a su escriba que me fui de la UCR por la corrupción de Montiel, que compró votos para evitar el juicio político; y me fui para construir un espacio diferente. –contestó Godoy– Y ahí está su dolor, que mantuvimos la coherencia ideológica”. Para el final dejó la carga más pesada: “En cambio el Gobernador y su escriba levantaban las armas por el pueblo y después entregaron la Provincia y generaron la mayor desigualdad histórica en Entre Ríos”.

 

EL CÓDIGO DAVIES

¿A qué se refiere Daud? Es una referencia a un viejo episodio de la política local, narrado desde hace 17 años –siempre off the record– por los justicialistas uruguayenses a quien quisiera escucharlo. Es, casi, la “leyenda negra” de Godoy.

Cuando en 1987 el Turco dejó la intendencia en manos de Carlos María Scelzi, el histórico caudillo peronista que presidió tres veces el Municipio, éste ordenó una auditoría para conocer en qué estado recibía la Comuna. Se la encargó al estudio contable de Hugo Davies, insospechado de connivencia con ninguno de los dos, ya que venía de ser candidato a intendente por la Ucedé de Álvaro Alsogaray. La auditoría se realizó, y sus resultados fueron al baúl del misterio del bipartidismo.

Es un hecho que Davies sugirió la necesidad de investigar y hasta detalló en qué áreas había encontrado irregularidades, más cercanas al descontrol administrativo que a cuestiones graves. Pero desde entonces la gente del PJ asegura que “si no fuera por la generosidad de Carita” varios hubieran terminado presos. Es difícil saberlo, porque el voluminoso informe le fue entregado “al juez de Instrucción y el propio Scelzi le ordenó que no lo moviera, salvo contraorden. Todavía debe estar en un cajón”, según la fuente confiable.

No hubo denuncias penales de ningún tipo ni consecuencias legales para ninguno de los integrantes de la gestión saliente. Eduardo Lalo Macri, secretario de Hacienda de Scelzi, era –según la versión que hasta hoy sostienen prominentes dirigentes del PJ– el que más insistía con llevar las supuestas irregularidades a la Justicia. Y Godoy no le perdonó nunca a Macri esa actitud. “Pero además, es un desagradecido, porque nunca le reconoció ese gesto de grandeza al Viejo Scelzi”, dice un dirigente peronista hoy. “Que no lo hizo sólo por los códigos, también lo hizo por la democracia, porque el Turco era el primer intendente de la restauración democrática y, por esa razón, Carita no lo iba a denunciar”.

La otra parte de la historia es la velada acusación de Godoy a Puchulu de haber recurrido a “los conservadores” de la UCR para salvar el pellejo en los malos tiempos del proceso, cuando “jugaba a Montonero”. Más subjetivo, este cuento se remonta a los años en Córdoba de Busti y Puchulu, quienes nunca integraron la Organización Montoneros, y sí algunas de las ramas de la Juventud Peronista a las que se vinculaba con el grupo armado. Buena parte de esa historia se narra en ‘Rebeldes y ejecutores’, el libro de Daniel Enz que profundiza sobre los años de plomo en Entre Ríos. La “leyenda negra” de Puchulu y sus salvadores radicales no aparece ahí, y será motivo (¿será?) de otra nota.

 

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