Trabajadores de Parque Nacional El Palmar en Colón dieron a conocer su rechazo a un proyecto que pretende usar agrotóxicos en el área natural protegida para el control de especies leñosas exóticas.
La propuesta viene de la mano del denominado «Proyecto binacional Uruguay-Argentina sobre adaptación al cambio climático en ciudades y ecosistemas costeros vulnerables del río Uruguay», por el cual se obtuvo financiamiento externo y el área de reserva entrerriana es campo de ensayo. De acuerdo a lo que trascendió, las autoridades de El Palmar dieron la autorización para probar el herbicida metsulfurón en un lugar con acacias negras. De obtener resultados alentadores, el plan apunta a extender el uso del veneno a un sector que abarca unas 4.000 hectáreas, se indica en el documento interno.
Brigadistas, técnicos y personal de maestranza en asamblea resolvieron declara el estado de alerta y oponerse a la idea. Del mismo modo, comunicaron a las autoridades que se niegan a prestar colaboración o realizar alguna actividad en el marco de esta propuesta.
Bajo la denominación «caja de herramientas» para el Control de las Especies Exóticas Invasoras Leñosas (EEIs Leñosas), un funcionario de la Secretaría de Ambiente de la Nación, Pablo Gallicet, presentó una nota en donde solicita a la intendencia del Parque El Palmar un permiso de ensayo con metsulfurón. La aplicación del herbicida utilizado para matar hierbas de hoja ancha y algunas gramíneas anuales a partir de inhibir la división celular en brotes y raíces, está pensado para 20 ejemplares de acacias negras dentro del predio del área natural protegida. La propuesta, según se lee en una comunicación del encargo de conservación, fue aprobada el 10 de mayo pasado. En el escrito se señala además que, de afianzarse el método, se pueda ampliar “el tratamiento de 3.500 ha de áreas levemente invadidas y 500 ha moderadamente invadidas en este Parque Nacional”.
Al trascender la noticia, la situación fue objeto de análisis por parte de los trabajadores del Parque ya que todavía perdura en los recuerdos las nefastas consecuencias de una experiencia similar, mencionó uno de los asambleístas a ERA Verde. De hecho, en la nota donde se da cuenta del plan, se menciona que este tipo de método se aplicó en el Parque “sobre crategus y ligustros, en el límite sur con la Estancia El Palmar, en la que participó personal de ese establecimiento junto con equipos de este parque nacional en el año 2017”.
En efecto, el 23 de mayo pasado, en la asamblea de auto convocados y de afiliados a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) del Parque El Palmar, se abordó, entre otros puntos, los detalles del ensayo “Eficacia de la Técnica de Inyección en Leño con Herbicidas para el Control de Gladitsia tricaconthos (EEIL)”. Y al debatir sobre la intervención con agroquímcos tramitada por el coordinador Proyecto de Adaptación al Cambio Climático por la Argentina, Pablo Gallicet, se resolvió “dejar en claro nuestro total y enérgico repudio a este proyecto y tipo de prácticas, haciendo saber que los trabajadores y trabajadoras de este parque nacional no prestamos servicio y colaboración en este proyecto”, se dejó sentado en el acta de la reunión.
En este orden, los asambleístas apuntaron que como “trabajadores de la conservación y habitantes de la provincia de Entre Ríos somos conscientes de los nefastos problemas ocasionados por el uso de agrotóxicos. Son conocidos los episodios de escuelas rurales fumigadas, los padecimientos y afectaciones a la salud de las comunidades como, por ejemplo: San Salvador, o los vecinos del barrio Perucho de la ciudad de San José. Además de las historias de trabajo sufrida por los trabajadores de este parque en el pasado respecto a la utilización de estos venenos. Ratificamos nuestro enérgico no”, afirmaron en el registro del debate que suscribieron todos los presentes.
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De acuerdo la información relevada, Parque Nacional El Palmar fue seleccionado para ensayar con venenos con el objeto de matar árboles exóticos considerados especies invasoras. Pero “este tipo de prácticas en un espacio de conservación”, resaltan los trabajadores, por lo cual el método motivó la alerta. “Es un total despropósito. Hemos declarado el repudio total y nos negamos en participar o realizar alguna actividad en el marco de este proyecto”, sostuvo un trabajador presente en la discusión.
En cuanto al origen que dio pie a esta controversia se apuntó al proyecto marco por el cual la Argentina “se ha comprometido a implementar políticas, medidas y acciones para el manejo sostenible de los ríos, a fin de reducir la vulnerabilidad frente al cambio climático de estos ecosistemas y de las comunidades que de ellos dependen”, señala la reseña del «Proyecto binacional Uruguay-Argentina sobre adaptación al cambio climático en ciudades y ecosistemas costeros vulnerables del río Uruguay». En este orden, se describe que el objetivo es “mejorar la convivencia con el río, fortalecer a las ciudades costeras del bajo Uruguay como territorios de convivencia respetuosa con el agua y proteger a sus poblaciones. Para ello, se promueve el desarrollo de la resiliencia y la reducción de la vulnerabilidad de las ciudades costeras y los ecosistemas a lo largo del río Uruguay”.
En este proceso, el plan para ejecutar tanto en la Argentina como en la República Oriental del Uruguay es financiado por el Fondo de Adaptación a través del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Mediante “una unidad ejecutora de las áreas de Ambiente de los dos países”, se diseñó para El Palmar uno proyecto para “el control de exóticas leñosas invasoras, en este caso árboles exóticos”, comentó a ERA Verde un especialista en la materia. Y es así que profesionales externos se presentaron al área federal para ejecutarlo. “Los trabajadores nos enteramos del pedido e inmediatamente nos convocamos en asamblea. Los trabajadores no estamos de acuerdo en el uso de venenos en proyectos de conservación. Creemos que es algo que va totalmente en contra de los que creemos y pensamos sobre con respecto a lo que deben ser los proyectos de conservación”, confirmó uno de los presentes en el encuentro.
Si bien se entendió que se comienza con un “ensayo pequeño”, en la segunda etapa se prevé “avanzar sobre algo así de 4.000 hectáreas del parque que se estaría tratando con métodos de control químicos”. Es así que el pronunciamiento es “totalmente en contra del proyecto. Le comunicamos a las autoridades del Parque que ningún trabajador piensa participar en este proyecto prestando algún tipo de servicio o colaboración. Para este proyecto puntual, no vamos a trabajar, eso ya lo avisamos y dejamos bien claro”. Esta situación se da a pesar que desde dentro del Parque hay algún personal que insiste en defender e “impulsar a toda costa” la idea.
En la comunicación a través de redes sociales, los trabajadores se expresaron con el eslogan: “Largá el agrotóxico, agarrá el machete”.
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