“No estamos recurriendo a una metáfora cuando decimos que nos gobiernan los mismos que todavía no pudimos llevar ante los estrados judiciales” indicaron en el documento leído en la noche de este miércoles en Concepción del Uruguay. Fuertes cuestionamientos al Poder Judicial y la Iglesia. (Vea todas las imágenes de la movilización).
Texto: J.R.D de EL MIÉRCOLES DIGITAL
Fotos: MARIO ROVINA Y VALENTÍN BISOGNI
La plaza Ramírez fue el epicentro del acto-marcha, donde las organizaciones sociales, políticas, sindicales y estudiantiles se dieron cita para protestar contra el fallo mayoritario de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que habilita la reducción de penas a un condenado por cometer delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar, y que sienta precedentes para otros condenados por las mismas causas. Todos atrás de la bandera de la Comisión de Memoria, Verdad y Justicia de Concepción del Uruguay.
A diferencia del viernes 5, este miércoles la convocatoria tuvo mayor acompañamiento de los uruguayenses que desafiaron la noche fresca dando vuelta y media al principal paseo de la ciudad. Con bombos y carteles, diferentes grupos cantaban consignas alusivas: apuntaron contra la Iglesia Católica “¡Iglesia basura!, estuvieron callados cuando se los llevaron”; después contra la Justicia: “Teque, teque, toca, toca, la memoria no se toca, ¡dos por uno las pelotas!”; y el canto habitual incluso en las marchas de cada 24 de marzo: “Como a los nazis le va a pasar, ¡a donde vayan los iremos a buscar!”.
Dos locutores dieron lectura al documento consensuado entre las partes que coincidió con el leído en el acto en Paraná. Canciones de León Gieco y Víctor Heredia sonaron en los amplificadores al pié de la pirámide.
De la marcha, entre los participantes, se pudo apreciar a diferentes dirigentes y funcionarios, como por ejemplo: Juan Carlos Cholo Aguirre (UCR); el Presidente del GEN provincial, Francisco Pancho Larocca; el titular del PJ Uruguay, Mario Carballo; los ex concejales socialistas Verónica Magni y Pablo Pescio. Funcionarios municipales como Oscar Colombo, Ricardo Vales, Jorge Deniz, Matías Giqueaux, Sergio Bertelotti, el concejal Juan Martín Garay - entre otros-, además de Darío Barón, director de Derechos Humanos de la Municipalidad de Concepción del Uruguay, que fue parte de la organización de la actividad, a su lado marchó Blanca Verónica López, hija del desaparecido uruguayense Carlos López, fue la primera vez que la mujer participó de un acto de esta naturaleza.
EL TEXTO DEL DOCUMENTO
El texto del documento acercado a este medio y se reproduce íntegramente es el siguiente:
Los organismos de derechos humanos de Entre Ríos volvemos a manifestarnos en contra de la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de reducir las penas a los genocidas condenados por delitos de lesa humanidad. Como ya expresamos el jueves pasado, ese fallo judicial merece nuestro más enérgico repudio y nos ha provocado una profunda indignación y dolor, que son la indignación y el dolor que vive todo el pueblo argentino.
Al considerar aplicable el beneficio de la derogada ley 24.390, conocido como 2 x 1, para los condenados por delitos de lesa humanidad, la corporación judicial aliada al poder político perpetró uno de los embates más violentos en contra de las conquistas logradas en los últimos años en materia de derechos humanos. Pretendió así poner freno al proceso de Juicio y Castigo a los responsables del terrorismo de Estado, el cual desde la caída de las leyes de impunidad ya ha permitido condenar a 750 militares, miembros de fuerzas de seguridad y civiles.
Sin embargo, los que planificaron este verdadero golpe al estado de derecho no tuvieron en cuenta la fuerza de la reacción popular. Las plazas de todo el país fueron rápidamente escenario de actos y movilizaciones en rechazo a un fallo injusto, ilegal, inconstitucional, violatorio de los pactos internacionales y contradictorio con lo que ha sido norma en la jurisprudencia argentina durante los últimos lustros. Y también hoy volvemos a expresar nuestro descontento, con esta manifestación masiva y pacífica, tan genuina como heterogénea, donde nos encontramos todos y todas los que queremos un país sin genocidas en las calles, sin reconciliación con los responsables de los crímenes más atroces de nuestra historia reciente y con justicia efectiva.
Aquí está reunido el pueblo que no quiere regresar al oscuro pasado de impunidad, que quiere que sus hijos e hijas crezcan en un país donde la cárcel sea el único lugar para quienes secuestraron, torturaron, asesinaron, robaron bebés, violaron, tiraron personas vivas al mar desde los aviones y desaparecieron a 30.000 compañeros y compañeras. Como ha quedado claro en las innumerables manifestaciones de repudio al 2 x 1 que se han levantado en estos días, somos la inmensa mayoría. Del otro lado sólo están los que defienden a los genocidas, los que reivindican el terrorismo de Estado, los que todavía no entendieron que no hay olvido ni perdón para quienes con sus crímenes ofendieron a toda la humanidad.
Así lo demuestra también la decisión de la Cámara de Diputados de la Nación, votada en la noche de este martes, de prohibir taxativamente la reducción de penas a los condenados por delitos de lesa humanidad, mediante la aprobación de un proyecto de ley con 211 votos a favor y solamente uno en contra, el de un diputado tan nefasto como tragicómico.
Es necesario reiterar que el repudiable fallo del máximo tribunal de nuestro país se suma a otras decisiones de un sector del Poder Judicial que venimos denunciando y que adquirieron mayor fuerza desde el 10 de diciembre de 2015, cuando la alianza Cambiemos asumió la conducción del Estado nacional con un plan económico que no casualmente expresa la continuidad del modelo llevado delante por Martínez de Hoz durante la última dictadura cívico militar. Hemos rechazado las prisiones domiciliarias arbitrarias a los represores, la extrema dilación de las causas y los fallos que retoman la teoría de los dos demonios y aplican penas bajísimas a los acusados.
Estos fallos buscan claramente la impunidad de los genocidas e impedir el avance hacia la investigación y juzgamiento de los responsables civiles. No estamos recurriendo a una metáfora cuando decimos que nos gobiernan los mismos que todavía no pudimos llevar ante los estrados judiciales. Este es uno de los grandes objetivos de fondo del cambio de paradigma que el gobierno nacional y sus aliados judiciales, mediáticos, religiosos y empresariales pretenden implementar en materia de derechos humanos. Como ya señalamos, es por ese motivo que vacían programas de apoyo a las investigaciones o instruyen a los abogados del Estado para no apelar fallos y no presentarse como querellantes. Es por eso también que atacan a los y las principales referentes de los organismos de derechos humanos, cuestionan la legitimidad de nuestras luchas, habilitan el accionar de los grupos que reivindican el terrorismo de Estado, ofenden la memoria de los 30.000 desaparecidos y niegan el genocidio.
El otro gran objetivo de este cambio de paradigma y este giro en la política de Estado en materia de Memoria, Verdad y Justicia, como ya dijimos y volvemos a afirmar, es fabricar consenso en un sector de la población que le permita ejecutar la represión con la que en estos días buscan doblegar la resistencia popular a las medidas económicas de hoy. Pero erraron en el cálculo y la formidable ola de repudios los hizo cambiar sobre la marcha e intentar despegarse de esta intentona pro genocida.
Reiteramos también nuestro rechazo enérgico a la tentativa de la cúpula de la Iglesia Católica de llamar a la “reconciliación” y “pacificación”, sin haber brindado información sobre el destino de los desaparecidos ni haber hecho una autocrítica profunda sobre su rol durante la dictadura.
Hace menos de una semana, en esta misma plaza, los organismos de derechos humanos de Entre Ríos convocamos a toda la sociedad a seguir levantando las banderas de memoria, verdad y justicia y resistir desde cada lugar de lucha para frenar estos atropellos. Estamos convencidos de que así podremos lograrlo, como nos enseñaron las Madres y Abuelas, los Hijos, los Familiares, los sobrevivientes de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio. Como lo enseña cada luchador y cada luchadora que abraza su bandera y hace suya la causa del pueblo.
La inmensa mayoría del pueblo argentino, una vez más, se ha puesto de pie y grita con todas sus fuerzas:
¡Ni un paso atrás!
¡Nunca más un genocida libre por las calles argentinas!
30.000 compañeros desaparecidos, ¡presentes, ahora y siempre!
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