En la séptima edición de las apostasías colectivas, este viernes 24 de agosto más de cien personas llevaron hasta el Arzobispado de Paraná sus solicitudes de defección de la Iglesia católica, en lo que se transformó en la mayor renuncia masiva registrada en la capital entrerriana.
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“Por amplio margen es la apostasía más numerosa que hemos tenido en la provincia”, celebró Iván Escobar, integrante del movimiento Apostasía Colectiva Entre Ríos.
Señaló que la cantidad de gente presente en el Arzobispado superó el número registrado en abril pasado, cuando apostataron alrededor de 60 personas. Y remarcó: “Es probable que hoy haya más de 100 personas”.
Aseguró que “sin dudas se superaron las 100 apostasías en el mes de agosto”, al sumar éstas a las del pasado 8 de agosto, cuando se registraron unas 30 renuncias. “Que hayamos superado las 100 en un mes, es impresionante. Más en Paraná, que es una ciudad bastante conservadora”, señaló Escobar en diálogo con la agencia de noticias APF.
Sólo en agosto hubo al menos 130 apostasías, cerca de la mitad de las registradas en los últimos dos años, que ascienden a 280.
Escobar comentó también que siguen recibiendo “muchísimas consultas, de otras provincias, incluso de otras religiones”. Por eso afirmó que “sin dudas van a venir otras apostasías colectivas”. Además remarcó: “Cada vez que hacemos una apostasía y se difunde por los medios, se da otro aluvión de consultas”.
Por su parte, Mirko Pacoricona, miembro de la organización Entre Ríos Laica, aplaudió la cantidad de gente que apostató este viernes. “Esto es increíble. Hace muchos años que venimos intentando que esté en el tablero la discusión de la separación real de Iglesia y Estado”.
Luego apuntó que “hoy la iglesia goza de privilegios en la sociedad a la hora de imponer sus ideas. Más allá de los beneficios económicos que hoy se están discutiendo, también socialmente la iglesia cuenta con privilegios, tiene una potestad de imponer sus ideas que me parece interesante discutirlas, sobre todo por la diversidad que tiene hoy el país respecto a creyentes y no creyentes. No debería haber privilegios para conformar una sociedad sana”, sostuvo.
También resaltó a la apostasía como acto político. “Argentina no puede seguir considerándose un país católico. Más allá de la cantidad de fieles, esta es una cuestión política de entender que somos un país plural”.
Cuestionó que la Iglesia católica “tiene mecanismos legales y sociales para actuar de una forma que no se condice con los caminos democráticos que creo son indispensables para la convivencia”. Afirmó que esos mecanismos quedaron “muy en evidencia” en el debate por el aborto legal. “Se vio la forma en que actuaron, en que movilizaron, en que impusieron una agenda totalmente antiderechos. Creo que es fundamental esto, no como trámite, sino para terminar con la idea que es un país predominantemente católico. Esto no es así”, aseguró.
Por último, apuntó: “En nuestro país lo que debe predominar es el laicismo y el catolicismo tiene que convivir con las reglas establecidas para el resto de las religiones y para los no creyentes también”.
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