Compartimos esta gran nota de nuestro colega Gustavo Surt sobre el uruguayense José Font, conocido popularmente como "Facón Grande", protagonista en las luchas de la Patagonia Rebelde.
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La década del 20 comenzó muy bien para Argentina desde el punto de vista macro económico. La Primera Guerra Mundial fue determinante para que eso suceda. Algunos pensaron que tal situación se extendería indefinidamente en el tiempo, lo que por supuesto no sucedió.
Como no había carbón para emplearlo como combustible, hubo que buscar alternativas. Llegó así la nacionalización del petróleo y la creación de YPF. Pero además la gran demanda de cereales y el incremento de la industria frigorífica y sus subproductos fue de inmensa importancia para el país. Se impulsaron medidas para defender la agricultura, la ganadería y la comercialización con una decidida política de intervención del Estado en ello.
Claro que la riqueza no llegaba a manos de todos. Algunos se enriquecieron de manera notable, mientras muchísimos trabajadores eran explotados por quienes guardaban el trozo mayor de la inmensa torta económica. Los conflictos con los trabajadores fueron inevitables.
En el sur del país se vivieron momento dolorosos y de inmensa violencia. En ellos murió un entrerriano nacido en Concepción del Uruguay en 1883: José Font, era su nombre, aunque en la Patagonia era conocido como “Facón Grande”. En lo atinente a su nacimiento, el historiador Julio Oscar Blanche, nacido en Hernandarias, afirma que habría sido de origen catalán. Blanche apunta que habría llegado a la zona de Concepción del Uruguay, junto a su padre y su madre, cuando tenía 5 años.
Se afirma que era un hombre de bien, trabajador, duro y con claros principios libertarios. No es raro por tanto que se vinculara al anarco sindicalismo y que además haya sido figura en las huelgas rurales de la Patagonia.
Seguramente, “Facón Grande” tiene que haber sido -seguro sin saberlo- partidario del denominado anarquismo solidario, que sostenía que las personas tenían la capacidad de unirse de modo extensivo, además de sostener que la emancipación individual no era posible sin la emancipación colectiva, mediante la solidaridad. Y este dirigente entrerriano era más que solidario, y por ello logró reunir un grupo de 400 hombres que le respondían a muerte. Y esto no es un tibio juego de palabras, ya que ese grupo enfrentó a tiros al Ejército cerca de la estación Jaramillo del Ferrocarril Patagónico. Tras ese tiroteo Facón Grande fue fusilado sin juicio previo por orden del teniente Héctor Benigno Varela, quien había manifestado previamente que no fusilaría al entrerriano ni a sus hombres. El militar no cumplió con su palabra. Varela era jefe del 10 de Caballería. La muerte del entrerriano quedó impune, como la de centenares de peones de campo fusilados por reclamar mejores condiciones de vida.
Se afirma que a José Font lo apodaron “Facón Grande” porque llevaba siempre en su cintura un gran cuchillo. En el sur comenzó a trabajar en la estancia San José, cerca de Puerto Deseado. No tenía estudios porque no había ido a la escuela, por lo que algo escribía y leía pero con inmensa dificultad. Se afirma también que nunca perdió su acento entrerriano.
Osvaldo Bayer, estudioso de aquellas luchas obreras, investigador y escritor de obras como “La Patagonia Rebelde”, asegura que José Font era un “hombre callado y cumplidor, carrero de oficio, esos que de un chiflido hacen obedecer a ocho caballos percherones”. Precisa además que tenía carros y chatas para transportar cueros y lanas. Según Bayer, José Font era “el carrero más respetado por todos los estancieros debido a su honestidad y a su generosidad” y que “todos los testimonios reunidos son acordes en afirmar que era un buen hombre, recto, humilde, de una palabra (...). Ninguno de los viejos pobladores de Deseado que lo conocieron dudan al calificarlo de persona decente y querida (...)”.
Según Victorino Basterra, dueño de la estancia “La Navarra”, mencionado por Bayer, “José Font era entrerriano nacido en el Montie (o sea, entrerriano). Dicen que lo trajo el estanciero Iriarte, pero en realidad es que vino a Santa Cruz en 1904 o 1905 para cuartear las zorras en las salinas de Cabo Blanco, al norte de Puerto Deseado. Como era hombre de campo, honrado y ducho en las cosas de campo se independizó y al tiempo tenía cinco chatas de caballos con las cuales hacía el recorrido de Puerto San Julián a Lago Posadas y Lago Pueyrredón, viaje largo y peligroso. Era muy habilidoso en la doma y en construir casas con chapas, en eso siempre le venían a pedir consejos. Era sin duda alguna el mejor domador de toda la región”.
¿Qué pedían los trabajadores rurales en aquél momento?: 1) La luz será por cuenta del patrón: un paquete de velas mensual para el trabajador; 2) Un botiquín de auxilio con instrucciones en castellano (antes estaban en inglés); 3) Eliminación de los camarotes: no más de tres hombres por habitación; un lavatorio para poder higienizarse después del trabajo; 4) Se dará trabajo a quienes tengan familia para fomentar el aumento de la población y el engrandecimiento del país, y otras pequeñas exigencias en ese estilo.
Por estos pedidos, los trabajadores fueron calificados como enemigos de la Patria. Pero como apuntábamos, fueron fusilados por los hombres del Ejércitos que contaron con el apoyo de grupos de estancieros que integraban la denominada Liga Patriótica Argentina.
Según el capitán Ayala Torales, Facón Grande fue enterrado en Jaramillo. Los policías en Puerto Deseado se habrían repartido sus ropas y su dinero. El entonces comisario del pueblo, de apellido Albornoz, se quedó con 4 chatas y 80 caballos.
Hipólito Irigoyen presidía el país. Los hechos nunca fueron investigados de manera conveniente, y aún hoy hay opiniones dispares sobre aquellos trágicos sucesos.
Fue una página negra en la historia del país. Una más de tantas que no deben ser olvidadas, además de esclarecidas con la profundidad que los hechos exigen.
……………………
La payadora entrerriana Liliana Salvat, escribió un poema en décimas sobre “Facón Grande”. Es valioso compartirlo.
Facón Grande
Nació gaucho y entrerriano
José Font o Facón Grande,
y en el sur por donde ande
saben quién fue este paisano.
Quiso tocar con la mano
el sol de la dignidad,
cuando tiempos de crueldad
la Patagonia vivía
y a los peones los cubría
un poncho de oscuridad.
Artesano de sus sueños
dejó el calor de Entre Ríos,
para encarnarse en los fríos
paisajes santacruceños.
Templó en los vientos sureños
toda su sangre bravía,
ranchos de chapas hacía
con ingeniosos aciertos
y la lana hasta los puertos
con sus carretas traía.
Ese oficio de carrero
le presentó el escenario
del horror y del calvario
que padecía el obrero.
El peón junto al jornalero
condenados a sufrir,
simplemente por pedir
abrigo para taparse,
remedios para curarse
y un catre donde dormir.
Intereses extranjeros
de la tierra se apropiaban
y a los gauchos explotaban
esos nuevos estancieros.
Aguijones traicioneros
de un Estado indiferente
con Yrigoyen al frente
que en medio de tantos males
defendía los capitales
de cada terrateniente.
Tanto y tanto se burlaron
del sudor de aquellos peones,
que consensuando opiniones
un día se rebelaron.
A Facón Grande nombraron
como jefe del mensaje.
Se encolumnó el paisanaje
y fue aquel grito social
que a un gaucho del Litoral
lo encendía de coraje.
Con tremendas desventajas
la lucha se pronunció
y el Ejército contó
a su favor, muchas bajas.
Sin cruces y sin mortajas
ahí quedaban en el trillo,
y en un acto vil y pillo
a Facón Grande engañaron
y también lo fusilaron
muy cerca de Jaramillo.
Y al apagarse la luz
de aquel gaucho de Montiel,
Dios vio erizarse la piel
del suelo de Santa Cruz.
Aún la patria grita en sus
documentos del pasado
que es horrendo y despiadado
que la democracia cuente
con un sangriento expediente
que fue ese crimen de Estado.
Facón Grande, con tu muerte
la lucha no ha terminado
si aún sigue el pobre explotado
por el poder del más fuerte.
Luchaste sin detenerte
por un mundo más humano,
por eso, cada paisano
al nombrarte se estremece
y en silencio te agradece
con el sombrero en la mano.
Liliana Salvat.
Payadora argentina. Nació en el departamento Colón. Vive en Chajarí.
(*) Gustavo Surt es periodista y músico. Vive y trabaja en Chajarí.
Artículo publicado en el sitio de Facebook del autor y reproducido con su autorización.
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