El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
Este domingo a la mañana falleció el locutor y animador uruguayense Jorge “Sapo” Lacava.
Su trayectoria estuvo intrínsicamente relacionada en el ambiente de la radio y la animación de eventos sociales, además de incursionar de las tablas como actor, músico y ser disc jockey. Otro de sus oficios fue el de martillero público nacional. Tenía 75 años.
Sus animaciones en los carnavales uruguayenses de los años ´70 y ´80 quedará siempre marcada en la memoria de los que lo disfrutaron de aquella época dorada. Durante 17 años fue el animador de los bailes de los carnavales del Club Rivadavia y uno de los fundadores de la comparsa Tupinambá en 1981.
Estuvo más de dos décadas al frente de la casa de música “Discomanía 30”, al mismo momento que era la voz líder del grupo “Los Cuatro Colores” por quince años seguidos.
En doce años consecutivos fue gerente de la sucursal OCA en Concepción del Uruguay. Integrante de la Comisión Directiva de Atlético Uruguay. Fanático hincha de San Lorenzo. Durante casi 30 años fue conductor del programa radial “En el cambio” que se emitió en varias emisoras de la ciudad.
Los últimos años de su vida se vio complicada por una sordera que le impidió realizar una vida más activa en lo social, aunque no impidió que el año pasado participara en los homenajes por el aniversario de LT 11, ya que fue reconocido como una parte importante de la rica historia de la Radio Pública.
El 29 de septiembre de 2017 tuvo su merecido homenaje: Junto a sus hijos, Lacava tomó el micrófono y agradeció, “este reconocimiento que significa mucho para mí, poder recordar una vida ligada a la radio, a los compañeros, a las familias, rememorar las miles de anécdotas… pero no voy a contarlas a todas o estamos una semana acá. De verdad muchas gracias”.
Todos lo recordarán como ese hombre divertido, con la anécdota a flor de piel, provocando risa, buscando alegrías y que la fiesta no termine. El próximo sábado, el carnaval uruguayense le brindará un gran homenaje para recordarlo allí, donde su vida logró trascender.
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