El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
Ni bien terminó el encuentro en el Maracaná, las calles de Concepción del Uruguay se colmaron de celeste y blanco. La plaza Francisco Ramírez fue el epicentro de los festejos.
Por REDACCIÓN de EL MIÉRCOLES DIGITAL
Los árboles de la alegría no deben tapar el bosque, estamos en pandemia que lejos de doblegarse sigue firme en su desarrollo sembrando tristeza y dolor. Hoy los protocolos en la medianoche de Concepción del Uruguay estuvieron lejos de respetarse; pocos barbijos y distancia social ni soñar. Los médicos que pelean día a día en el hospital Urquiza y las clínicas seguro se deben estar tomando la cabeza.
Poco antes de empezar el encuentro este medio consultó a la seccional local de la Policía de Entre Ríos si tenían alguna instrucción para intervenir en caso de producirse festejos, "no la tenemos" fue la respuesta. En honor a la verdad, ¿qué podrían haber hecho para evitarlo?
Así como Concepción del Uruguay en todas las ciudades argentinas el festejo por un triunfo deportivo vuelve a ser el reflejo de liberaciones de sensaciones, tensiones, frustraciones de la vida cotidiana: una pandemia que no da tregua, una economía destrozada con la inflación ubicada en el podio de las más altas de América del Sur; una grieta política que no tiende a decaer sino a profundizarse, entre otros temas profundamente más importantes que un logro futbolero.
En el medio de todo eso hubo una coronación deportiva, los festejos en la plaza Ramírez lo reflejan, con generaciones de jóvenes que nunca vieron a la celeste y blanca campeona, ellos fueron los protagonistas con gritos, bocinas, banderas, cantos, abrazos, bengalas y bombas de estruendo.
Mañana habrá que seguir peleándola. Ojalá que no sea sólo deportivo la excusa para seguir uniéndonos.
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