Formosa está en los titulares de los diarios mal llamado nacionales. Se acusa al gobernador Gildo Insfrán de violación de los Derechos Humanos. Formosa es un estado cuasi-policial donde se mezcla el paternalismo y la política de ayuda social. El formoseño no tiene muchas alternativas salvo votar al estanciero Eduardo Buryaile o el abogado Luis Naidenoff. Territorio Nacional desde 1884 a 1955, el poder central jamás se ocupó de fomentar el progreso. Fueron setenta años y el gobierno nacional, de todos los colores, solo reaccionó para reprimir.
Por ANÍBAL GALLAY de EL MIÉRCOLES DIGITAL
Los periodistas porteños no tienen la menor idea de la realidad formoseña, de su historia, de sus avatares y se su condición de abandono por el poder central.
La ciudad de Formosa se fundó en 1879. Unos años después fue constituido como territorio nacional, a cargo del poder central y ya se sabe que Dios atiende en Buenos Aires. En 1881 se organizó una expedición militar para someter “a los salvajes”. No hubo enfrentamientos importantes pero el Estado Nacional hizo acto de presencia, comenzando por lo militar.
Los gobiernos nacionales no tuvieron siquiera un atisbo de proyecto para este territorio. En 1908 en Formosa había una suerte de guerra civil y la más inicua explotación en los obrajes.
Mientras tanto los porteños inauguraban el teatro Colón. En el territorio formoseño no había agua potable, ni caminos, ni puentes ni nada que significara algún progreso. Los porteños, mientras tanto inauguran el subterráneo.
En 1919 hubo un ataque de un grupo de aborígenes al Fortín Yunká al norte de la provincia. El Estado Nacional envió el ejército masacrando aborígenes. Ni siquiera hubo un juicio. En 1947 ocurrió la masacre de Rincón Bomba, donde murieron 600 aborígenes ametrallados desde un helicóptero a cargo de la Fuerza Aérea, con el apoyo de Gendarmería. El entrerriano Orlando Van Bredam escribió un libro sobre el tema, es de lectura altamente recomendable.
En 1955 se la eleva a la categoría de provincia. Comienza un nuevo proceso pero entre 1955 y 1983 ningún gobernador pudo terminar su mandato.
La democracia
Vicente Joga, militante de Guardia de Hierro logró la jefatura del partido Justicialista. Puso como candidato a Floro Eleuterio Bogado, por su condición de formoseño. En 1987 la fórmula Joga-Insfrán gana las elecciones. En 1995 Insfrán “saca los pies del plato” e inicia el camino de gobernador eterno. Se reforma la Constitución donde queda establecido que todos los cargos electorales son reelegibles sin límite alguno. Con este respaldo constitucional ya no hubo obstáculo para atornillarse en el poder y gobernar la provincia más pobre del país.
Gildo Insfrán: un estado cuasi policial
Se le puede reprochar algún autoritarismo y un control de la población bastante estricto. Cada jefe de comisaria debe enviar un informe diario con las novedades de cada pueblo, poniendo especial hincapié acerca de quién o quienes hablan mal del gobierno. En las escuelas hay “buchones” quienes vigilan e informan. En materia educativa se dividió la provincia en delegaciones. El delegado zonal tiene a su cargo las escuelas de su territorio, y además de las tareas burocráticas cumplen un papel con cierta semejanza a los comisarios stalinistas.
También es verdad que se venden los votos, se reparte mercadería y los operadores recorren los pueblos poniendo hincapié en la importancia de continuar recibiendo planes sociales. En alguna campaña se difundió del latiguillo “si pierde Gildo perdemos todos…”
Gildo jamás rinde cuentas. Nunca explicó, por ejemplo, que pasó con los siete millones que le pagó a Vanderbroele.
Puntos a favor
Además de lo dicho el gobierno de Gildo reparte todos los años útiles escolares a cada uno de los alumnos primarios y secundarios. Para poblaciones con el 80 por ciento de pobreza es una ayuda importante. Hay reparto de juguetes para el Día del Niño. Y será muchas veces el único regalo que reciba un niño en todo el año.
Insfrán implementó un plan de ayuda directa llamado “Por nuestra gente todo”. Un equipo de profesionales como médicos, dentistas, oftalmólogos, técnicos dentales, abogados, etc, se instala todo un fin de semana en un pueblo. Así se proveen de anteojos, prótesis dentales, sillas de rueda, etc, a quienes no tienen posibilidades de acceder por sus propios medios. Se realizan trámites del Registro Civil, Anses y todo lo que fuera menester.
Hay en Formosa una cantidad inusitada de discapacitados. Es la forma en sacarle un dinerillo a la Nación y un problema menos para la Provincia.
No queda espacio para abordar lo que ocurre con la Justicia y el sindicalismo, actividades en las que prima el servilismo y un apasionado amor por el Gobernador.
Esto explica en parte por qué Gildo gana las elecciones. La alternativa radical está en la persona de Ricardo Buryaile, empresario, estanciero, presidente de la Sociedad Rural y ex ministro de agricultura del presidente Mauricio Macri; o Luis Naidenoff, abogado y asesor de empresas.
Nadie duda en Formosa que si gana alguno de ellos, toda la política social de Gildo será destruida.
El ciudadano formoseño no es el que soñaron los ilustrados del “Siglo de las Luces”. Es un ciudadano pobre, con escasas posibilidades, nacido en un territorio que la Nación nunca tuvo en cuenta.
rubengallay@hotmail.com
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