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Graciela Morgade: "La Educación Sexual Integral es un proyecto profundamente ético"

Ante una colmada Sala 1º de Mayo del Rectorado de UNER, la decana de Filosofía y Letras de la UBA, Graciela Morgade, brindó una charla sobre "Educación Sexual Integral" y su realidad actual con las juventudes que la reclaman como un derecho y también con la avanzada conservadora que pretender instaurar el lema “con mis hijos no te metas”.

 

Por CLARA CHAUVÍN de EL MIÉRCOLES DIGITAL

 

Morgade es docente e investigadora, doctora en Educación, y fue una de las redactoras de los lineamientos curriculares que fueron la base para el proyecto de ley de ESI, aprobado en 2006. Respecto a los cambios y avances que se fueron desarrollando en los últimos 12 años, destacó “la realidad de la visibilización de la condición social de las mujeres, de la disidencia sexual en todas sus variaciones que antes no estaban nombradas y la misma categoría de feminismo que dejó de ser una mala palabra en algunos sectores”.

La docente remarcó que esos cambios modificaron la perspectiva para trabajar la ESI. “De todos modos, creo que hay deudas importantes y que las Universidades tienen que encarar.  Tenemos que pensar que en cada disciplina escolar hay que cambiar los contenidos y eso aún está un poquito tibio. El enfoque de género, derechos humanos, diversidad y todo lo que eso implica dentro de cada materia todavía está en construcción. Realmente la ESI es un proyecto con una enorme vitalidad”, expresó.

"La Educación Sexual Integrar es un proyecto pedagógico que busca justicia social, democratización de los vínculos, relaciones amorosas sin violencia".

La avanzada reaccionaria de los sectores más conservadores ligados a la iglesia católica y evangélica ha presentado como urgente la necesidad de la defensa de la ESI como una herramienta base para un cambio cultural. “Esos grupos buscan impugnar y también construir poder político para tener legisladores y legisladoras y después derogar las leyes como la de Matrimonio Igualitario, la de ESI o la de Identidad de Género. Esto pasa a nivel internacional, como por ejemplo en Brasil o en España. La Educación Sexual Integrar es un proyecto profundamente ético, de la ética de los derechos humanos, y debe estar por encima de las creencias. La ESI se da en las escuelas y esos son los espacios del Estado donde se encuentran los grupos, los chicos, las chicas, les chiques, que son diversos.  ¿Qué mejor lugar que la escuela para que un niño o niña pueda conocer otros mundos? La Educación Sexual Integrar es un proyecto pedagógico que busca justicia social, democratización de los vínculos, relaciones amorosas sin violencia. La escuela es el lugar en donde hay que promover el pensamiento crítico, el pensamiento diverso. Creo que tenemos que trabajar con mucha calma y con mucha firmeza en defender uno de los grandes proyectos pedagógicos para la igualdad”.

El reclamo de las juventudes

Con los avances del movimiento de mujeres y las disidencias, particularmente desde la primera marcha Ni Una Menos en 2015, las juventudes comenzaron a tomar más conciencia sobre la importancia de poder acceder a la ESI en las escuelas y reclamarlo como un derecho legítimo.

"Yo creo que hay un hito muy importante y que es Ni Una Menos de 2015"

“Es una gran oportunidad para las escuelas. Cuando se empieza a hablar de ESI generalmente entran a la escuela los cuerpos, las subjetividades, los deseos. Pero también las situaciones de abuso, de violencia, o sea, también el padecimiento. De alguna manera entra el sujeto de una manera más completa e integral, a diferencia de la histórica escuela enciclopédica tan centrada en las materias del conocimiento. Las juventudes reclaman educación sexual integral porque empezaron a pensar que la escuela tiene que hacer algo más que transmitir ese corpus histórico de los conocimientos que siempre la escuela secundaria transmitió. Yo creo que hay un hito muy importante y que es Ni Una Menos de 2015. Frente a las situaciones de violencia de género, muchas chicas y también muchos chicos y chiques, vieron que había algunas herramientas que no se estaban terminando de cumplir en las escuelas. Hablar de esos temas, intentar construir masculinidades no violentas y femineidades que pudieran identificarse en situaciones de violencia para poder retirarse antes y no llegar a la violencia física o a la muerte. El Ni Una Menos fue un hito muy importante y, de ahí en más, el tema de la ESI se instaló en las escuelas secundarias”.

El lenguaje en discordia

Muchas discusiones se han planteado en torno al lenguaje inclusivo, mencionando los masculinos y femeninos de los términos, o agregando el uso de la “e” como forma de unificar, lo cual también ha generado bastante malestar frente a los más conservadores defensores de la lengua española. Morgade sostuvo que el lenguaje “es uno de los territorios de la disputa” y que se va reconfigurando frente a los cambios sociales. En este sentido, importante influencia tuvieron los estudios de género de los últimos años, disparando nuevos interrogantes en los países hispánicos como ¿Por qué el genérico es hombre? ¿Por qué el masculino se usa en todos los casos para el plural? ¿Por qué significa algo muy distinto mujer pública, que hombre público?

“Los estudios fueron mostrando que el lenguaje, de la mano de muchas otras tradiciones, no es meramente un instrumento de transmisión. El lenguaje es una construcción social producto de una sociedad, que también va formando a las generaciones futuras porque configura el pensamiento, la subjetividad. El lenguaje no es neutral. Entonces, si queremos ser visibilizadas en el lenguaje, muchísimas feministas desde hace mucho tiempo decimos ‘todos y todas’, ‘madres y padres’, ‘muchachas y muchachos’. Cuando los diferentes grupos de la disidencia sexual empiezan a denunciar que tampoco esa perspectiva binaria los incluía, empiezan a buscarse nuevas alternativas. Los usos fueron haciendo que se impusiera o que se difundiera mucho el uso de la ‘e’, de una manera muy extendida. En mi caso, utilizo ‘o’, ‘a’ y ‘e’, porque luche muchos años de mi vida para visibilizar lo femenino. Yo, como me siento mujer, quiero nombrarme femenino y creo que tengo derecho político a hacerlo”.

Frente al argumento de lo que permite o no la RAE, la decana de Filosofía y Letras de la UBA manifestó: “Si la Real Academia Española es Real de la realeza, no de la realidad, es académica y es española, no vamos a esperar que nos permitan nada. Más vale hagamos una sub versión de la lengua y después vemos como la codificamos. En ese proceso estamos. A mí no me asusta, lo que me preocupa a veces es que hay censura docente y eso puede traer también malestar”.

 

 

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