El Miércoles Digital Concepción del Uruguay – Entre Ríos
Luego de conocida la sentencia contra Gustavo Rivas (Ver nota: Gustavo Rivas fue condenado...) desde las áreas de Derechos Humanos y Niñez, Adolescencia y Familia de la Municipalidad de Gualeguaychú hicieron saber si postura ante el fallo judicial.
El texto acercado a nuestra Redacción dice lo siguiente:
Gualeguaychú cuenta con una verdad más y una vergüenza menos
La Justicia, tal como lo expresó claramente en la sentencia leída hoy , comprobó la culpabilidad de Rivas en los delitos de corrupción de menores y promoción de la prostitución.
Asimismo el Tribunal se explayó pormenorizadamente dando cuenta de cómo operaba Rivas para captar a los menores, cómo se aprovechaba de las situaciones sociales y psicológicas de sus víctimas para saciar sus deseos sexuales. Hoy Gualeguaychú puede afirmar con toda seguridad y justicia que Gustavo Rivas es corruptor de menores.
Esto no sólo es importante en términos individuales, sino sobre todo sociales. El abuso, la corrupción de menores siempre tiene lugar en un contexto mayor, familiar y/o social, que se transforma y, lamentablemente, muchas veces se adapta. O lo resuelve. Gualeguaychú, a lo largo de este proceso ha logrado como comunidad salir de décadas de silencio, de atroces soledades, de devastadora licencia social. Ha dado un gran paso contra la impunidad.
Ciertamente, Gustavo Rivas no podría haber abusado de la manera que lo hizo de jóvenes y niños, amparándose sólo en el absoluto secreto. Lo hizo, peor, en ese sutil y perverso equilibrio entre lo privado, lo sospechado, y esa inmunidad social que volvía a la verdad inconveniente e indecible.
Reivindicamos a los sobrevivientes, que con tanto coraje han dando su testimonio a pesar de lo difícil que es relatar una vivencia traumática de esas características.
Esta condena, si bien puede resultar insuficiente en términos de pena (el Tribunal consideró prescriptos gran parte de los delitos demostrados y sólo lo condenó por un caso); creemos que representa un importante avance cultural para comunidad. Porque cuando una sociedad construye y fortalece una cultura de la verdad, del respeto, que concibe a los niños, niñas y jóvenes como sujetos de derechos, y es capaz de escucharles, las condiciones para que este tipo de delitos suceda se reducen considerablemente.
Firman: Matías Ayastuy (Área de Derechos Humanos) y Javier Villarreal (Área de Niñez, Adolescencia y Familia).
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