Señorita Bimbo estuvo días atrás en Concepción del Uruguay presentando su libro “Bimbotiquín Vol. 1”, un libro que intenta derribar el mito del amor romántico, en un presente en el que se busca nuevas formas de vínculos frente a los desafíos que presenta el movimiento feminista.
Por CLARA CHAUVÍN de EL MIÉRCOLES DIGITAL
La presentación se realizó en la Biblioteca Popular El Porvenir colmada de público y en donde la autora generó un cálido intercambio con les presentes.
Virginia Godoy, conductora, comediante y humorista de stand up, es más conocida con su nombre de Señorita Bimbo y co-conduce el programa “Furia Bebé” en la radio Futurock, la que también es la editora de su primer libro.
“Bimbotiquín” se llama el segmento del programa que es una suerte de consultorio sentimental y en donde Bimbo se pone en la piel de una “psicóloga de barrio” (como ella misma se autodenomina) que brinda consejos a los oyentes se comunican vía mail en búsqueda de alguna respuesta frente a un conflicto amoroso o sexual.
"...sufrimos porque esta promesa que trae el amor romántico no es real, esta anestesia social de ‘aguántate todo porque el amor te va a salvar y va llenar tu vida’”.
“Nunca tuvimos que inventar los ‘bimbotiquines’ porque la gente siempre envía mails para expresar lo que les pasa. Juego a esto a lo que jugamos todes que es a aconsejar y hablar de amor, en nuestra vida damos consejos a amigues, escuchamos los problemas de otres. La idea fue darle un formato radial. Creo que las herramientas terapéuticas que uno tiene haciendo terapia puede no quedar en los divanes sino usarlas para interpelarnos y preguntarnos cosas, a estudiar y comprender ese relato que tenemos frente a nuestras propias emociones. No podemos dejar el estudio la comprensión y divulgación de nuestras emociones y de nuestro plano psíquico emocional solamente a personas académicas o a terapeutas”, expresó Bimbo.
Cuestionar y desmenuzar el mito del amor romántico es uno los ejes que actualmente el feminismo pone en debate y que el libro intenta reflejar. “Hay que hablar de amor en este momento atravesado por el feminismo. Nos dimos cuenta que queremos construir otra cosa. Hay un problema colectivo respecto a cómo amamos y la idea de amor que tenemos. Hay un status quo del amor, una sola manera de relacionarnos con nosotres mismes o les otres. La distribuciones de roles y jerarquías generan mucho dolor y sufrimos porque esta promesa que trae el amor romántico no es real, esta anestesia social de ‘aguántate todo porque el amor te va a salvar y va llenar tu vida’”.
La frase de Bimbo “Si duele, rajá” se ha convertido de cabecera para expresar el rechazo a esos mandatos sociales que han obligado a soportar vínculos tóxicos disfrazados de romance, que sólo significaban distintas formas de violencias. “Vivimos con una programación para amar. El libro es una invitación a hablar de amor como algo urgente. Cuesta mucho darse cuenta que en las emociones hay programación porque parecen algo muy visceral. Pero hay programación en el deseo, en lo que nos caliente y en cómo vamos a encararlo. Esa programación está en el mismo lugar que todos los males: en el heteropatriarcado capitalista, el mismo mal metiéndose en otros lugares donde pensábamos que no”.
El feminismo como una nueva forma de ver el mundo
Bimbo también se refirió a la expansión del movimiento de mujeres en los últimos años y en cómo el feminismo logra construir una nueva mirada sobre la propia identidad y el mundo. “Te cambia mucho la mirada sobre vos misma, desde tu imagen hasta qué soñás o qué querés, los vínculos que tuviste y cuánto tus decisiones estuvieron atravesadas por el machismo. Es un despertar hermoso que todas lo vivimos y que te obliga a ampliar. Es un despertar y una incomodidad constante. Ser parte de algo colectivo es muy hermoso, sentir la hermandad real aun en la diferencia”, afirmó.
“No hay tapera en donde no diga aborto legal, estamos en todas partes, se extiende en todo el país y es una posibilidad en lugares más conservadores, donde otras maneras de pensar son más difíciles que entren y a través del feminismo llegan a la sociedad que de otra manera no hubiesen llegado. Cada vez el movimiento es más grande y más hermoso. Tiene que ser popular y tiene que salir de las conversaciones de nicho que deja afuera a muchas, también hay que agitar otras cosas como que no hay que votar a Macri y que ésta derecha nos mata y nos hambrea”.
El debate sobre nuestros cuerpos
Los cambios de mirada sobre el mundo también recaen sobre los estereotipos de belleza y en cómo las mujeres nos enfrentamos a ello, inmersas en una contradicción en que queremos sentirnos libres pero a su vez pesa en nosotras todos esos mandatos históricos sobre cómo debemos ser.
“Es un tema muy complejo porque lo primero que aparece en el feminismo es el discurso de ‘amate como sea’, y es como otra imposición mas. Esta todo el tiempo la presión de cómo tenemos que ser pero el contexto importa y tiene que cambiar, sino es una locura en donde vivís en una realidad paralela. Hay que luchar para que se caiga eso. Ninguna es una privilegiada dentro del colectivo de mujeres, lesbianas y trans, pero aun dentro del no-privilegio existen privilegios que hay que cuestionar”.
"Tiene que ser popular y tiene que salir de las conversaciones de nicho que deja afuera a muchas, también hay que agitar otras cosas como que no hay que votar a Macri y que ésta derecha nos mata y nos hambrea”.
En ese sentido, apuntó hacia la influencia de las redes sociales y las formas hegemónicas de belleza. “Yo critico la responsabilidad que tienen las personas con muchos seguidores, los medios no son solo los hegemónicos sino que las redes sociales también. Una famosa con dos millones de seguidores es un medio de comunicación y si esa persona nos va a contar que para ser esa a la que muchas aspiran ser hay que matarse en el gimnasio, tener hambre y mostrar el cuerpo todo el tiempo, eso hay que cuestionarlo porque es lo que genera muchísimos conflictos de autoestima a muchas mujeres”.
Finalmente, Bimbo remarcó que no se trata de que las mujeres nos señalemos o disparemos entre sí, sino que todas estamos enfrascadas en un mismo sistema que debe cambiarse. “Hay que tomarse con calma el proceso personal porque no va a alcanzar con que te ames si todo lo demás no cambia también. Es un trabajo desde cómo miramos a una y a las otras, el cuerpo es muy complejo y hay que hablar de eso. Al principio no quería quedar pegada con esos temas porque pareciera que es algo sólo para que lo hablemos las gordas, pero creo que es bastante urgente porque es el lugar en donde la revolución tiene cuerpo: en vos misma. Tenemos que tenernos paciencia, nos va a llevar tiempo, no hay que apuntar nunca a las otras sino a los que nos dicen como tenemos que ser”.
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