Se desarrolló el acto homenaje al General Martín Miguel de Güemes, a 202 años de su fallecimiento. El busto fue instaurado en el 2003 y desde entonces no se hicieron más actos, por lo que fue puesto en valor para honrar la memoria del líder norteño. Las palabras alusivas estuvieron a cargo del concejal Rodolfo Negri.
El acto fue presidido por el Presidente Municipal Martín Oliva, y allí, se hicieron presentes además, las y los vecinos del barrio VICOER y 20 de Junio. Participaron las banderas de Ceremonias de establecimientos de nivel primario y secundario, del Batallón de Ingenieros Blindado 2 y de la Policía de la Provincia de Entre Ríos. Concejalas, concejales, autoridades de las universidades locales, entre otras instituciones representativas de la ciudad.
Se depositó una ofrenda en nombre del Pueblo y Gobierno de Concepción del Uruguay, al pie del renovado busto que recuerda a Güemes y al término de la ceremonia, se descubrió una placa en nombre de la comunidad recordando el 202º aniversario del paso a la inmortalidad. El acto puede verse en el Facebook Oficial de la Municipalidad de Concepción del Uruguay.
Se trató de gesto, en recordar a uno de los próceres olvidados por la historia argentina que con valentía y junto a su pueblo, pasó años defendiendo al país de los variados intentos colonialistas que los españoles realizaban. Un "justo homenaje" de acuerdo a las palabras del orador que fue apreciado por quienes allí se hicieron presentes.
El discurso
“Hoy estamos en este emotivo homenaje -certero y justo- que realizamos en un aniversario más de la muerte de Martín Miguel de Güemes”, destacó el concejal, escritor y periodista Rodolfo Negri, durante su discurso alusivo a la fecha, para agregar: “La prensa expresa ‘el héroe de la independencia que lideró las guerras gauchas en el Norte’. Casi que lo presentan como un caudillo local que peleaba, con valentía y coraje, por su terruño.
Nada más lejos de la realidad. Gracias a las insubordinaciones de Belgrano o a la tenaz lucha de Güemes, hoy es parte de la Argentina el norte del territorio. Fueron sus heroicas acciones las que mantuvieron la unidad de los territorios de lo que hoy es nuestra República Argentina.
Eso es lo más grande e importante de su acción, más allá de las mezquindades e intrigas que ejercía -y me animo a decir que aún ejerce- el poder central de Buenos Aires.
Recorramos la historia para comprender un poco mejor cual es el sentido de estas palabras.
Si queremos conocer un poco mejor a Martín Miguel de Güemes podemos decir que viajó a Buenos Aires a sus 14 años para obtener su entrenamiento militar y su primera batalla la libró en las invasiones inglesas de 1806 y 1807.
Según algunos historiadores en esa ocasión, Güemes se desempeñó como ayudante de Liniers.
Como anécdota señalan que el 12 de Agosto de 1806, Güemes lidera un hecho histórico… por primera (y creo que única vez) una carga de caballería somete a un navío extranjero. Siguiendo las órdenes de Liniers, Güemes se adentra al mando de su batallón a caballo en las aguas del Río de la Plata, comandando un pelotón de Húsares de Pueyrredón y obliga a rendirse al navío británico «Justina», que -desde allí cañoneaba a la ciudad- pero que había quedado encallado frente al puerto de Buenos Aires.
Tras la muerte de su padre, en 1808, regresa a Salta.
Desde entonces participa constantemente en la lucha contra los realistas.
Podemos mencionar que el 7 de Noviembre de 1810 al frente de salteños, oranences, jujeños y tarijeños participa activamente en el primer triunfo de las armas patriotas en la batalla de Suipacha.
Luego van sumándose múltiples servicios que desarrolla por encargo de Pueyrredón, Díaz Vélez y otros (desde resguardo de caudales a sofocación de rebeliones fomentadas por los realistas).
Cuando José de San Martín parte de Buenos Aires, comandando fuerzas destinadas a incorporarse al Ejército del Norte, lo integra a estas fuerzas designándolo jefe de las avanzadas.
A partir de 1814 es protagonista de todos los combates que se desarrollan en el norte al frente de sus “Infernales” (así se llamaban sus tropas gauchas) que, en diferentes ocasiones y siempre en inferioridad de condiciones; hostiga incansablemente a los realistas.
No obstante, militares porteños llegaron a tildarlo de traidor por negarse a entregarles armas incautadas y que necesitaba para la defensa del territorio.
El tiempo avanza y la organización también y en tal sentido es elegido gobernador de Salta.
La lectura de la constitución norteamericana y el funcionamiento de las ex–colonias británicas habían forjado la propuesta federalista, y Güemes se inspiró en ellas a partir de la experiencia artiguista para gobernar su provincia.
Artigas le escribe a Güemes instándolo a contener el avance de los españoles después del desastre de Sipe-Sipe, y que cómo ellos (los orientales) deben lidiar con los portugueses. “Nada tenemos que esperar sino de nosotros”, le advierte, desencantado por la falta de apoyo de Buenos Aires. Vale la pena recordar que en ella se había seguido usando como propia la bandera española, manteniéndola izada en el Fuerte de Buenos Aires hasta el 16 de abril de 1815, más de tres años después que Belgrano enarbolara la bandera celeste y blanca en las barrancas de Rosario.
El 6 de Agosto de 1816 adhiere entusiasta y jura la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América junto a autoridades y principales vecinos de la ciudad de Jujuy reunidos en Cabildo Abierto.
Pero la lucha continuaba sin descanso, con mucho coraje, pero con pocos medios. La falta de recursos que, prometidos por Buenos Aires, jamás llegan, lo obligan a tomar medidas de excepción para poder alimentar a sus gauchos.
No podemos dejar de mencionar a Macacha Güemes, la hermana del líder salteño, quien fue una pieza clave en la vida política y militar de su hermano.
Güemes jura la Constitución unitaria de 1819, junto con los miembros del Cabildo de Salta. Demuestra así que sus requerimientos desde 1815 pidiendo la sanción de una Constitución, eran plenamente sinceros y que en aras de la unidad nacional aceptaba hasta una constitución opuesta a sus ansias de autonomía.
En 1820, Güemes propone a Bustos reunir un Congreso General en Catamarca a efectos de tratar únicamente cuestiones relacionadas con la unidad nacional y la dirección de la guerra contra el enemigo común. El gobernador cordobés desistirá de la propuesta.
Idas y venidas de una Patria a la que le costaba nacer y consolidarse.
Hasta el fatídico 7 de junio de 1821 cuando una partida española, comandada por José María Valdés, apodado «el Barbarucho», entra por sorpresa en la ciudad de Salta, produciendo una emboscada, en la que participan los 400 hombres de infantería y se cerraron todas las salidas y esquinas de la plaza, no quedando a Güemes más que montar en su caballo y saltar por sobre dos pelotones enemigos; recibió un balazo que le provoca una peligrosa herida.
El 17 de Junio de 1821, después de diez días de sufrimiento muere en la Cañada de la Horqueta, rodeado de sus gauchos y de los enviados españoles que le proponían la rendición a cambio de ser atendido por un médico calificado, antes de expirar ordena al Coronel Jorge Enrique Vidt que lo reemplace y prosiga la lucha contra los españoles hasta el triunfo definitivo.
Tenía solo 36 años… imaginemos que, si dio todo lo que dio en su corta vida, de lo que hubiera sido capaz en una más larga existencia. Por eso lo recordamos hoy y por eso es feriado el 17 de junio.
Tomemos su ejemplo. Defendamos nuestros derechos, no silenciemos las injusticias, reclamemos lo que es justo. No dudemos en comprometernos y seguramente sentiremos el cobijo de aquella bandera que hoy nos mira desde el cielo, el mismo en que se inspiró don Manuel Belgrano, y espera que nosotros seamos capaces de generar aquella Patria que soñaron aquellos héroes que han dejado su vida por la construcción de una Argentina más justa, igualitaria, inclusiva y equitativa para nosotros, para nuestros hijos y para todas las generaciones que vendrán a poblar este bendito suelo.
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