Se cumplen 47 años del asesinato de José Ignacio Rucci, secretario general de la CGT. Fue un 25 de septiembre de 1973, unos días después que Perón fuera elegido presidente por tercera vez, y con el 61,87 por cien de los votos.
El homicidio fue asumido por la organización Montoneros aunque al comienzo algunos de sus dirigentes no se hicieron cargo. Había una dura interna entre quienes querían “apretar” al presidente Perón y otro sector más moderados. Esta muerte vino a consolidar el poder de López Rega y provocó la creación de la Triple A. Además rompió el esquema de Perón para iniciar su gobierno que preveía una fuerte participación de la CGT.
Por ANÍBAL GALLAY de EL MIÉRCOLES DIGITAL
El 25 de septiembre de 1973 un grupo de Montoneros asesinó al secretario general de la Confederación General de Trabajo, José Ignacio Rucci. Por estos días hay una discusión, o por lo menos puntos de vista, diversos en relación a la posibilidad de rendir un homenaje a un dirigente que era una pieza clave en los planes de Juan Perón quien había ganado las elecciones y asumiría el 12 de octubre de ese año.
Será necesario agregar que en marzo de 1973 la fórmula Héctor Cámpora-Vicente Solano Lima había ganado las elecciones por el Frente Justicialista de Liberación. La consigna Cámpora al gobierno Perón al poder, pronto se hizo material. El 13 de junio renunció el gobierno en pleno. Perón, que había apoyado con vehemencia a los jóvenes de izquierda (llamada la Tendencia) y alentado las “Formación especiales", daba un pronunciado giro a la derecha. Ese giro implicó convalidar el poder a los dirigentes sindicales y entre ellos el metalúrgico José Ignacio Rucci.
Aunque había alguna interna dentro de Montoneros, por lo menos un sector estaba convencido acerca de la necesidad de “apretar” a Perón.
Informe periodístico de la época.
El asesinato, ocurrido el 25 de septiembre significó la ruptura definitiva de Perón con la organización Montoneros. El dirigente Oscar Anzorena escribió en su libro Tiempo de Violencia y Utopía (1966-19766): “Este hecho establece un lugar de no retorno en las relaciones de Perón con los Montoneros. Esta metodología de apretar a Perón no solo genera el efecto político contrario al esperado sino que franquea una frontera ética sustentada hasta ese momento por las organizaciones revolucionarias, ya que esta muerte al no ser asumida políticamente adquiere más características de asesinato mafioso que de ajusticiamiento revolucionario”.
Juan Manuel Abal Medina dijo: “fue la provocación más grande contra el General. Nunca dudó que habían sido los Montoneros y lo vivió así. Fue una etapa donde decir cosas muy fuertes contra los Montoneros”.
Perón previó gobernar con un esquema cuyos pilares serían la CGT y la Confederación General Económica de José Ber Gelbard, quien luego sería nombrado ministro de Economía. La muerte de Rucci vino a a romper el esquema previsto, que preveía un gran pacto de previos y salarios.
El partido Justicialista, el ministro López Rega y el propio Juan Perón consideran necesario defenderse de los “zurdos infiltrados”. Entre mediados de 1973 y 1976 la Triple A secuestró, torturó y asesinó a mil militantes, aunque la cifra podría variar. Miembros de la Policía Federal, de las Fuerzas Armadas, la agrupación Concentración Nacional Universitaria conformaron la triple A.
Lo cierto es que el asesinato de Rucci fue funcional a los intereses de López Rega quien se consolidó en el poder. Convenció a Perón que “la juventud maravillosa” era incapaz de comprender la realidad en términos políticos y las organizaciones “especiales” habían abandonado su condición de combatientes para transmutar en enemigos de un gobierno elegido democráticamente.
anibalgallay@hotmail.com
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