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Julián Molina: el paranaense que vendió empanadas para correr los 21 km de Buenos Aires y ser campeón

Hace changas. Vendió empanadas para pagarse el viaje y la inscripción. Este domingo se coronó campeón argentino en los 21 km.

El tradicional medio Maratón de Buenos Aires dejó este 2018 el triunfo con récord del etíope Mosinet Geremew. Pero también historias particulares de lucha y superación, como la del entrerriano Julián Molina, que con un enorme sacrificio terminó ganando la competencia entre los argentinos.

Oriundo de Paraná, describió en una entrevista a Clarín los sacrificios que realizó para poder llegar a Buenos Aires y participar de la competencia.

“Estoy desocupado, vivo en la casa de mi suegro con mi novia. Hago changas y para poder venir vendí 40 docenas de empanadas. Llegué el viernes”, describió emocionado Molina.

Con un tiempo de 1 hora, 4 minutos y 25 segundos, Molina fue el primer argentino en cruzar la meta de la tradicional competencia, que se disputó este domingo en la capital argentina.

“Esta vez vine bien preparado. Por primera vez me consagro campeón argentino. Y es mi revancha con Eulalio (Muñóz). Sabía que le podía ganar arriba. Afuera somos todos amigos, todos atletas. muchas personas viven de esto, por eso me las arreglo haciendo changas de pintura, tratando de encontrar un trabajo que me permita entrenar dos turnos”, agregó Molina. Precisamente Muñoz, que terminó segundo entre los argentinos, lo había vencido en competencias anteriores.

Molina contó que comenzó a correr en 2012 y que en 2014 fue su mejor momento. Sin embargo, las dificultades económicas lo obligaron a dejar la actividad en 2015. Después, consiguió un empleo en una fábrica de heladeras en Rosario, a dónde se mudó con su novia. Pero el esfuerzo que le requería la jornada laboral de “12 o 13” horas le terminó dañando la cintura y afectando su actividad atlética.

“Después empecé en una fabrica de bicicletas dos meses, me querían blanquear. Ocho horas en armado, pero por reducción de personal me echaron. Me agarraron bajones, pocas ganas de entrenar, volví a quedarme sin trabajo. Aunque siempre tenía la rotisería con mi familia en Paraná”, relató Molina.

Ahora, con la gran actuación en los 21K de Buenos Aires, espera poder conseguir algún sponsor que le permita dedicarse de lleno al atletismo con vistas al sudamericano del año próximo.

 

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