Las mujeres, asegura la autora de esta columna, se han reapropiado de la amistad, la han descolonizado. “Nos habían instalado que éramos rivales, circulaba alegremente una teoría de pretendida competencia y enfrentamiento. En los cuentos de la infancia no había mujeres que se quieran, se ayuden, se apoyen, se construyan unas a otras. Pero vamos escribiendo el propio cuento, nos hacemos la película, nuestra propia historia”.
(*) Por VANESA LEOPARDO (Colaboración especial para EL MIÉRCOLES DIGITAL).
16 de julio de 2012 – CLARIN: “Se viene un día de soledad para las mujeres. El 20 de julio es un día de íntima soledad. A ver: no es caprichoso que se llame Día del Amigo. Si hay Día de la Madre y de la Mujer, bien podría haber Día de la Amiga, pero no lo hay. Es posible que este 20 de julio, los que pasaron y los que vendrán las vean juntas, bailando, sonrientes. No están celebrando: disimulan. O van de levante. A lo sumo, salen a envidiarles en vivo a los varones un sentimiento que ellas jamás podrán experimentar”.
Ha pasado un nuevo 20 de julio en Argentina. El día del amigo, más que nunca transformado en día de la amistad, se vincula a la llegada yanqui a la luna, cuando el Sr. Neil Armstrong apoyaba su piececito allí en el año 1969. Luego un señor Enrique Febbraro[1] –aparentemente muy emocionado– proponía internacionalmente esta celebración que nos convoca, nos agrupa y nos funciona como excusa perfecta para volver a encontrarnos. Continúa para nosotros el debate si yanqui en la luna o Fontanarrosa… Pero no por eso escribo.
Las mujeres hemos conquistado el día del amigo. Lo hemos conquistado las mujeres y quienes se colocan en la posición femenina, disidente u otra del patriarcado. Hemos atravesado la expropiación de ese día, producida sobre la base de que no había un nosotras. Deconstruyendo toda narrativa que “nos hablaba” y nos capturaba a la vez que nos enfrentaba y nos dividía.
Se sabe, no refiere esto a un nosotras sin desavenencias, sin la necesidad de historia, hechos y tiempo; interpretaciones, cambios de posición y rupturas. No refiere a un mundo de igualdad sin diferencia. No se trata de un tránsito de la invisibilización a la cofradía como algo sin escalas, sin dolor, sin reflexiones, sin oposiciones, sin batallas.
Digo, descolonizamos el día del amigo. No es poca cosa. No obstante, hay quienes aún mencionan que nos une el instinto, las hormonas, una alianza peligrosa, una cuestión biológica, la menstruación. Es complejo defender esto porque trasciende el lenguaje, el discurso, la narrativa, las buenas intenciones.
Nos habían instalado que éramos rivales, que había que conocer el tono de labial que llevaba la otra, la marca de coloración, el gimnasio que visita, la dieta. Circulaba alegremente toda esta teoría de pretendida competencia, rivalidad, enfrentamiento.
Constitución subjetiva marcada por historias de princesas, madrastras, hermanastras, enemigas, brujas, donde había que odiarse, traicionarse, envenenarse, capturarse, lastimarse. Una visión del mundo y de las cosas que forman parte de la construcción de identidad desde la infancia.
Toda una estructura cultural capitalista y patriarcal impuesta, aprendida y sostenida. No hemos podido encontrar en los cuentos de la infancia a mujeres que se quieran, se ayuden, se apoyen, se construyan unas a otras. Por eso hoy no se trata de tomar posición y ya. La complejidad requiere des-aprender. Y cuesta. Es difícil. Es con otros. Y a veces duele.
Pero vamos escribiendo el propio cuento, nos hacemos la película, nuestra propia historia. Historia que son abrazos, desencuentros entre mandatos y rupturas, discusiones hasta la madrugada, banderas, puño levantado, hablar, oír, estar. Y así se arma la amistad entre mujeres, esa especie de aquelarre, esa junta de mujeres que se saben distintas pero no enfrentadas y encuentran la mínima coincidencia para que valga la pena, la alegría, para que valga el tiempo, el mate, el vino, la pizza, las charlas, las marchas, la música, los debates…¡todo!
Y todo todo todo vale este encuentro… Para siempre.
(*) La autora de esta nota es licenciada en Trabajo Social egresada de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y magister en Salud Mental, egresada de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). Docente e investigadora. Su correo electrónico es vleopardo@hotmail.com.
[1] Doctor en Filosofía, psicólogo y profesor de Historia. En el año 1969 escribió una carta que envió a diversos países del mundo argumentando su idea. En Argentina en el año 1979 el gobierno de la provincia de Buenos Aires oficializó el Decreto 235 estableciendo: “Auspíciese la celebración del Día Internacional del Amigo a realizarse el día 20 de julio de cada año”. Adhirieron además, Brasil, Chile, Uruguay y España.
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