Verónica Magni, precandidata a intendenta por el Partido Socialista, tomó la decisión de hablar con los vecinos aprovechando las recorridas que las líneas de colectivos hacen por algunos barrios de la ciudad. "Estas personas, quienes diariamente toman el colectivo para ir a trabajar o a estudiar, se dan cuenta de que muchas veces las políticas de Estado son destinadas a otro sector y ellos tienen que aceptar las migajas, que encima parecen nunca llegar” cuestionó.
La concejala continúa recorriendo la ciudad y conociendo las necesidades de quienes diariamente viajan en la línea urbana de transporte de pasajeros: “Cuando subo al colectivo, en principio a los conciudadanos les cuento lo que hemos hecho desde la banca en el Concejo Deliberante y de qué manera fuimos cumpliendo con lo que habíamos promovido”, explicó Magni. Pero fundamentalmente estas recorridas permiten contarles cuáles son los objetivos y los aspectos a abordar durante una futura gestión municipal encabezada por el socialismo.
“Es clara la sorpresa de los vecinos porque no están acostumbrados a que alguien llegue para rendirles cuenta de lo hecho, valoran algo que debería ser cotidiano por parte de cualquier político”, expresó la precandidata.
EL COMPROMISO ANTE LA INDIGNACIÓN DE LOS CIUDADANOS
Magni consideró vital conectarse directamente con los vecinos y ser receptores de su indignación por tantos temas no resueltos en la ciudad. “Son uruguayenses con quienes la democracia y los gobiernos siguen en deuda, con esa gente debe ser nuestro compromiso”.
La demanda de claridad en el manejo de los temas públicos es evidente en la sociedad, acentuó Magni al narrar que “una de las vecinas manifestó con total sinceridad su impotencia al sufrir las maniobras clientelares en la distribución de viviendas, en ese aspecto también sigue estando en deuda el Estado, que se deja apropiar por los intereses político partidarios”.
Estas personas, quienes diariamente toman el colectivo para ir a trabajar o a estudiar, “se dan cuenta de que muchas veces las políticas de Estado son destinadas a otro sector y ellos tienen que aceptar las migajas, que encima parecen nunca llegar”.
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