Mientras en otras ciudades entrerrianas se suspendieron sus fiestas populares, en La Histórica la Fiesta de la Playa celebró sus 35 años batiendo récords. ¿Cuál es el secreto?
Por A.S. (*)
Cumplió 35 años la Fiesta de la Playa, que nació en las arenas de Banco Pelay, el hermoso balneario uruguayense que durante años fue uno de los principales atractivos de la región. Lejos ya de aquellas primeras ediciones, que mixturaban fogones, deportes playeros y mucho amateurismo, la celebración está viva, lozana y se ha profesionalizado, aunque ya no está a orillas del río.
“El Pelay era agreste, bello, íntimo todavía. La ciudad era mucho más pequeña y la aventura se abría a nuestros cuerpos de verano como un atrevimiento, allá, hacia el final de los años 60… Poníamos las carpas, gozábamos de las noches de verano y hasta nos deleitábamos con un baño nocturno que sabía a maravilla”. Así lo recordó la escritora uruguayense Laura Erpen, en estos días. La nostalgia no le impide ver el poderoso presente de la Fiesta: “Ahora es un evento espectacular, con reglas claras, venta anticipada y lugares móviles porque el enero cambió y no deja respiro. Porque la tuvimos cuando recién nacía y fue nuestra, nos alegramos de saber que la Fiesta de la Playa ya alcanzó su brillo de espectáculo que nos identifica. A gozarla, muchachada, como nosotros alguna vez lo hicimos”.
En efecto: la Fiesta es un evento espectacular, que este año, en su edición número 35 batió récords de ventas de la mano de la banda uruguayense que es éxito internacional: Ke Personajes, que en la última noche desbordó el predio Multieventos con una multitud estimada en más de veinte mil personas.
¿Hay un secreto?
Lo llamativo es que en el contexto de crisis, de anunciados ajustes (en especial en cultura) y mientras otras ciudades entrerrianas y del interior suspendieron la realización de sus fiestas populares o se achicaron notoriamente en sus propuestas artísticas, la Fiesta de la Playa sigue creciendo y rompe registros de asistencia. ¿Cuál es el secreto?
“No hay secretos, la clave es el trabajo en equipo, siendo gestores de cada decisión que tomamos, porque nuestra Fiesta es una gran inversión para Concepción del Uruguay”, dice Estefanía Alippi, que preside la comisión organizadora de la Fiesta de la Playa desde 2019. “Desde que comenzamos a organizar la edición de este año sabíamos que debíamos tener en cuenta la situación económica, que nos iba a ir marcando el día a día”.
Las entradas anticipadas costaban 5.000, y los números centrales fueron los ascendentes Luck Ra y BM en la primera noche; los experimentados Virus y Kapanga en la segunda; la inoxidable formación santafesina de Los Palmeras en la tercera; la original propuesta de La Delio Valdez en la noche del sábado; y el cierre esperado de los locales Ke Personajes.
En cada noche, además, artistas uruguayenses o de la región, con un abanico de estilos que va del folklore entrerriano como Facu Torresan al rock poderoso de Imaginaria o Nuitilfait, del reggae de Suma Paciencia y Subsystem al repertorio regional de Daniela Pauletti o el samba de la Roda Cambacuá, del punk-rock de Chakota a la diversión “festivalera” de bandas que hacen covers y logran que nadie se quede quieto.
“Apostamos a que nuestra Fiesta mantenga la calidad artístico-cultural”, dice Estefanía, “y que el público pueda obtener una entrada accesible. Esto fue posible gracias al acompañamiento de nuestro principal sponsor, que es la Municipalidad de Concepción del Uruguay, y de cada una de las empresas del sector privado. Como así también a los artesanos y manualistas, foodtrucks, que nos visitan desde diferentes puntos del país”.
Las bandas y artistas de la ciudad y la región se anotan en un registro para participar de la Fiesta y cada año se suman novedades. Armando, Toto para quienes lo conocen, lidera una de las bandas locales que tocó este año (“Subsystem”), y ha estado también en ediciones previas.
Además es un activo integrante del colectivo de músicos, la UEMI. “Para nosotros tiene un valor importante la manera en que llegamos, colectivamente, después de haber trabajado un montón de años con nuestra asociación de músicos, muchas bandas del under de Concepción. Y hacernos ver, que nos elijan, tener la oportunidad de tocar en un escenario tan importante, que se nos reconozca y se nos pague, todo eso es gracias a una gestión colectiva, y para mí eso lo hace doblemente valioso”, destaca.
Noche récord
El predio Multieventos, es decir la sede de la Fiesta, es la vieja estación de trenes de la ciudad. Ubicada en paralelo al bulevar Yrigoyen, uno de los más transitados, el predio es un rectángulo que ocupa cinco cuadras y en donde se despliega la celebración en todo su esplendor: los puestos de artesanos, los de comida y bebida, el sector de plateas y el amplio espacio para que la concurrencia instale sus sillones o sus lonas, que empieza a llenarse desde temprano. Cada jornada arranca con largas filas de personas que esperan para entrar ni bien se abran las puertas, en una curiosa carrera para conseguir la mejor ubicación.
La noche récord, la del domingo, con el carisma de Emanuel Noir y la propuesta de Ke Personajes —la banda entrerriana más exitosa de toda la historia— se estima que hubo veinte mil personas en el predio: se vendieron más de 18 mil entradas, a lo que se sumaron unas 1.200 personas con certificado de discapacidad y acompañante.
Toto agrega que “lo más impresionante desde mi punto de vista es que haya terminado con una banda que hoy es reconocida a nivel mundial, pero que no deja de ser una banda local, término a veces un poco desvalorizado. Ahora tenemos el orgullo de decir ‘banda local’ y estar hablando de una banda internacional, que cierra metiendo un montón de gente, rompiendo récord de asistencia, de entradas anticipadas, todo, así que es una alegría inmensa ser parte de los especímenes autóctonos de nuestra fauna cultural”.
En efecto, esa noche se desbordó el predio. También fue, por lejos, la mejor noche para artesanos y puestos de comida y bebida.
La ciudad, además, cambia un poco su fisonomía a lo largo de las jornadas de la Fiesta: son miles las personas que llegan alojándose en hoteles, bungalows y cabañas. Y cada vez son más.
Tranqui “pero vale la pena”
“El día de Keper fue tremendo, viste lo que fue”, dice Facu, artesano que desde hace varios años instala su puesto en la Fiesta. “Ese día sí se vendió mucho, incluso hasta cuando estaban ellos tocando, siempre hubo movimiento”, cuenta. Pero los otros días “estuvo tranqui, demasiado tranqui te diría”.
Ariel, que también tiene su puesto, coincide y añade que los días previos no fueron tan buenos en cuanto a ventas, pero “ese día repuntó ya desde el comienzo de la tarde”. Agrega que con Los Palmeras también se movió, aunque no resiste la comparación con la última noche.
Aun así, el esfuerzo se justifica. “En mi rubro se recupera”, dice Facu, pero no puede asegurar que sea así en todos los casos. Para los feriantes, explica Luisa —quien integra una de las subcomisiones de trabajo en representación de la Asociación que nuclea a artesanos y artesanas— “sigue siendo una de las fiestas más baratas: se paga veinte mil pesos por seis días. Aunque fueron cinco, porque la noche cero se suspendió por mal tiempo”.
Este año fueron 83 feriantes (había 120 inscriptos, pero las subas de combustibles hicieron desistir a quienes venían de más lejos). La mitad de los puestos fueron de la ciudad, y la otra mitad de diferentes lugares de Entre Ríos, de Santa Fe y de Buenos Aires.
“Todos agradecieron muchísimo que hayamos podido realizar la Fiesta. Pero obviamente hubo pocas ventas, la situación económica se nota e impacta en ese sentido”, detalla Luisa. En efecto, se veía a muchas personas entrar con su comida y su bebida, para achicar gastos, lo que redujo los ingresos también para los puestos gastronómicos. Aun así, uno de los artesanos llegados de afuera (y que viene desde hace varios años) marcó sin dudarlo que “las ventas estuvieron tranquis, pero vale la pena estar, sobre todo en un contexto en que se han suspendido tantas otras fiestas”.
Las fiestas de la playa
Una particularidad que se repite año a año es que la Fiesta no se da solo dentro del predio. Cada noche, en las adyacencias a ambos costados del Multieventos, se van instalando vecinos y vecinas, grupos familiares, gente de todas las edades, que no pueden pagar la entrada (o se reservan para otra noche) pero quieren escuchar de cerca a algunos de sus artistas favoritos. E incluso verlos: en las plazoletas del bulevar o en la plaza ubicada enfrente hay varios sectores desde donde se puede visualizar, bastante bien, las gigantescas pantallas que retransmiten en vivo lo que está sucediendo en el escenario.
Con sus sillones, mesitas, conservadoras, y bien provistos de comida y bebida, familias enteras se instalan sin mayores conflictos para gozar de la propuesta musical. Tanto es así que la mayor parte de quienes ofrecen su música (en especial las bandas anfitrionas) suelen hacer mención a quienes participan de esas “otras” fiestas de la playa.
A su vez en miles de hogares se sigue la transmisión en vivo.
Si se contabilizara a esas miles de personas, sin exagerar se podría afirmar que la mayoría de la comunidad uruguayense está presente de un modo u otro. La Fiesta de la Playa ya es parte de su identidad. Le pertenece. Estefanía lo sabe: “Forma parte de la identidad uruguayense y de la idiosincrasia de nuestro verano desde hace varios años”, dice, orgullosa.
Una hipótesis
La presidenta de la Comisión, Estefanía Alippi, está en su segundo mandato al frente de la organización de la Fiesta de la Playa. La integra en representación del sector musical, como productora de eventos. Además es gestora cultural y patrimonial. Está agotada, pero muy contenta con el trabajo realizado, aunque todavía falta mucho: hay que hacer todos los números, dar a conocer el balance, terminar de cerrar todos los detalles. Pero adelanta: “Estamos ante la edición más convocante de la Fiesta, de los registros que existen. El detalle de los números finales los daremos a conocer en las próximas semanas. Porque la Fiesta continúa hasta que cerramos el balance”.
No obstante, en medio de esos trabajos que no terminan aún, Estefanía responde a las preguntas.
— Otras ciudades de la provincia suspendieron sus fiestas populares. En cambio la Fiesta de la Playa no solo se realizó sino que batió récords y sigue creciendo. ¿Cuáles son los factores que hacen posible este resultado?
— La Fiesta de la Playa es un megaevento que se logra gracias al trabajo durante varios meses entre muchas personas, que lo hacen ad honorem, sin remuneración. Son varias horas en muchos días y meses de trabajo consensuado, que se ven reflejados en los eventos deportivos, artísticos y culturales de nuestra Fiesta.
— ¿Qué importancia le asignás, en ese sentido, al sistema de gestión de la Fiesta de la Playa
— ¡Mucha! La comisión organizadora de la Fiesta es autónoma y mixta. Está compuesta por miembros de la gestión municipal actual (de las áreas de Hacienda, Cultura, Turismo, Deporte y Comunicación), a lo que se suman las fuerzas vivas de la ciudad y espacios institucionales como la Asociación de Artesanos, el Centro Comercial, la Asociación de Hoteleros y Gastronómicos, el Movimiento Emprendedor, la Unión Entrerriana de Músicos Independientes (UEMI), la Asociación de Periodistas (APDU), estudiantes de las carreras vinculadas en las universidades, entre otros. Es una comisión que a su vez distribuye todas las tareas en subcomisiones con distintos integrantes.
— ¿Será ese el secreto, la autonomía y la presencia de diferentes sectores que se benefician con la Fiesta, desde los músicos hasta los artesanos y hoteleros?
— ¡No hay secretos! La clave es el trabajo en equipo, el hecho de ser gestores de cada decisión que tomamos, porque nuestra Fiesta es una gran inversión para Concepción del Uruguay. Y cada edición de la Fiesta supera a la anterior. Por eso es fundamental todo el trabajo que hace cada subcomisión, teniendo en claro los objetivos que nos proponemos.
— ¿Sentís que la Fiesta pasó a ser parte de la identidad uruguayense?
— Si nos remontamos a sus inicios, la Fiesta comenzó con fogones en la playa como atractivo para los campamentistas que se alojaban en Banco Pelay. La Fiesta Nacional de la Playa de Río ya forma parte de la identidad de la comunidad uruguayense y de la idiosincrasia de nuestro verano desde hace varios años.
(*) Texto publicado en Análisis. Nota original en aquí.
Créditos de las imágenes: Matías Díaz (de EL MIÉRCOLES) y Comisión de la Fiesta de la Playa.
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