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La letanía de la presión tributaria

De cada 100 pesos que se produce en Argentina, 30,3 va al Estado. Francia se queda con el 48,2. Los economistas liberales repiten que se trata en Argentina de una asfixia que las empresas no pueden soportar. Ahora, con la pandemia, los empresarios están felices con la intervención del Estado. Cuando el virus ya no sea un problema volverán por el sendero de achicar el Estado, reducir el gasto, y que se deje todo en la órbita de la misteriosa mano invisible

  • Por ANÍBAL GALLAY de EL MIÉRCOLES DIGITAL

Foto: Ilustrativa.

 

Una letanía repetida hasta el hartazgo por los economistas liberales es acerca de la presión tributaria. Muy sueltos de lengua afirman que Argentina es el país que tiene la mayor presión tributaria. Se concluye que sólo reduciendo impuestos podrán las empresas ser eficientes y competitivas. Esto incluye las cargas sociales dispuestas por la legislación laboral.

José Luis Espert, Javier Milei y Roberto Cachanovsky son los abanderados de estas letanías. La bandera del libre mercado implica que el Estado se retire de su rol regulador. El Estado asfixia a los emprendedores con la carga tributaria.

En 1982, siendo Domingo Cavallo presidente del Banco Central, se estatizaron las deudas de los empresarios. Fueron 15.000 millones de dólares y no hubo un solo economista que saliera a blandir el estandarte del libre mercado, el riesgo empresario y la no intervención del estado. El sumo sacerdote del liberalismo económico, Álvaro Alsogaray, mantuvo un silencio llamativo.

Carga tributaria

¿En qué situación está la Argentina con respecto a la carga tributaria en comparación con otros países?

Véase ahora el porciento de impuestos que se paga en Argentina en relación al  Producto Bruto Interno, que es la ecuación más sencilla y abarcadora.

El 30,3 por ciento  del PBI es la carga tributaria en Argentina. Para decirlo en forma más llana: de cada 100 pesos que producen los argentinos, el Estado se queda con 30,3 en calidad de impuestos. Para algunos economistas liberales, esto es asfixiante. Véase que ocurre en otros países.

España tiene una carga tributaria del  34,4 por ciento del PBI; Francia el 48,2 por ciento; Brasil 32,3 por ciento; Finlandia 43,3 por ciento, Suecia 44,6 por ciento , Uruguay 30,9 por ciento. Todos cobran más impuestos que Argentina. No se sabe de franceses o finlandeses protestando porque el Estado los  asfixia con la presión tributaria.

Puede verse también qué países son los que menos impuestos cobran. Ellos, en América,  son: Guatemala con el 13,7 por ciento  y República Dominicana con el 12,6 por ciento. Una buena cantidad de países africanos están en la misma situación. Como se aprecia, los países europeos ricos cobran mucho más impuestos que Argentina. En tanto que los países más pobres han logrado el ideal liberal de tener una bajísima carga impositiva. La miseria y el hambre son exclusiva responsabilidad de los habitantes por no haberse esforzado lo suficiente, valga la ironía.

Como se aprecia, los países europeos ricos cobran mucho más impuestos que Argentina.

Desde ya que habrá que desglosar por sectores o actividades cómo se distribuye esa carga. Pero no son los ricos quienes más impuestos pagan, sino los pobres. El IVA aporta el 16 por cien de la carga tributaria, la Seguridad Social el 9,4 y Ganancias el 7,7.

Ese aporte es indirecto ya que se carga sobre el precio de los productos que se consumen. Dicho de manera llana: para el sistema educativo, de salud, servicio de seguridad, de justicia, etc, son los consumidores de productos esenciales quienes más aportan.

Evasión y lavado

De la evasión y el lavado de dinero casi no se habla. De acuerdo a la investigación de la periodista Clara Vázquez del Faro, los empresarios argentinos evaden impuestos equivalentes el 5,1 del PBI. Ello implica una evasión de 21.000 millones de dólares, tomando el PBI de 2018. La Argentina ocupa el tercer lugar en el mundo en cuanto  evasión. Los dos primeros puestos pertenecen a Chad y Guyana.

Por ahora los liberales apoyan y están de acuerdo con el accionar del Estado. Cuando pase la crisis regresarán las letanías: achicar el gasto, reducir el estado, echar miles de empleados públicos, terminar con los subsidios, finalizar con las  AUH y otros planes que fomentan la vagancia.

No es delito llevar el dinero a otro país siempre y cuando se paguen los impuestos correspondientes. Durante el gobierno de Mauricio Macri se hizo un blanqueo altamente exitoso. Miles de delincuentes evasores declararon el dinero por 120.000 millones de dólares.

El lavado es otro rubro destacado en la actividad empresarial. De acuerdo a la autora mencionada entre 1970 y 2010 el lavado de dinero sumó 399.000 millones de dólares.

Por ahora los liberales apoyan y están de acuerdo con el accionar del Estado. Cuando pase la crisis regresarán las letanías: achicar el gasto, reducir el estado, echar miles de empleados públicos, terminar con los subsidios, finalizar con las  AUH y otros planes que fomentan la vagancia. Cuando es época de vacas flacas que se haga cargo el Estado, pero cuando las vacas engordan: libertad de empresa, y sobre todo que el Estado retire toda regulación, porque para ello está “la mano invisible” del mercado.

rubengallay@hotmail.com

 

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